Hace cuatro años no tenía activa ninguna red social. Consideraba que era poco efectivo. Y como sin necesidad de ellas salió elegido representante a la Cámara en el 2014, con 40.000 votos, más justificó su decisión “de manejar el bajo perfil” en el mundo virtual.
No obstante, su posición fue variando al notar que ser anónimo en redes sociales lo desconectaba no solo de las comunidades a las que no podía llegar de manera directa, sino de los medios y de la opinión pública.
Además, pese a estar realizando de forma responsable sus tareas legislativas y el acompañamiento a los territorios, transmitía una percepción de poca injerencia en el acontecer político regional. Por eso, para estas elecciones decidió abrir cuentas oficiales y buscar asesoría para crear su marca política.
Y eso es precisamente lo que están haciendo los aspirantes a la Presidencia. Humberto de la Calle, por ejemplo, se estrenó el año pasado en Twitter, y en parte a eso se debe que sea, junto a Viviane Morales y Juan Carlos Pinzón, de los que menos seguidores tiene en Twitter.