Luego de que cesaran los estruendos del operativo militar en El Plateado (Argelia, Cauca) y de la respuesta de las disidencias de las Farc, que dejó 17 civiles heridos, quedó un ambiente enrarecido por la forma cómo se dio la intervención, la posterior visita de los funcionarios del Gobierno y las posturas encontradas con la Defensoría del Pueblo. En este sentido, hubo críticas hacia miembros del Ejecutivo y una suerte de “grito de independencia” de la defensora Iris Marín respecto de la figura del presidente Gustavo Petro.
Una solicitud del Jefe de Estado a los habitantes del corregimiento de El Plateado generó un choque entre Petro y Marín, mientras que la forma de hacer presencia de algunos funcionarios allí trajo cuestionamientos sobre el plan de acción que emprenderá el Gobierno en esa zona del Cauca.
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El choque Petro vs. Marín
“Le solicito a las juntas de acción comunal y a las organizaciones populares del Micay dejar de atender órdenes impuestas del EMC (disidencias de las Farc, Estado Mayor Central)” fue el pedido del presidente Petro a la población de ese corregimiento que marcó la movida. La defensora Marín le contestó al mandatario que se abstuviera de “pedir a la población civil que adopte posición alguna frente a los grupos armados que operan en esa región del departamento, pues puede incrementar el riesgo de dicha población”.
Pero este no es el primer encontronazo que tuvieron. Cuando el mandatario llamó a las mujeres periodistas “muñecas de la mafia”, ella, recién posesionada, le respondió que en la Defensoría “no hay espacio para estigmatizaciones o agravios frente a las periodistas” y que las mujeres “no somos muñecas ni instrumentos de nadie”.
El reciente cruce puso sobre la mesa dos aspectos: que la defensora echó mano de la independencia que debe tener esa institución frente a los distintos gobiernos, y la complejidad que viven los habitantes de poblaciones como El Plateado, que viven bajo el yugo de los fusiles de grupos ilegales.
Sobre el primer punto, el analista político Juan Carlos Flórez le dijo a EL COLOMBIANO que “por una sola intervención no significa que esa será la conducta permanente de ella (Iris Marín)”. No obstante, agrega que, a la hora de la verdad, lo último que les interesa a los habitantes de zonas con problemas de orden público de este calibre “es lo que digan desde las oficinas de Bogotá o lo que discutan funcionarios del Estado”.
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“Estas personas toda la vida se han tenido que someter a la dictadura de las armas y de los bandidos, entonces les queda muy difícil salir a decirles que se vayan de ahí porque después de que pasen las operaciones, los matan o los desplazan”, añadió.
Entre tanto, sobre la situación en la que Petro pone a la población civil, la asesora independiente en temas de convivencia y seguridad, María Stella Baracaldo, considera que “un presidente tiene la potestad de llamar a población a no respaldar las acciones de cualquier grupo al margen de la legalidad, según cada caso, porque lo que pasa en el Cauca es supremamente complejo”.
Agregó que “si los grupos armados son los que están generando tanta violencia y toma de territorios, cualquier autoridad o institución está en la facultad de hacer esa recomendación”.
No obstante, reconoció que “en una población donde no hay acompañamiento del Estado es entendible que no puede haber esa colaboración y pedido de que no se presten para sus acciones, pero para eso debe haber garantía de protección y un plan de inversión social para lograr superar sus necesidades”.
Criticas a funcionarios por fotos
La llegada de ministros y directores administrativos a El Plateado no estuvo exenta de críticas. Aunque la Casa de Nariño asegura que la presencia de los altos funcionarios era una estrategia para llevar oferta institucional al territorio, algunos críticos del Gobierno han señalado que más bien viajaron a tomarse fotos para las redes sociales, pero no a dar soluciones.
A los funcionarios los han criticado porque fueron equipados con chalecos antibalas y cascos militares para interactuar con la población civil —incluidos menores de edad—, que no contaba con protección. De allí que surja la pregunta de si era necesario el equipamiento o si estaban exponiendo de más a estas personas sacándolas de sus casas para tomarse fotos.
“Es preocupante que no haya ido el Jefe de Estado y que mandara a ministros en esas condiciones (con cascos y chalecos). Lo que demuestra es que si para ellos y el presidente no hay seguridad, y son personas que la tienen más garantizada, entonces no hay seguridad para nadie”, opinó al respecto el experto en seguridad y defensa, César Niño.
Una de las imágenes más criticadas la publicó en su cuenta de X (antiguo Twitter) la directora de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito, Gloria Miranda. Se tomó una foto tipo selfie en la que se le ve sonriendo con otra funcionaria, lo cual le causó reproches por tratarse de una zona azotada por el conflicto armado, en donde sus pobladores llevan años a merced de los grupos armados ilegales.
“Hoy llegamos a El Plateado, Cauca. Daremos comienzo al proceso de sustitución de cultivos de uso ilícito. Con mucha esperanza, la población manifestó su deseo por transitar a una economía lícita que les permita vivir en paz”, escribió la funcionaria.
El trabajo de Miranda y su equipo sería fundamental en esa región porque allí se concentra aproximadamente el 75 % de los cultivos de coca del Cauca, según un informe de la Fundación Paz y Reconciliación. Además, la ONU señala que serían 10.000 hectáreas. Pero la Fundación asegura que pueden llegar a 30.000, pues en la zona hay, cuando menos, 15 laboratorios de cocaína.
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La amenaza de las disidencias
Dos días después de la Operación Perseo, las Fuerzas Militares alertaron que disidentes de las Farc de la zona estarían utilizando y poniendo en severo riesgo a menores de edad para afectar la acción del Ejército.
Con labores de inteligencia lograron obtener un audio de un cabecilla de la estructura Carlos Patiño ordenando usar menores de edad para que lleven explosivos que serían ubicados en zonas en las que pudieran afectar al Ejército Nacional, a cambio de $5.000.
“Oiga, ¿qué está esperando pues para comenzar a mandar a los peladitos? Unos chiquitos, los más pequeñitos, para que le lleven el regalito a los chulos”, se oye en la grabación interceptada.
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