El día para conmemorar la libertad religiosa y de culto en Colombia, celebrado el pasado jueves 4 de julio, sirvió de escenario para que el presidente Iván Duque le diera una instrucción a la ministra de Educación, María Victoria Angulo: crear las “Escuelas de padres”, con el objetivo de fortalecer la relación entre los padres, el colegio y sus hijos, así como la relación con la academia.
Duque señaló que “cuando los niños crecen en espacios hostiles” su desempeño académico se ve afectado, por lo que este programa busca espacios de formación, no solo educativa, sino en valores.
¿De qué se trata?
La ministra explica que estas escuelas son una prioridad en el país y el continente, y por ello quedó incluido dentro del Plan Nacional de Desarrollo, a través de la propuesta “Entornos Escolares para la Vida, la convivencia y la ciudadanía”, en la que las familias se convierten en actores activos “en los procesos de acogida, afecto y desarrollo que trabajan de la mano de las instituciones educativas con el propósito de lograr un desarrollo integral de las estudiantes”, según respuestas suyas enviadas a EL COLOMBIANO.
Angulo explicó que la meta es construir, de manera participativa, orientaciones pedagógicas para fortalecer la alianza entre la familia y la escuela.
Estas propuestas, que quedarán en un documento en cada colegio, tendrá “instrumentos que permitan identificar los intereses, saberes, inquietudes y necesidades de las familias en relación con el cuidado y la crianza de los niños, niñas y adolescentes”.
Sobre esto, Jhon Alexander Echeverri, profesor de Envigado, quien fue nominado al Global Teacher Prize 2018, señala que este programa permite la participación de las familias, con la interacción de docentes, en los procesos de formación de los estudiantes para la toma de decisiones ante las problemáticas sociambientales que impactan la comunidad.
Sin embargo, el docente ve un gran reto, y tiene que ver con que “el problema es que no todos los padres tienen ese compromiso y sentido de pertenencia ante los problemas que afectan a sus hijos”.
Si ese sentido de pertenencia se alcanza, dice el profesor, “mejoran los colegios y el país”.