De número uno en la tarjeta electoral y como gancho de campaña en la vallas y volantes, debido al respaldo popular que tiene, la Consulta Anticorrupción propone algo que no tiene relación directa con la corrupción, pero que en otras ocasiones se intentó en el legislativo: bajarle el salario a los congresistas.
Esta propuesta implica una reforma a la Constitución, por lo que solo podría ser realidad vía acto legislativo. Según la senadora Angélica Lozano, de la Alianza Verde, en 20 años el salario de los congresistas ha crecido 3 veces más que el salario mínimo y por eso se busca ahorrarle al Estado 213 mil millones de pesos al año.
El representante Juan Espinal, del Centro Democrático, dijo que la corrupción no se presenta por el monto de los salarios. “Diversos estudios demuestran que no existe una relación determinante entre salario y el problema corrupción. Hay que apostarle a la cultura de la legalidad y cero beneficios para los corruptos”.
En las redes sociales esta propuesta no tiene rival. El ciudadano de a pie, que gana menos, se indigna con estos salarios aunque desconoce el día a día de un congresista. ¿Ganará en las urnas?.
Pregunta 1 de la Consulta. ¿Aprueba reducir el salario de los congresistas de 40 a 25 SMLMV, fijando un tope de 25 SMLMV como máxima remuneración mensual de los congresistas y altos funcionarios del Estado señalados en el artículo 197 de la Constitución Política?
A FAVOR
Luis Fernando Trejos Rosero
Profesor investigador Departamento de Ciencia Política U. del Norte
Voy a votar Sí a la pregunta número uno de la Consulta Anticorrupción que tendrá lugar el próximo domingo, porque el Congreso de la República ha mostrado nula voluntad de autorregular su asignación mensual, de ahí que sea necesario ponerle un tope de 25 Salarios Mínimos Legales Vigentes, muy por debajo de los 40 que ahora devengan ($27’919.401).
Considero que esto ayudaría a atenuar la desigualdad de ingresos si se tiene en cuenta que lo que logra obtener un profesional en el mercado laboral, que es, en promedio, 2’224.564 pesos y que según la Central Unitaria de Trabajadores de Colombia (CUT) y la Federación de Aseguradores Colombianos (Fasecolda) cerca de 11 millones de colombianos ganan menos de un salario mínimo ($781.242). Además, se pondría a los congresistas colombianos, dentro del promedio regional, ya que en este momento solo son superados en asignación salarial por sus pares de países como Brasil y Chile. No debe asumirse ni naturalizarse la errada idea de que porque ganen menos entonces ahora tendrá mayores incentivos para robar más, ya que los más recientes escándalos de corrupción en el país, han involucrado a personas de reconocida posición social al momento de apropiarse de recursos públicos.
EN CONTRA
Pedro Piedrahita Bustamante
Dr. Derecho Internacional y prefesor Ciencia Política U. de Medellín
La Consulta Anticorrupción tiene un excesivo enfoque en la alta política. Por eso en la primera pregunta se plantea reducir los salarios de los congresistas y altos funcionarios del Estado, lo que podría generar un ahorro de más de 210.000 millones de pesos al año. Hasta ahí, interesante y atractiva para cualquier ciudadano. Sin embargo, plantear una relación entre los altos salarios y la corrupción es partir de una idea falsa pues las dinámicas corruptas no dependen de un alto o bajo salario. Los réditos que genera la corrupción están en la financiación de campañas, contratos, sobornos para la gestión de intereses privados, entre otros.
Por tanto, considero que esta pregunta no tendrá ningún efecto político ni jurídico respecto a la corrupción. Bajar el salario de un congresista no representa ninguna garantía de que deje de ser corrupto. En los círculos políticos se afirma que los candidatos a corporaciones públicas “invierten” miles de millones de pesos en sus campañas. No hay que ser experto para darse cuenta que la recuperación de estos dineros no depende del salario. La corrupción está en otro lado y, claro, es también un asunto sociocultural. Vencer al corrupto debería ser más un ejercicio permanente de reflexión personal de cada ciudadano.
ABSTENCIÓN
José Pensó Arcieri
Especialista en Mercadeo Político, docente Universidad del Norte
Me abstendré de votar porque considero que la Consulta Anticorrupción ha sido más un instrumento de promoción de un determinado sector político, que una herramienta para aportar nuevos o efectivos elementos para enfrentar la grave problemática de la corrupción, tomando en cuenta que gran parte de los planteamientos que realizan ya están contemplados en normativas vigentes o no pasan de ser simples propuestas populistas. En gran parte el problema no es, por tanto, la ausencia de regulaciones, si no la impunidad y falta de cumplimiento.
Reducir los salarios de los congresistas y altos funcionarios del Estado es casi un saludo a la bandera y podría traer más perjuicios que beneficios. Es cierto que los salarios de los congresistas nos pueden parecer altos. Pero, ¿garantiza este ahorro que haya menos corrupción?
Se termina más bien afectando al Congresista honesto, a quien se le bajaría su sueldo, mientras que el corrupto seguirá robando. En este mismo sentido hay otro aspecto a considerar: el mandato haría al Estado aún menos atractivo para los profesionales honestos y con grandes capacidades que preferirían trabajar en la empresa privada. Esto podría traducirse en pérdida de competitividad para el Estado; tendríamos un Estado débil.
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