Quedan apenas ocho días para que se cumpla una cita que tiene atento a todo el país y lo que ocurra esta semana podría ser definitivo: el próximo 8 de octubre el expresidente y senador Álvaro Uribe deberá comparecer ante la Corte Suprema de Justicia por el proceso que se sigue en su contra por presunta manipulación de testigos y las apuestas sobre si asistirá o no presencialmente a los estrados están abiertas.
Entre tanto, desde el 3 de septiembre los magistrados han recopilado como prueba las versiones de al menos 29 de las 42 personas, entre exparamilitares, exfiscales y abogados, que han sido vinculadas al caso en calidad de testigos. Y a partir del pasado lunes, cuando llegó el turno de Diego Cadena, uno de los defensores de Uribe, el ambiente ha venido caldeándose gradualmente.
A su salida del tribunal y atendiendo el llamado de atención del magistrado César Reyes para que los comparecientes respetaran la confidencialidad del proceso, Cadena se limitó a decir que sus actuaciones “han sido 100 % transparentes”. Sin embargo ayer, el exparamilitar Carlos Enrique Vélez en entrevista con la revista Semana dio detalles de su propio testimonio ante la Corte, en el que relató cómo el abogado lo habría visitado en la cárcel de Palmira y le habría pedido firmar una carta para “dar una versión falsa sobre Iván Cepeda”.
Vélez aseguró que recibió al menos 40 millones de pesos, en varias transacciones de las que habría conservado 12 recibos que posteriormente le habría hecho llegar al magistrado José Luis Barceló, quien tuvo en sus manos el caso contra Uribe hasta el pasado marzo, cuando se retiró de la Corte al cumplir su período.
La semana pasada, días antes de testificar ante los magistrados, Cadena, quien también fue abogado de Vélez, aceptó públicamente haberle dado dinero, pero aseguró que lo hizo de su propio bolsillo y como un acto humanitario porque “me dijo que tenía un hijo muy enfermo”.