Durante 2015 en Colombia se destinaron para gastos militares US$207 (612.099 pesos) por cada uno de los 47 millones de habitantes, casi un salario mínimo que es 689.454 pesos.
En total se realizó una inversión de US$9.900 millones, la segunda más significativa entre los países latinoamericanos, superada solo por los US$24.600 millones que gastó Brasil durante el mismo año.
Estos son los datos que entregó el último informe publicado por el Instituto Internacional de Investigaciones sobre Paz de Estocolmo (Stockholm International Peace Research Institute, Sipri), que cuantifica los gastos militares que se realizan en el mundo.
Si bien Colombia aparece entre los primeros puestos del listado del Sipri, si se toma en cuenta el gasto en relación con el número de habitantes de cada país, se traslada al tercer lugar, después de Uruguay y Chile, naciones que tienen una población de 3 y 18 millones de personas y que gastan con fines militares respectivamente, US$293 y US$258 por cada uno de sus habitantes.
Estos dineros se destinan a actividades asociadas con la organización y el funcionamiento de las fuerzas armadas en los diferentes países, tales como el pago de los costos del personal militar, pensiones, servicios sociales o desarrollos militares.
Estas cifras resultan relevantes dentro del contexto del centro del continente, Suramérica y El Caribe, pero no se comparan con la dimensión de los recursos que destinan los líderes mundiales en esta categoría.
Brasil es el único de la región que logra entrar en el ranking del Sipri de los 15 países que más invierten en defensa en el mundo ubicándose en la posición número 11 con un gasto que equivale a 1,4% de su Producto Interno Bruto.
Estados Unidos, país que encabeza el listado, invierte US$596.000 millones, más del doble del presupuesto de China, que aparece segundo con US$215.000 millones, y 60 veces lo que se invierte en un país como Colombia.
Lo que Colombia gastó con estos fines en 2015 representa 3,5% de su PIB, el porcentaje más grande entre los países latinoamericanos, superando incluso el 3,3% de EE.UU. Por su parte, la inversión de US$7.700 millones de los mexicanos, terceros en el listado latinoamericano del Sipri correspondió a 0,7% de su PIB y a US$60 si se divide entre todos sus habitantes (127 millones de personas).
De acuerdo con Germán Nova, profesor e investigador de las universidades Nacional y Central, el caso de la importante inversión de Brasil se debe a una histórica actividad militar que ha desarrollado este país.
“No olvidemos que en Brasil se producen los aviones Tucano y Súper Tucano, que en Colombia se utilizaron frecuentemente para enfrentar el conflicto armado”, señaló el profesor Nova.
Por su parte Julio César Botero, experto en asuntos internacionales y política exterior de la Universidad de La Salle, anotó que esta inversión se debe principalmente a una estrategia de protección como país continental y potencia mundial en materia de recursos naturales.
“Ellos dicen que su gasto está absolutamente destinado a la protección y a temas preventivos. Por eso cuentan con un sistema de vigilancia y protección amazónica. Es todo un tema de monitoreo satelital y también de unos aeropuertos militares muy robustos en la zona para protegerla, porque dicen que no pueden simplemente confiar en la buena fe del resto del sistema internacional”, explicó Botero.
El profesor también añade que en teoría de relaciones internacionales esto se conoce como realismo defensivo: “se trata de mostrarle al mundo mis dientes para no tener que usarlos realmente”.
Para el caso colombiano ambos expertos aseguran que las inversiones militares se han debido en mayor medida al conflicto interno, a diferencia de las grandes potencias como EE.UU. o el mismo Brasil, quienes responden más a movidas geopolíticas.
“Con esto uno se da cuenta de que el gasto grueso en materia de tener un ejército no es la logística de tenerlo, pues Colombia tiene unas fuerzas muy robustas, sino que se da en procesos de investigación, desarrollo de nuevas armas, nuevas tecnologías, equipos para la defensa, y para la interceptación de enemigos. Nos damos cuenta de que Colombia no hace nada de esto, que el gasto dentro de los rubros militares se dan básicamente para nómina y elementos logísticos”, afirmó Botero.
Para Nova, el aumento que ubicó al país entre los que más gastan de la región se hizo evidente después de 2002. “El efecto del Plan Colombia le dio una dinámica al gasto militar, además los dos gobiernos de ‘Seguridad Democrática’ de Álvaro Uribe llevaron a que se incrementara en forma considerable el gasto militar”, manifestó el especialista.
Sin embargo, respecto a 2014 la inversión militar en el país se redujo de US$13.000 millones a US$9.900 actuales, lo que Nova le atribuye a medidas tomadas por el gobierno de Juan Manuel Santos. Pero para él esto no significa necesariamente una reducción sostenida de cara al posconflicto.“ Se podría esperar que después de la firma del acuerdo, por las experiencias de los países de Centroamérica, se requiera fortalecer la seguridad”, concluyó.