Una serie de presuntas chuzadas a su celular personal, seguimientos nocturnos y movimientos sospechosos cerca a su residencia fueron algunas de las señales de alerta por las que el director de la Unidad Nacional de Protección, Augusto Rodríguez, ya sospechaba de un posible atentado en su contra.
Finalmente, y pese a las medidas de precaución que tomaron él y su equipo de escoltas, el ataque armado se produjo en la noche de este martes dejando a uno de los presuntos criminales muerto y a un escolta con heridas leves.
Pasadas unas cuantas horas del hecho, Rodríguez ha entregado algunos detalles sobre lo que venía ocurriendo días antes y lo que pasó esa noche minuto a minuto.
Según su relato, el director de la UNP recogió a su hija en la Universidad y se dirigió a su residencia ubicada en Ciudad Montes, en la localidad Puente Aranda de Bogotá.
Una vez llegaron a casa, Augusto cambió la rutina de siempre, en la que los escoltas se bajaban primero, y decidió descender del vehículo con su hija sin esperar la respectiva verificación.
Ya entrando a su casa, los escoltas empezaron a escuchar el ruido de varias motos que era inusual a esas horas de la noche en un sector relativamente tranquilo de la ciudad.
Sin verlos todavía, uno de los escoltas se acomodó en posición de disparar por si algo ocurría. Y así fue. Mientras Rodríguez y su hija ingresaban a la vivienda, las motos se acercaron más y más hasta que quedaron cerca de la camioneta de seguridad.
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Lo que los salvó, según contó el director, fue que ambos alcanzaron a entrar cuando inició el tiroteo y observaron los hechos desde adentro.
“Fue una balacera muy fuerte en la que hubo por lo menos 20 intercambios de disparos entre ellos. Las motos se fueron en contravía y a unos 100 metros una persona cayó de una moto. Uno de mis escoltas tuvo una herida leve en la pierna, sufrió un rozón y la camioneta tenía varios impactos”, contó el director en entrevista con RCN Radio.
El evento duró poco, entre las 10:30 y 10:35 de esa noche, y fue atendido de inmediato por las autoridades.
A la residencia de Rodríguez llegaron los más altos mandos de la Policía para verificar la situación e iniciar las investigaciones correspondientes: el director de la Policía, general Henry Sanabria y el comandante de la Policía de Bogotá, general Carlos Triana.
Antecedentes: hubo presuntas chuzadas a su celular
Dentro de su relato, Rodríguez también habló de los movimientos sospechos que había notado su equipo de seguridad, un grupo de funcionarios de la UNP compuesto por un carro de protección y dos hombres armados y entrenados para su defensa.
Dichos hombres fueron los que se percataron de una situación inusual el pasado lunes. Según el director, “la noche del seis de marzo yo regresaba a mi casa y los escoltas no me dejaron bajar del vehículo porque detectaron un vehículo de color rojo que aparentemente nos venía siguiendo, entonces esperé varios minutos hasta que ellos decidieron y afirmaron que la situación estaba controlada”.
Sobre las supuestas chuzadas a su teléfono, Augusto dijo que no se ha comprobado nada en ese sentido, pero que, desde hace un par de semanas, ha notado que se hacen llamadas desde un número que aparentemente es el suyo para amenazar a otras persona.
De hecho, el director también aseguró que a su celular le llegó un mensaje amenazante que decía “a usted también le caben balas”.
“Yo no me quiero aventurar a decir que el principal sospecho es tal, pero sí me pone nervioso la posibilidad de que mi celular haya sido clonado, especialmente puedo inferir que puede ser alguno de los sindicatos que tiene vínculo con la entidad”, concluyó Augusto Rodríguez.