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La acusación por presunto acoso sexual que menciona al embajador de Colombia en Panamá
Los hechos habrían ocurrido cuando el diplomático era embajador en Singapur. El caso sigue abierto y la mujer denuncia revictimización.
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Mauricio Baquero, actual embajador de Colombia en Panamá. FOTO: COLPRENSA
12 de febrero de 2023
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Al fallido nombramiento de Víctor de Currea-Lugo como embajador de Colombia en los Emiratos Árabes Unidos tras ser señalado por varias mujeres de ser víctimas de presunto acoso sexual por parte del académico, ahora el Gobierno, más exactamente la Cancillería, atraviesa una denuncia de abuso por parte de uno de sus diplomáticos ya nombrados.
Se trata del embajador de Colombia en Panamá, Mauricio Baquero, quien fue denunciado por una mujer de acoso cuando ambos se desempeñaban como diplomáticos en la Embajada de Colombia en Singapur.
La mujer fue enviada en su primera salida a la embajada del país asiático donde se encontraba Baquero. Allí se desempeñó como tercera secretaria y trabajaba con el embajador y otras dos mujeres que no eran parte de la diplomacia colombiana.
Según contó, en su primer año en el cargo tuvo una buena relación con su jefe y en la evaluación de ese periodo le puso el puntaje máximo. “Nos llevábamos muy bien. Era amable, nos invitaba a almorzar a las tres, pero en 2017 empecé a notar un coqueteo incómodo, solo me invitaba a almorzar a mí”, reveló a la revista Semana.
Luego empezó a notar que el embajador la trataba con más confianza, la empezó a llamar “flaca” por chat, le enviaba emoticones de besos y le escribía fuera del horario laboral. “Lo dejaba en leído, nunca le correspondí y tampoco le reclamé”, dijo la mujer.
De hecho, hasta la esposa del embajador, con quien la víctima se llevaba bien, le advirtió que no saliera con su esposo al notar el trato de él hacía ella.
La confianza pasó al plano físico y una vez, cuando se estaban despidiendo, el embajador “me mandó una palmada entre la pierna y la nalga. Me tocó, me sentí asquerosa”, le expresó a Semana.
Pero con la acción que más se sintió vulnerada fue cuando, según lo que narró, el embajador la habría besado sin su consentimiento y usando la fuerza.
“Yo estaba por salir y mi jefe estaba tomando vino en su oficina. Al verme me ofreció y acepté. Yo estaba del otro lado, hablé de cosas de trabajo. Me hizo conversación, me iba de vacaciones, me preguntó sobre eso y le conté. Al irme, se levantó, me agarró la cara y empezó a besarme. Quedé en shock, quité la cara y volvió a hacerlo. Así pasó tres veces”, detalló.
Esto la motivó a denunciar el acoso ante la Oficina de Control Interno del Ministerio, pero por competencia esta terminó en la Procuraduría. Durante todo el proceso se ha sentido revictimizada, según dijo.
“Durante la investigación que condujo la oficina de Control Interno de la Cancillería, tuve que soportar ser confrontada en varias ocasiones por el señor Baquero. En las diligencias, el embajador no negó en ningún momento los hechos ocurridos el 6 de abril de 2018, los cuales motivaron mi denuncia”, explicó la mujer; sin embargo, el ahora embajador de Colombia en Panamá, la culpó a ella de “‘provocar” su comportamiento.
“Tuve que buscar ayuda psicológica, pues todavía enfrento las secuelas del abuso del que fui víctima y de las consecuencias de haber hecho la denuncia”, narró en una carta al canciller a la que tuvo acceso Semana.
Pidió que se replanteara el nombramiento de Baquero como embajador, que ocurrió el pasado mes de octubre, pero no obtuvo ningún resultado pues la Cancillería le respondió que esperará la decisión de la Procuraduría. La mujer dijo que intentó agendar una reunión con la vicecanciller, Laura Gil, pero no hubo respuesta.
Semana consultó a la Cancillería sobre el caso y desde allí respondieron que el gobierno anterior solicitó y obtuvo la aprobación para designar a Baquero y que el embajador goza de su derecho de presunción de inocencia en medio del proceso que sigue en curso.
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