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La jornada en Neiva empezó el martes 3 de marzo con un reclamo de Sebastián Auli, un muchacho de 14 años quien con su uniforme de colegió llegó hasta la Conversación Nacional, que se realizó en el Recinto Ferial La Vorágine de esta ciudad, le dijo a la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez que si los estudiantes eran tan importantes para este gobierno por qué ellos no tenían una mesa para sentarse con ella.
La vicepresidenta explicó que no se dispuso mesa porque eran muchos estudiantes (la rodeaban cerca de 20), pero que quería escucharlos. Se sentó en el suelo, armó un circuló y Sebastián y sus amigos comenzaron a contarle sus preocupaciones. Explicaron que sus salones se están cayendo, que la manipulación de los alimentos no era la adecuada, que era necesario hacer campañas de prevención de abuso sexual, que necesitaban lo básico, conexión wifi.
Ramírez tomó nota, llamó a la ministra de Educación, María Victoria Angulo, y pasó para la siguiente mesa. Así transcurrió el minuto a minuto de la Conversación Nacional, que este domingo cumplió tres meses y 20 días de estar recorriendo el país y que surgió como iniciativa del Gobierno para contener la oleada de protestas que, desde el 21 de noviembre del año pasado, se tomaron las calles del país y llegaron a generar una histeria colectiva, acompañada de cacerolazos y comercios cerrados.
“Dije que el país necesita abrir una gran conversación. Creo que Colombia lo que más demanda de quienes ejercemos liderazgo, es que dejemos atrás vanidades y nos preocupemos por la atención de las necesidades”, afirmó el presidente Iván Duque y conformó la Conversación Nacional.
Sin embargo, la idea no caló en el corazón del Comité Nacional del Paro, integrado por cerca de 15 organizaciones entre esas la CUT, Fecode, Asonal Judicial, la CGT. Entonces, se armaron dos mesas: por un lado estaba la del paro y, por otro, la Conversación Nacional.
En esta última, se realizaron 49 reuniones para revisar temáticas como educación, ambiente, crecimiento con equidad, juventud, paz, transparencia y lucha contra la corrupción. Además, hubo 12 encuentros regionales en Medellín, Cali, Villavicencio, Florencia, Girardot, Bucaramanga, Popayán, Pereira, Tumaco, Neiva, Cúcuta y Bogotá y los ciudadanos entregaron a través de la plataforma de internet 13.878 propuestas. De estas, 1.195 son propuestas relativas a los jóvenes; 23,13 % a educación; 18,49 % a empleo; 9,21 % a participación ciudadana. En la mesa del paro hubo siete reuniones y salieron 135 propuestas (ver recuadro).
“En la Conversación Nacional logré desactivar la agresividad y ese afán de destrucción que había en noviembre. Hemos demostrado que este es un gobierno que sí escucha a los ciudadanos. Estamos abiertos a recoger dentro de nuestros programas, lo que de verdad sea un clamor ciudadano que tenga justificación”, apuntó Ramírez.
Pero entonces, ¿cuáles fueron los resultados concretos? Con esta misma pregunta llegó hasta el auditorio de Neiva Xiomara Chalá, de 19 años, quien le preguntó a la vicepresidenta: “¿esto servirá para algo?, ¿por qué en un país que puede ser autosostenible no se protege más el ambiente en vez de incentivar a las hidroeléctricas? Usted debe saber que estas son propuestas que se han venido presentando desde hace mucho tiempo y nunca ha habido ningún cambio”. Ramírez le respondió: “Me gusta lo que estás diciendo porque tenemos que generar capacidad crítica. Aquí no se trata de gastar tiempo y sí, es válido preguntarnos: ¿estas propuestas para qué? Hay muchas iniciativas que sí se pueden implementar, por ejemplo, los ministerios aceleran sus programas”,
Xiomara le insistió en que estas mesas eran una pérdida de tiempo. “Mi preocupación es que quieren construir hidroeléctricas en los humedales. Vine a contarle eso a la vicepresidenta, pero no va a pasar nada”.
Diego Molano, director del Departamento Administrativo de la Presidencia, tiene parte de la respuesta que llegó buscando Xiomara en Neiva. “La Conversación tenía el propósito de generar confianza, de desarrollar un mecanismo para escuchar y para cerrar brechas sociales”.
Entre los logros destacó que se expidió el decreto 2365 de 2019 para facilitar la contratación de 60 mil jóvenes en el sector público (sin mínimo de experiencia). Se creó el programa de jóvenes veedores de los recursos de las universidades públicas. Se aceleró la reforma al Icetex y se creó un plan de alivios económicos que beneficiará a 120 mil estudiantes.
Además, se aseguró un billón de pesos anuales para mejorar las vías terciarias. Se firmó el acuerdo de Escazú para proteger a los líderes ambientales y se aceleró la aprobación de los proyectos anticorrupción en el Congreso y se conformó el bloque de búsqueda anticorrupción
Juliana Uribe, directora ejecutiva y fundadora de Movilizatorio, el laboratorio de participación ciudadana e innovación y uno de los actores que marchó en el paro de noviembre, indicó “que ganamos en diálogo. Este proceso será negativo si no pasa nada. Si después de la Conversación no vemos resultados, si no hay políticas concretas, la gente se va a desmotivar. Entonces, resalto lo positivo, pero nos falta mucho. La conversación se debería acabar y debe haber una respuesta más clara del Gobierno”.
Entretanto, al final de la conversación en Neiva, la vicepresidenta dio sus conclusiones y le habló a Sebastián y a Xiomara. Al muchacho le dijo que se revisará el mejoramiento de infraestructura educativa y el Programa de Alimentación Escolar y a Xiomara le insistió en lograr un equilibrio entre ambiente y desarrollo.
“Propongo que Xiomara acompañe una mesa que tiene la Conversación Nacional sobre la transición energética. Quiero que ella esté en esta mesa porque tenemos que lograr un equilibrio, hay que hacer las obras de manera sostenible, sin amenazar las fuentes hídricas”. Ella no solo fue parte de la conversación, ahora tendrá que participar en la solución, esa es la intención con los diálogos nacionales, resolver las problemáticas desde las propuestas .