Aunque para nadie es un secreto que la coca es uno de los principales problemas en cientos de municipios del país, el cacao y el café son parte de la solución para que en muchas regiones estigmatizadas por estos cultivos de uso ilícito se tenga esperanza de un territorio diferente y con prosperidad para sus campesinos.
Eso está ocurriendo en varias poblaciones del sur de Córdoba y norte y Bajo Cauca de Antioquia, donde infortunadamente las noticias que genera el conflicto armado acaparan los titulares de los diferentes medios de comunicación. Allí cientos de familias pueden contar con tranquilidad que su futuro está en el chocolate y los granos de café, y aunque les toca cultivarlos muchas veces al lado de las matas de coca o incluso cerca de un campo minado, su principal ilusión es seguir adelante con los productos que salen de sus tierras.
El corregimiento de Santa Rita, en Ituango, actualmente sufre por la guerra que sostienen de forma ininterrumpida las disidencias de las Farc y el Clan del Golfo, muchos de sus habitantes se acostumbraron a sembrar y vivir de la coca, sin embargo un grupo de campesinos decidieron darle un valor agregado al café que cultivan en sus parcelas y lo volvieron especial.
Sinitavé, es el nombre del café que tiene el sello de todo lo bueno que pasa en Santa Rita y Jhon Fernando Echavarría, uno de sus creadores, explica que desde hace cuatro años se embarcaron a esta aventura que le apuesta a ser uno de los mejores cafés especiales y que ya se vende en Popayán, Bogotá, Medellín y especialmente en las obras de Hidroituango uno de sus principales clientes.
“Muchas personas que no conocen bien la realidad solo piensan que en esta zona de Antioquia hay coca y grupos armados ilegales, pero también hay muchas cosas buenas y el café que se cultiva por esta región es muy bueno y cultivado por campesinos que quieren tener una economía legal. Acá están todas nuestras esperanzas puestas”, asegura Jhon Fernando.