El Eln está cumpliendo una de sus metas en el norte del país: conectar sus tropas en Chocó con las que tiene en Catatumbo, Arauca y Venezuela, lo que históricamente se ha conocido como la Ruta Libertadora, y que le permitiría pasar de un lado a otro armas, drogas, dinero y combatientes en caso de “presiones y apuros” militares.
La Defensoría del Pueblo viene siguiéndole la pista a la expansión elena, que ha pasado casi desapercibida, y ha dado cuenta de ello en 24 alertas tempranas emitidas entre 2018 y 2019, que involucran los municipios de la también denominada “franja norte”, en los cuales ha demarcado los riesgos para la población civil a lo largo de las rutas que atraviesan ese corredor.
Desde antes de la firma del Acuerdo de Paz entre el Gobierno y las Farc (a finales de 2016), la presencia del Eln estaba consolidada en la parte media y sur de Chocó, el Nordeste antioqueño, el sur de Bolívar, Cesar y Catatumbo (en Norte de Santander), entonces había tres regiones que se interponían en su aspiración: el Urabá, el Occidente antioqueño y el Nudo de Paramillo, que eran territorios dominados por las Farc y por el Clan del Golfo.
“Se presume que uno de los principales objetivos de la estrategia expansiva del Frente de Guerra Occidental del Eln es avanzar en la habilitación de un corredor de movilidad, y la obtención de control sobre las rutas ubicadas entre la costa pacífica de Chocó hasta el extremo de la frontera oriental con Venezuela, atravesando Antioquia, la región del sur de Bolívar, Norte de Santander (el Catatumbo) y Arauca”, dice la Alerta Temprana 27 de 2019, emitida para Frontino y Urrao.
Como los tres vacíos se daban en Antioquia, lo que buscó la guerrilla fue conectar al Frente de Guerra Occidental, que opera en Chocó, con el Frente de Guerra Darío Ramírez Castro, con presencia en el Nordeste Antioqueño y el Bajo Cauca. Para ello se movilizó por el Suroeste y el Occidente: “La consolidación de dicho corredor se expresa en el avance paulatino del Frente de Guerra Occidental del Eln por la carretera Quibdó-Medellín y la subregión de Medio Atrato, territorios fronterizos con dichas subregiones, hacia los municipios de Urrao, Frontino, Dabeiba y Uramita”, señala la Defensoría.
Pero, de acuerdo con el Ministerio Público, la expansión de la insurgencia no se reduce a la simple presencia para garantizar la movilidad. Supone también una consolidación que se da a nivel regional en su componente político y militar, y su vinculación a la cadena productiva del narcotráfico y la explotación ilegal de recursos naturales que se desarrolla a lo largo de este corredor. “Para tal propósito, se prevé el posible establecimiento de acuerdos tácticos con otros grupos y estructuras armadas”.
La franja norte
El general Juan Carlos Ramírez, comandante de la Séptima División del Ejército, que tiene bajo su jurisdicción gran parte de la franja norte, explicó que en toda esa región se da una lucha por el control ilegal para sacar las rentas ilícitas hacia Venezuela, el mar Caribe (Urabá) o al Pacífico (Chocó), en la que tienen implicación grupos armados ilegales como el Clan del Golfo, las disidencias de las Farc, los Caparros y el Eln. Sin embargo, el único que está logrando todo el corredor de movilidad es el Eln.
Jeremy McDermott, codirector de Insight Crime, un centro de investigaciones del crimen organizado transnacional, explicó que cualquier grupo armado ilegal con alcance nacional necesita una ruta para conectar con sus unidades en todas partes del país, a lo que se suma que “el crecimiento del Eln no es solo en Colombia, es en Venezuela también, tenemos que entender que las metas estratégicas no son de cada país”.
Su centro de estudios ha revelado que esta guerrilla tiene presencia en al menos 12 estados venezolanos, que le permiten llegar desde la frontera con Colombia hasta Guyana, y que en el vecino país se hace con economías ilegales como la explotación de oro.
“Están muy cerca de completarlo, no solo por su influencia territorial propia, sino haciendo alianzas con exFarc, mafia y otros grupos criminales para facilitar el tránsito. El Eln no tiene que dominar una porción de territorio comunicando Venezuela con la costa Pacífica, solo tiene que asegurar que su tropa y sus líneas logísticas pueden transitar fácilmente”, explicó McDermott.
