El Acuerdo de Punto Final, que hasta ahora permitió girar $1,2 billones para sanear las deudas del sector; destinar $438 mil millones para los hospitales y aumentar las capacidades de la Superintendencia de Salud, son algunos de los puntos con los que se va el ministro de Salud Juan Pablo Uribe, quien sale del gobierno luego de acordar la decisión con el presidente Iván Duque. Tras este cargo están 10 nombres que llegaron del Centro Democrático, la U, Cambio Radical y los conservadores (ver informe).
Quien llegue al Ministerio tendrá que sortear tareas como la estabilidad económica del sistema, mejorar el acceso y romper barreras en la atención, como las demoras en citas médicas con especialistas y el acceso a medicamentos de alto costo.
La historia de Uribe en el Ministerio terminó en Twitter con cuatro publicaciones del presidente Duque, en las que, en términos generales, señaló que deja su cargo tras “su buena gestión y compromiso”. A renglón seguido dio a conocer que como encargado del despacho quedará, temporalmente, el actual viceministro de Salud Pública, Iván Darío González.
El ministro saliente, por su parte, reconoció que el presidente Duque “se la jugó por mejorar la calidad de la atención” y dejó claro que el país requiere una visión estratégica de mediano y largo plazo, haciendo énfasis en que no se debe perder el foco. De su trabajo destacó que se logró “firmar la reglamentación de la ruta de atención para mujeres víctimas de violencia” y dijo que su salida corresponde al cierre de un ciclo laboral.
Panorama político
El docente de la Universidad Externado Carlos Arias lee la decisión con un trasfondo político. “Es la primera pista que muestra el presidente y lo que hace es indicarnos que hará cambios en su gobierno”.
En ese sentido, fuentes consultadas le apuntan a que la ida de Uribe obedece a una decisión más política que técnica, pues citan el sondeo del diario La República a empresarios del país, que lo ubicó entre los dos ministros con mejor calificación: 3,2 junto al ministro de Comercio, José Manuel Restrepo.
Por eso, Augusto Galán, director del observatorio Así vamos en salud, señaló que su salida “sí causa extrañeza” y reconoció el esfuerzo que para conseguir recursos con el fin de “sanear las deudas”.
El analista Arias también les respondió a quienes no entienden el porqué de la salida de un funcionario “bien calificado”, destacando que “el hecho de que Uribe fuera uno de los mejores da a entender que, sin importar quién sea, sí es conveniente mover fichas para darle oxígeno al gobierno”. En el ambiente político también se dice que vendrán más cambios, los cuales apuntan a los ministerios de Agricultura, Interior y TIC.
Logros y pendientes
José Norman Salazar, director del Centro de Derecho Médico (grupo de estudio en el Eje Cafetero), apuntó que aunque “se va un ministro presentable”, le reclamó su tibieza en asuntos como las “la exclusión del IVA a servicios suntuarios como las cirugías plásticas”.
Olga Lucía Zuluaga, presidenta de la Asociación Colombiana de Empresas Sociales del Estado y Hospitales Públicos (Acesi), indicó que entre las prioridades del ministro entrante están la financiación de las Empresas Sociales del Estado (ESE) al igual que las redes integrales de servicios en salud. También tendrá sobre la mesa crear un fondo de recursos para los prestadores ya que se encontrará con las dificultades económicas que quedan tras las liquidaciones de EPS, como las que se dieron este año con Comfacor, Cruz Blanca y Emdisalud, y las “que seguramente llegarán”, como el caso de Medimás y de Salud Vida, que está en un limbo judicial, pese a que su liquidación se anunció en noviembre.
Galán aseguró que se debe implementar y fortalecer el área de talento humano en el sector y reducir las desigualdades de atención que viven las comunidades rurales. “Ojalá el Gobierno tenga presente la necesidad de continuar con una visión técnica desde la cabeza del Ministerio”, concluyo Galán.