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La mencionada y defendida reforma política promovida durante todo un semestre por el petrismo en el Congreso, y que presentaban con orgullo como un instrumento para “mejorar la democracia”, terminó ayer ninguneada, censurada y sin doliente alguno en el Capitolio. Y es que como si se tratara de un virus, el propio Gobierno y sus aliados optaron por darle la espalda y tomar distancia hasta hundirla.
La iniciativa, a la que le achacaron “micos” que ya parecían orangutanes, recibió los santos óleos durante una sesión de la Comisión Primera del Senado. Todo esto tras un tiro de gracia que le propinó el propio Gustavo Petro, que se desmarcó a primera hora de ayer del proyecto. “Sin listas cerradas y cremalleras, la reforma no aporta a un avance en la calidad de la política”, dijo el Presidente en Twitter.
Horas después, con apabullante mayoría, la reforma política –que se discutía en su quinto de 8 debates– fue archivada, lo que se traduce como la primera gran derrota del Jefe de Estado y su bancada en una cada vez más apático, descuadrado y opositor Parlamento.
El ruido no podía ser mayor frente a la iniciativa y de allí la urgencia de muchos por desmarcarse, más si se tiene en cuenta que restan 7 meses para las elecciones regionales.
Si bien el proyecto fue objeto de todo tipo de críticas y reparos en las postrimerías de 2022 –especialmente después de que se hundió el artículo que limitaba la reelección para evitar atornillados en el poder–, los reproches subieron de tono esta semana, apenas días después de que se retomó la discusión y el Congreso reanudó sesiones ordinarias.
Las objeciones se acentuaron tras conocerse el informe de ponencia previo al quinto debate del proyecto, el cual traía consigo ‘perlas’ que fueron advertidas desde noviembre pasado por la Alianza Verde, partido declarado de gobierno. Por un lado, se incluyó un parágrafo que permitía que los actuales congresistas se pudieran reelegir en 2026 a través de las listas cerradas. Por el otro, se avalaba la puerta giratoria para que congresistas pudieran dar el salto al Ejecutivo y ser ministros, además, permitir el transfuguismo.
Semejantes gabelas –que contradicen la lucha contra el clientelismo y la corrupción que pregona el ‘gobierno del cambio’– llevaron a Petro y sus aliados a darle la espalda al proyecto. Primero lo hizo el ministro del Interior, Alfonso Prada, que advirtió que, si no se mejoraba el texto, se iba “a pedir su hundimiento” para comenzar de cero. Luego, hizo lo propio la bancada del Pacto Histórico en Cámara, que admitió que la reforma no era política, sino “politiquera”.
Posteriormente, secundado por el trino de Petro a primera hora del jueves, el presidente del Senado Roy Barreras –en plena sesión de la Comisión Primera– rompió el informe de ponencia frente a las cámaras y y dijo: “Esta es mi posición sobre la reforma política”. En línea con lo dicho por el Presidente, el congresista manifestó que una reforma sin lista cerrada paritaria de género “no vale la pena”.
No obstante, varios de sus colegas le enrostraron a Barreras su comportamiento el miércoles cuando –según denunció la oposición– protagonizó una “jugadita” para evitar que se hundiera el proyecto. De acuerdo con Cambio Radical, consciente de que la oposición tenía los votos para hundir la reforma en Comisión Primera, el presidente del Senado convocó a los congresistas a plenaria para tramitar la moción de censura contra la ministra de Minas, Irene Vélez.
Así, Barreras rompió el quórum y evitó que se votara el archivo del proyecto, pues la norma indica que el pleno del Senado o de la Cámara tiene prioridad sobre cualquier sesión de las comisiones y obliga a su suspensión.
“En repetidas ocasiones se cambió la hora de la citación a la sesión plenaria: primero estaba a las 2:00 p.m., luego se pasó a las 3:00. Después a las 4:00 y luego se programó otra vez a las 3:00”, reclamó el senador David Luna.
“En un acto de soberbia política no nos permitieron darle trámite a la proposición de archivo. El país tiene que saber que el Gobierno Nacional no fue el muro de contención a la reforma política. De ser así, hubieran permitido que hubiéramos votado”, aseguró a su turno el senador Jorge Enrique Benedetti que, junto a la senadora Paloma Valencia (Centro Democrático), habían propuesto archivar el proyecto.
Inclusive, el senador Carlos Fernando Motoa fue más allá y calificó como “grotesco y burdo” que se apelara a “todas las prácticas dilatorias” para posponer la votación que definiría la suerte de la reforma.
En esa línea, el senador Jota Pe Hernández, de la Alianza Verde, criticó que el Gobierno y sus escuderos pretendieron “lavarse las manos” y no asumir responsabilidades al negar su autoría en la reforma política. Previamente, Hernández se hizo viral en redes al grabar un video en plena sesión en el que sostenía un agudo rifirrafe con la senadora María José Pizarro.
“Hoy sale el presidente del cambio diciendo que no apoya la reforma política porque no tiene nada de progresista. ¿Quiénes la construyeron y la presentaron? El ministro Prada con la firma de Roy Barreras. Reconozcan que la retiran porque los colombianos se dieron cuenta del adefesio que querían pasar con la excusa de querer mejorar la política, pero no era más que para buscar beneficios para ustedes mismos y atornillarse en el poder”, alegó.
En medio de la atropellada sesión, la senadora María José Pizarro (Pacto Histórico) rechazó que los señalaran como “politiqueros y mañosos”, coincidiendo en que los últimos debates desvirtuaron el espíritu de la reforma. Por su parte, Barreras negó cualquier tipo de “jugadita” y reivindicó que no le hace “favores al Gobierno”.
Finalmente, llegó el turno del ministro Prada quien reconoció que a la reforma le agregaron “elementos perturbadores y que rompen la esencia del proyecto original”. Al coincidir en que no hubo “jugadita”, el funcionario manifestó que, previo a la sesión de la Comisión Primera, ya Petro había expresado sus preocupaciones y había abierto la puerta a su hundimiento.
También salió en defensa del senador Ariel Ávila, uno de los coordinadores ponentes del proyecto y a quien muchos señalaron de agregar los controvertidos ‘micos’ a última hora: “Rechazo enfáticamente los señalamientos contra los ponentes que intentaron mejorar el proyecto, así no nos guste. Al Presidente no le gusta, a mí tampoco, a algunos tampoco y eso inspira solicitudes de archivo. Lo que a mí me inspira es la apertura del debate”.
Al acoger su petición, el archivo del proyecto tuvo el respaldo del pleno de la Comisión y si bien Prada convocó a “un gran debate nacional” respecto al contenido de una próxima reforma política, admitió –con resignación– que difícilmente la discusión podrá darse en pleno año electoral, lo que implica que se tramite en 2024, cuando probablemente Petro ya no goce de las mismas mayorías en el Congreso, como evidenció esta novela.
A modo de conclusión, la senadora Paloma Valencia hizo una radiografía de lo ocurrido y, haciendo alusión a recientes controversias del Presidente, cerró el debate con pulla incluida: “Petro terminó apoyando la iniciativa de la oposición de archivar esta nefasta, politiquera y monstruosa reforma política. Llama la atención que este jueves amanecimos con que el Pacto Histórico no radicó la reforma, no la modificó, ni le hizo ponencia. Mejor dicho, no criaron la reforma política. Sí se queda uno con la duda de cómo es que tienen tantos hijos que no crían”.
Comunicador social y periodista de la Universidad Central, especializado en Gobierno, Gerencia y Asuntos Públicos de las universidades Externado y Columbia.