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En algunas veredas de Briceño e Ituango los niños saben que es peligroso correr tranquilos por algunas trochas de esas montañas o subirse a los árboles a coger frutos. La amenaza de las minas antipersonal es latente y sus habitantes han visto morir a soldados, campesinos y menores de edad.
Lucho y Paulina les enseñan a los estudiantes de las escuelas rurales que no deben recoger elementos extraños del camino y abstenerse de su curiosidad infantil y no intentar desarmarlos. También que deben tener cuidado al trepar los árboles, pues los artefactos explosivos usados por el frente 36 de las Farc pueden estar enterrados en la tierra o colgados sobre las ramas.
Ellos son los personajes animados de la cartilla “Lucho y Paulina en mi vereda camino seguro”, quienes instruyen, con un mapa, una regla, un rotafolio y un cd interactivo, “comportamientos seguros”, como lo denominan las autoridades en esta estrategia para prevenir los accidentes con minas antipersonal.
Este proyecto de la Gobernación de Antioquia se replica desde marzo de este año en los municipios de Ituango, Toledo, San Andrés de Cuerquia, Yarumal y Valdivia. Es una paradoja para enfrentar uno de los peores flagelos del conflicto. Mientras “juegan”, los menores de edad de las localidades en alto riesgo aprenden a salvar sus vidas.
Y coincide con el anuncio del inicio del desminado humanitario en un puñado de municipios críticos de Antioquia y Meta por definir en el próximo ciclo de las negociaciones en Cuba.
Si se tiene en cuenta que con 11.073 víctimas Colombia ocupa el deshonroso segundo lugar entre las naciones del mundo con más población afectada (después de Afganistán), Antioquia y Meta representan gran parte de esta tragedia.
Según la Dirección para la Acción Contra Minas Antipersonal, son los departamentos más minados y con mayor cantidad de víctimas. Antioquia registra 2.465 víctimas y Meta 1.112. Ambos representan el 32 por ciento del total nacional de las víctimas y el 36 por ciento de las civiles (4.244).
Claman por desminado
El jefe negociador del Gobierno, Humberto de la Calle, sugirió que “por lo menos tres municipios en Antioquia y tres en el Meta serán seleccionados para iniciar el plan piloto del desminado humanitario acordado con las Farc”.
Aunque aún no se revela cuáles son, las autoridades y comunidades de ambas regiones lo reclaman urgente en nueve localidades.
Por Antioquia están Briceño, Ituango, Cáceres y Tarazá, mientras que en Meta solicitan priorizar Vista Hermosa, Uribe, Puerto Rico, Mesetas y La Macarena.
Solo estos nueve pueblos suman 1.373 vidas perdidas o afectadas en accidentes con las trampas explosivas del conflicto que no distinguen entre un combatiente, un campesino, una mujer o un niño (ver infografía).
Por eso el gobernador de Antioquia, Sergio Fajardo Valderrama, lamenta que los niños de dos pueblos priorizados (Briceño e Ituango), no puedan jugar con toda tranquilidad por el riesgo de dar un paso fatal. “Es doloroso que tengan que aprender con una cartilla a caminar en el campo, que no puedan correr ni montarse a un árbol tranquilos para que no vayan a pisar una mina antipersonal”.
Explica que aunque son 90 los municipios antioqueños afectados por estos artefactos explosivos, “estos cuatro son el problema neurálgico hoy en nuestra región. Es muy paradójico estar contentos porque en Antioquia comienza este desminado, porque significa que somos los campeones de la barbarie de las minas”.
El gobernador enfatiza que Antioquia es el departamento más azotado y con más víctimas por la presencia histórica de todos los grupos armados ilegales (guerrillas, paramilitares y ahora bandas criminales), que han usado las trampas explosivas.
“Tenemos regiones afectadas como el Norte, Nordeste y Bajo Cauca, y en menor medida Urabá, donde hay problemáticas de cultivos de coca, minería ilegal y por eso se concentran estructuras de las guerrillas y las bandas criminales”, indica el gobernador Fajardo.
