Contrario a lo que esperaban los 130.000 venezolanos que cruzaron a Norte de Santander el domingo pasado, la frontera entre Colombia y Venezuela permanecerá cerrada hasta que no se garanticen las condiciones de seguridad y una disminución sustancial del contrabando. Así lo dijo ayer la canciller María Ángela Holguín, después de sostener una reunión con las autoridades fronterizas.
De acuerdo con la canciller, en la frontera no se repetirán jornadas humanitarias como la del domingo. El paso estará prohibido. “Vamos a trabajar para que la próxima reapertura sea definitiva. El próximo fin de semana no habrá paso como el fin de semana anterior, sino que vamos a trabajar para que la frontera esté lista y segura”, dijo.
Después de evaluar el desplazamiento masivo del fin de semana, la canciller concluyó que “el riesgo de que pueda pasar cualquier cosa es grande, eso no lo vamos a ocultar. Sin embargo, sentimos satisfacción de apoyar a los venezolanos que quisieron venir a comprar”. No obstante, reiteró que los venezolanos que permanezcan en el país sin autorización “serán expulsados”.
La frontera permanecerá cerrada por lo menos hasta el 4 de agosto, día en el que se reunirá Holguín con su homóloga venezolana, Delcy Rodríguez. Mientras tanto, el gobernador de Norte de Santander, William Villamizar, anunció “más operativos para controlar el contrabando. Se quiere es una frontera abierta con condiciones de seguridad”.
Según el gobernador, la población venezolana “pide que estas fronteras estén abiertas. Nosotros decimos que sí, pero cumpliendo las normas. No queremos que sea una línea de división sino una frontera de unión. El mensaje es claro: esperar un poquito”.
Por su parte, el gobernador del estado fronterizo de Táchira, José Gregorio Vielma Mora, respaldó las afirmaciones de las autoridades colombianas: “Tendremos más reuniones y una alta convicción de que vamos a lograr pronto esta reapertura, con controles migratorios de primer nivel”.