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En Colombia la mayoría de las tierras despojadas ni siquiera fue por la vía del fusil. Hubo métodos tan complejos como refinados, que involucraron a delincuentes de cuello blanco. Esa fue una de las aristas del despojo halladas por el superintendente de notariado y registro, Jorge Enrique Vélez, quien cumple cuatro años en el cargo. El Colombiano dialogó con él.
¿Qué balance hace de su gestión?
“Hay una gran satisfacción. La Superintendencia en materia de registro y notariado cuenta ya con tecnología de punta. Otro gran acierto fue poderle contar al país cuál es la realidad de la tierra en Colombia, con unos diagnósticos que hemos hecho durante estos cuatro años como ejecutores de la Ley 1448 (de víctimas). Algo que también se debe resaltar es la confianza que tienen los colombianos en esta entidad, pues ocupamos el primer lugar en cuanto credibilidad comparados con otras instituciones.
Pero no todo ha sido bueno...
“Es cierto. Hay muchos aspectos en los cuales mejorar. Por ejemplo, en el tema de sistematización nos falta todavía unificar una sola metodología de calificación, pues aún tenemos tres sistemas distintos. También nos falta mucho en el tema de notarías en zonas de consolidación, que les permitan a esas zonas apartadas tener el servicio”.
Hablemos de los notarios, ¿qué tan políticos son?
“Eso pudo haberse dado y tiene lógica históricamente, pero recordará usted que desde los gobiernos de Uribe y Santos se vienen haciendo concursos, de hecho ya vamos para el tercero. Actualmente el 90 por ciento de los notarios están en carrera y concursaron. La idea es que en Colombia todos los notarios sean elegidos así y se despejen del todo esas dudas de la ciudadanía”.
¿Cómo va la restitución de tierras?
“Ahí falta por hacer un diagnóstico de su aplicación. La ley nos da un plazo de 10 años de los cuales ya llevamos dos, y de ahí la gran responsabilidad que tenemos en los próximos ocho años de formalizar y titularizar a todos los colombianos. Este es un trabajo todavía bastante largo que nos corresponde y que muchas veces, por falta de tiempo y de presupuesto, no marcha como quisiéramos, pero seguimos trabajando en eso”.
¿Qué hallazgos ha hecho?
“Lo primero es que la Ley de restitución de tierras nos puso en la labor de averiguar la verdad sobre la tierra en Colombia. Lo segundo es que nos dimos a la tarea de investigar cómo ha sido la tradición de tierra en el país y pudimos entender que muchos de los ciudadanos no tienen un título de propiedad y, por eso, montamos las unidades móviles y nos fuimos por todo el país a registrar. Pero hay algo más importante aún y es que detectamos cómo fueron las formas de despojo en Colombia, y llegamos a una conclusión muy dolorosa y es que además del despojo material, que como digo yo, fue con plata o con plomo, hubo un gran despojo jurídico. Identificamos 65 formas de despojo en las que no se utilizaron ni las armas ni las amenazas, sino las normas jurídicas y los lapiceros para firmar las sentencias, las resoluciones y las escrituras”.
Han estado involucradas empresas y personas poderosas, no solo grupos ilegales...
“Así es, pero nosotros no miramos ni cédulas, ni NIT, ni preguntamos quiénes son. Cuando encontramos un caso de ese tamaño lo denunciamos ante la Fiscalía para que realice la investigación y determine los responsables. No miramos si el ladrón es de cuello blanco, guerrillero, narcotraficante o paramilitar, sea el que sea, el que haya robado un solo metro de tierra en Colombia tendrá que devolverla, bien sea al Estado o al ciudadano despojado o, por el contrario. Aunque también hay casos en los que procedemos a ratificar la propiedad”.
¿Cuál es la zona más crítica del país en restitución?
“Yo no podría hablar de excluir ningún departamento de Colombia, es más hasta despojos hemos conocido en San Andrés. Antioquia es un departamento donde hubo muchos problemas; Córdoba, Bolívar, Meta y, en general, todo lo que es la altillanura han sido problemáticos”.
¿Cómo lograr un equilibrio entre el campesino y la agroindustria?
“Como lo dice Santos: aquí cabemos todos y tenemos que caber todos, el pequeño campesino, el labriego medio y l0s grandes inversionistas. Este es un país de todos y para todos, y es deber de cada uno ayudar a optimizar la producción de la tierra”.
¿Cómo va el registro único de propietarios de Armero?
“Espero hacer un informe de cuantas personas se presentaron para hacerlo público, pero la verdad es que no hubo sorpresas en municipios en los que nosotros habíamos identificado que había descendientes de personas de Armero. Cuando abrimos la convocatoria en el resto del país, nos sorprendió la cantidad de gente que llegó a las distintas oficinas de registro en los a presentarnos sus inquietudes”.
¿Le interesa la política local?
“Yo quiero mucho a Medellín y a Antioquia, nací allá y seguiré trabajando siempre por mi tierra, pero trato de hacer muy bien mi función aquí y todo lo demás lo dirá Dios y lo determinará el futuro. Por ahora tengo una labor muy importante con Santos y estamos jugados en ella. Cada día traerá su afán”.
Pero le suena...“
A mi siempre me sonará mi departamento y mi ciudad. Obviamente ahora no porque no hay ninguna posibilidad pero yo jamás dejaré de trabajar por Medellín y Antioquia”.
Politólogo y abogado. Ni derecha ni izquierda. Política y deporte, los temas que me gustan. Viendo los toros desde la barrera.