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La muerte del ciclista José Antonio Duarte, registrada el viernes pasado en vías de Chía, Cundinamarca, luego de ser arrollado por un camión, abrió el debate sobre la protección de estos actores en las vías de Colombia.
Y no es para menos, especialmente porque, entre enero y agosto de este año, según la Agencia Nacional de Seguridad Vial (Ansv), han fallecido 249 ciclistas. En 2019, según la Agencia, iban 289 decesos, es decir, hay una reducción del 33 %. No obstante, no fue el único caso que se conoció el fin de semana.
El alcalde de Palmira, Valle del Cauca, Óscar Escobar, dio a conocer que en su ciudad un “carro fantasma” arrolló a otro ciclista, quien está en una unidad de Cuidados Intensivos (UCI) por la gravedad de las lesiones. “Francisco, espero que puedas volver a montar bici pronto”, dijo el mandatario local en Twitter.
Luis Felipe Lota, director de la Ansv, señaló que el ciclista sigue siendo un actor vulnerable en las vías de Colombia y recordó que, prácticamente, con las cifras de agosto, se puede decir que, en promedio, no ha pasado un día en el país en que no haya accidentes que cobren la vida de uno de ellos.
“Queremos llamar la atención para que ciclistas y los demás conductores seamos corresponsales de la seguridad vial”, dijo Lota, llamando la atención de los usuarios de este tipo de vehículo para que se iluminen y “transiten preferiblemente en recorridos que mitiguen el riesgo para proteger su propia vida”, mientras que a los conductores, el directivo les recuerda “que existe la Ley 1811 que protege y le da derechos al ciclista. Busquémosla e interpretemos lo que allí dice, démosle el espacio del 1,5 metros para rebasarlo...”.
Lota recordó algo que parece lógico, pero que a la luz del video del accidente que cobró la vida de Duarte, sigue sucediendo: “Al momento de tener un siniestro vial, atendamos el mismo y no huyamos”.
Alejandro Maya, ex viceministro de Transporte y exdirector de la Ansv, señala que la regulación colombiana “en seguridad vehicular está atrasada en más de 20 años”, además de que, según él, “se requiere que los vehículos en Colombia tengan elementos que salven vidas como por ejemplo: control electrónico de estabilidad; sistemas de frenos asistidos; sistemas de frenos antibloqueo; sistemas de detección de peatones y ciclistas; detección de puntos ciegos...”.
Maya resalta que un avance en esta materia sería, con esfuerzos paralelos, consolidar “una infraestructura más segura y perdonadora frente al error humano, y protectora de los actores viales vulnerables contribuiría de manera importante a salvar más vidas”.
Además, advierte otras dificultades, como que “el 70 % del país no tenga control operativo; que la inmensa mayoría los vehículos que se venden no cumplan con estándares internacionales en seguridad vial y que parte de nuestra infraestructura no contempla actores vulnerables como peatones y ciclistas”.
Asimismo, Maya destaca que la educación es necesaria, “pero debe estar acompañada de una acción integral en infraestructura y vehículos seguros, efectivo ejercicio de la autoridad y el control, y una adecuada atención a las víctimas en los minutos posteriores a los siniestros”.
Wilson Bolívar, decano de la facultad de Educación de la Universidad de Antioquia, relata que el problema pasa por la falta de cultura y formación ciudadanas y de entender el cuidado de sí y de los otros. “Hasta que en este país no tengamos claro eso, podrán existir todas las leyes y normativas, pero no va pasar nada”, afirma el académico.
Además, menciona que si prevalece el deseo propio de la necesidad, sin contemplar al otro, esto seguirá sucediendo, y no solo en las vías: “Debemos crear condiciones para que haya un sistema de educación que nos lleve a valorar la vida del otro por encima de otra consideración”, dice.