Arma de los frentes 18 y 36
Según los altos mandos militares, en Ituango, Briceño (Norte antioqueño), Tarazá y Cáceres (Bajo Cauca) se ubican los frentes 18 y 36 de las Farc, dos de los más activos en el Noroccidente del país y que más usan explosivos y las minas antipersonal.
El general Leonardo Pinto, comandante de la Séptima División del Ejército, ha explicado que las guerrillas recurren a estos artefactos prohibidos por el Derecho Internacional Humanitario para frenar la ofensiva militar, proteger sus zonas de retaguardia como el Nudo de Paramillo (donde se asienta Ituango) y áreas de cultivos de coca.
Y han sido efectivas para las guerrillas. Desde 2005, son 120 los policías muertos en zonas de erradicación por emboscadas o víctimas de minas antipersonal, en especial en los municipios del Bajo Cauca, entre estos Tarazá y Cáceres. Esta es la subregión con mayor área sembrada de coca en Antioquia y una de las cuatro del país.
En Briceño sus habitantes aún lamentan una advertencia de los guerrilleros en los años 2012 y 2013: “No se metan a los cocales que los vamos a minar porque ya vienen erradicadores con el Ejército”.
El 3 de abril de 2012 cinco civiles que arrancaban matas de coca cayeron en un campo minado en la vereda El Roblal. Siete días después un adolescente de 15 años murió destrozado por una mina cerca a un cocal, en la vereda La América.
El municipio más minado
Según las estadísticas del Gobierno, Vistahermosa (Meta) es el municipio con más víctimas de Colombia.
Desde 1990 hasta marzo de este año suma 362 personas entre militares, civiles y algunos guerrilleros que murieron, resultaron mutilados o quedaron ciegos o sordos por culpa de las minas explosivas o las municiones sin explotar.
Lo ratifica el gobernador de Meta, Alan Jara Urzola, quien agrega que “le siguen Uribe, La Macarena, Puerto Rico y Mesetas. En proporción a la población, somos los más afectados”.
Como uno de los mandatarios que más reclamó el acuerdo de desminado entre el Gobierno y las Farc está ilusionado con este plan para su región. Pero advierte las dificultades en Meta y otras regiones azotadas del país que también lo solicitan con urgencia.
“No hay mapas que permitan establecer los campos minados, ni el número de artefactos, lo que exige un ejercicio en el territorio con la comunidad, los alcaldes, el apoyo del Gobierno Nacional, con cooperación de la guerrilla para lograr este desminado”, asegura el mandatario.
También vislumbra que “puede tardar muchos años con apoyo de organizaciones civiles internacionales”, que se sumarían al Batallón de Ingenieros de Desminado del Ejército, que ya trabaja en ocho municipios del país.
Meta es una de las regiones históricas del Bloque Oriental de las Farc, la estructura más grande de ese grupo guerrillero. Así como en Antioquia, las autoridades atribuyen el uso indiscriminado de minas antipersonal para frenar a las tropas y proteger sus campamentos y laboratorios de narcóticos en las amplias zonas selváticas de la región.
Según uno de los oficiales del Batallón de Desminado (539 militares), en terreno deberán identificar con información de los guerrilleros las diferencias en las minas explosivas usadas en Antioquia y Meta. “No esperamos encontrar las minas de primera generación hechas con jeringa y émbolo, que se activan a presión, como en el Oriente antioqueño. En Ituango los artefactos son activados con medios electrónicos y no solo enterrados, sino colgados en los árboles para atentar contra los soldados que buscan minas en el piso”.
El problema es que las Farc y el Eln siguen minando. Y que según los negociadores de la guerrilla, por ahora no se eliminarán estos explosivos en sus fortines en la selva.
Periodista Paz y D.H. Egresado UPB. Ser testigo de los hechos que hacen historia me apasiona del periodismo. La buena música y las deportes alegran mi vida.