En Cúcuta, Norte de Santander, aseguran que el chikunguña se cura con agua de coco y leche condensada. Algunos dicen que el dolor en las articulaciones disminuye con mango, limón y sal. En las tiendas venden “el combo chikunguña” que incluye pastillas e inyecciones que varían de tienda en tienda.
Así lo explica, Jhon Jairo Jacome, uno de los 22.000 cucuteños que se han retorcido del dolor. A finales de 2014 se levantó con ronchas en todo el cuerpo, con un salpullido incontenible, con un dolor en las piernas tan fuerte, tanto, tanto, que levantarse de la cama resultó ser una hazaña. Así estuvo una semana. No fue al médico. Dice que es tan frecuente la epidemia que “aquí ya sabemos la cura”. Y la enumera: dos acetaminofén, hidratarse y quedarse en la cama. “Por eso es que aquí se dice que el registro de los 22.000 se queda corto porque estoy convencido de que no hay una sola familia, en Cúcuta, que tenga o haya tenido un familiar con chikunguña”.
Por esa razón, cuenta que en la capital nortesantandereana todo el mundo resultó ser farmaceuta. “Una persona se enferma y todo el mundo lo receta. Hay hasta remedios caseros y se inventan cosas como tomar agua de coco con leche condensada o papaya. También comen mango, pimienta y canela. Todo el mundo tiene un alivio para el chickunguña”. Él mismo tomó agua de coco.
Para tratar de mitigar la reproducción del mosquito, la Alcaldía de Cúcuta adaptó unas camionetas que fumigan, a lo que se le suma un grupo de funcionarios que van de barrio en barrio, adelantando campañas de prevención que buscan que los cucuteños no tengan en sus casas, por ejemplo, tanques con agua.
¿Qué se ha hecho?
El ministro de Salud, Alejandro Gaviria, ha explicado que desde noviembre de 2013 el país se está preparando para la llegada del chikunguña identificando y estudiando personas provenientes del Caribe que presentaron síntomas compatibles de la enfermedad. Sin embargo, fue en septiembre de 2014 cuando se presentaron los cuatro casos autóctonos de la enfermedad, en Mahates, Bolívar.
Gaviria ha insistido en que el éxito para la contención y mitigación de esta enfermedad requiere un compromiso de todas las instituciones y reiteró la necesidad de fortalecer la gestión a nivel territorial por parte de gobernadores y alcaldes, para garantizar la sostenibilidad de las acciones contempladas en la estrategia nacional.
Repunte de la enfermedad
El viceministro de Salud Pública, Fernando Ruiz, afirmó esta semana que en el país se presentará un nuevo pico en el número de casos clínicos del virus de chikunguña como consecuencia del desplazamiento de la población a las zonas de influencia por las vacaciones.
Y agregó que hay brotes secuenciales de la enfermedad debido a que está activa la transmisión del virus en 133 municipios de Bolívar, Norte de Santander, Sucre y Córdoba, los departamentos de mayor incidencia.
“En el primer semestre de 2015, la enfermedad tendrá clínicamente la mayor incidencia y a finales de año se estima que llegará a más de 700.000 casos. Es equívoco asegurar que se podía evitar porque hasta el Centro de Control de Enfermedades de Atlanta y la Organización Panamericana de la Salud señalan que la presencia del vector está circulando desde el sur de los Estados Unidos hasta el norte de Argentina”, enfatizó.
Subrayó que “más allá de las cifras y las proyecciones de casos –que son necesarios para las estadísticas y toma de decisiones- lo importante es que las entidades territoriales, los alcaldes y demás autoridades centren sus acciones de prevención y control ambiental haciendo uso eficiente de los recursos girados por el Ministerio desde la vigencia 2013 y 2014”.
Frente a esto, la Asociación Colombiana de Empresas Sociales del Estado y Hospitales Públicos (Aseci), le pidió esta semana especial atención al Gobierno debido al incremento en los casos del virus, pues están aumentando y los centros de salud ya no dan a basto.
La directora de Aseci, Olga Lucía Zuluaga, le dijo a Colprensa que se debe prestar más atención a las instituciones que reciben a los pacientes afectados con el virus, pues “están desbordadas en el número de consultas y todo lo que tiene que ver con la atención de estos pacientes”.
Adicionalmente, aseguró que los contratos que las Instituciones de Salud tienen con las EPS son de capitación -es decir por cada persona- y no reciben recursos así haya un incremento importante en su número de consultas.