El director de Insight Crime dijo frente a un mapa que “el Eln tiene presencia en Catatumbo y algunos municipios del Cesar. Solo tiene que cruzar la autopista que llega hasta la Costa y están en el sur de Bolívar donde tienen presencia; desde ese punto pueden ir hasta el nordeste de Antioquia y por Tarazá cruzan hacia el Nudo de Paramillo y el Sur de Córdoba (a través de las disidencias de las Farc). Hay un espacio en Urabá que, en la carretera entre Dabeiba y Murindó, casi ya lo tiene bajo control”.
Las riquezas del norte
Para el coronel (r) Jhon Marulanda, consultor internacional en Seguridad y Defensa, la motivación del Eln para tomarse la franja norte se da porque el clúster más importante de cultivos de coca que tiene en el país está en Catatumbo, pero los compradores, que son el Cartel de Jalisco Nueva Generación y el Cartel de Sinaloa, están en el Pacífico, en las playas de Chocó.
Además, continuó Marulanda, el cruce hacia Venezuela permite replegar a sus hombres cuando la presión de la Fuerza Pública o de los otros grupos armados que también operan en la zona aumente.
Según el informe de monitoreo de cultivos ilícitos realizado por la oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (Unodc), el Eln ha aumentado su presencia, pasando de 96 municipios en 2016 a 112 en 2018, lo que corresponde a un 16 % de expansión territorial en cuanto al número de municipios.
“La guerrilla ha fortalecido sus rendimientos económicos a base de narcotráfico, impulsando esta práctica en Chocó, Arauca, Nariño, Cauca, Norte de Santander y Antioquia”, señala el informe. De los municipios señalados, solo dos no pertenecen a la franja norte.
Y a eso se le suma la explotación ilícita de yacimientos de oro, que de acuerdo con el último censo de Unodc, para el 2016 entre Antioquia y el Sur de Bolívar eran utilizadas 38.717 hectáreas para sacar oro de los ríos con uso de maquinaria. Y se especula que las cifras para el próximo monitoreo aumentarán, ya que como lo reveló EL COLOMBIANO en la investigación “Tras el oro turbio”, han llegado muchas retroexcavadoras al sur de Bolívar.
Mas las extorsiones que, según la Defensoría, el Eln utiliza cada que llega a un territorio.
Presencia no comprobada
El general Ramírez aseguró que la presencia de la guerrilla en el Suroeste y el Occidente antioqueños no está confirmada, “pero ante las alertas tempranas de la Defensoría hacemos operaciones con el fin de confirmar o desvirtuar la información”.
Lo que hasta ahora se sabe es que en algunas partes de esas zonas de expansión han aparecido criminales asegurando pertenecer al Eln, como la banda que asesinó a dos comerciantes por no pagar una extorsión, en Urrao, pero terminaron siendo de la delincuencia común, y utilizaron las insignias del Eln para infundir más miedo en sus víctimas.
Sin embargo, desde el Ejército entienden que ninguna amenaza se puede descalificar y que a estas alertas hay que prestarles la mayor atención. El oficial aseguró que en el Chocó “está el frente Ómar Gómez, que tiene entre sus proyecciones hacer unas incursiones armadas o expansión sobre área del departamento de Antioquia, y hay que entender que para hacerlo podrían entrar por Murindó, Vigía del Fuerte, Frontino y Mandé, ya que hace parte del mismo corredor del crimen. Como tenemos una presencia muy fuerte en Chocó, hay un esfuerzo de apoyo de la Cuarta sobre Frontino y Urrao, y la Decimoséptima sobre Murindó y Vigía, y la Decimoquinta sobre el Carmen del Darién, Riosucio y Bojayá”.
En la franja norte operan cuatro frentes de guerra: el Occidental, con presencia en Chocó y lidera la expansión hacia Antioquia bajo la comandancia de Ogli Ángel Padilla, alias “Fabián” de la estructura Ómar Gómez; el Nororiental, con hombres en Antioquia y Sur de Bolívar, cuyo frente Darío Ramírez Castro continúa el recorrido, su comandante es Gustavo Vásquez Castrillón, alias “Pirry” o “Gustavo”; y el Nororiental con presencia en Catatumbo y Arauca, comandado por alias “Pablito”