Con la captura de Dairo Antonio Úsuga David, alias Otoniel, máximo jefe del Clan del Golfo, las autoridades de Colombia comenzaron a develar todo el entramado que sostenía su imperio delictivo.
Entre los principales descubrimientos se encuentran las rutas utilizadas para el envió de cocaína que, según la Policía nacional, ascendía a 20 toneladas de cocaína mensuales, en uns distribución que cubría 28 países entre los que se cuentan EE. UU., Inglaterra, España, Australia, China, Francia, Portugal, México y Brasil.
El general Jorge Luis Vargas, director de la Policía Nacional, expresó que el Clan del Golfo “tiene cinco alianzas principales para el tráfico de cocaína hacia distintas latitudes. En México, los carteles de Jalisco, Nueva Generación y Sinaloa; y en Europa, las mafias Calabesa y Siciliana y redes de narcotráfico de Los Balcanes, estas últimas encargadas de surtir a países de África y Medio Oriente”.
Las redes señaladas por el general Vargas para el tráfico de cocaína, usaron varias estrategias para el transporte de drogas: go fast, contaminación de contenedores, el sistema de hormigueo (personas que cruzan las fronteras con uno o dos kilos de coca en sus morrales), y las aeronaves.
Además, dentro de la estrategia para el movimiento de los kilos de cocaína, las organizaciones encargadas del envío, utilizaron más de 200 logos de ropa, calzado, vehículos de alta gama, deportes y hasta almacenes de cadena para identificar el producto y desviar la atención de las autoridades. “Alias Otoniel utilizaba directamente el de la macra Teka”, señaló la Policía.