Por cuarta vez, el presidente Iván Duque extendió la cuarentena. Esta vez irá desde el 1 de junio hasta el 1 de julio y durante ese mes abrió la posibilidad de reactivación económica en más sectores, incluidos 43 excepciones (ver recuadros). Sin embargo, serán los alcaldes y gobernadores los que moderen cómo funcionará el aislamiento.
Duque dijo, por ejemplo, que las personas entre 18 y 69 años pueden salir dos horas diarias, y que las peluquerías pueden abrir de nuevo sus puertas. En síntesis, todas las excepciones al aislamiento tendrán como última palabra los mandatarios locales.
A este escenario se le incluyen casos complejos como el de Amazonas y Cartagena en donde el repunte de enfermos se ha disparado en las últimas semanas. En ambos casos esta apertura que se plantea desde Casa de Nariño se quedará en el papel ya que si los alcaldes abren los centros comerciales, por ejemplo, lo más probable es que los casos aumenten. La responsabilidad de esta decisión será de los mandatarios regionales.
El documento incluye la flexibilización de horarios para realizar actividades al aire libre, el funcionamiento de bibliotecas, museos y hasta parqueaderos. Las excepciones, según Presidencia, “buscan garantizar el derecho a la vida, la salud y la supervivencia de los colombianos”.
Desde el punto de vista médico el epidemiólogo e infectólogo Carlos Agudelo, de la Clínica Universitaria Bolivariana, dice que se acude a la responsabilidad ciudadana como estrategia ante el coronavirus. “Con la relativa apertura, mucho queda en la responsabilidad de los individuos en el cumplimiento de las medidas para evitar la transmisión del virus y un disparo en el número de casos”.
Johnattan García Ruiz, abogado y magíster en Salud Pública de Harvard y profesor de Derecho y Salud global de la Universidad de Los Andes, hace un diagnóstico positivo y plantea que el país tomó medidas que han permitido manejar la situación de la mejor forma posible, sin situaciones críticas en la red hospitalaria. “Eso nos permite con mayor tranquilidad entrar a una nueva etapa. Es imposible pretender que aplanamos la curva, como muchos quieren, pero no es necesario; lo que hemos hecho nos permite flexibilizar los controles, sin dejar de estar atentos a la evolución de los contagios. Esto es importante para la economía y la vida en sociedad”.