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Robledo y otras campañas prematuras

El senador del Polo anunció que será candidato en 2022 y dio inicio al pulso presidencial.

  • El senador del Polo Democrático es el primero, fuera de los excandidatos de 2018, en oficializar su aspiración presidencial para 2022. FOTO: Juan Antonio Sánchez
    El senador del Polo Democrático es el primero, fuera de los excandidatos de 2018, en oficializar su aspiración presidencial para 2022. FOTO: Juan Antonio Sánchez
21 de enero de 2020
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Como un ciclista que se escapa del pelotón con más de la mitad de los kilómetros de la carrera por delante, el senador del Polo Democrático Jorge Robledo inauguró la campaña a la presidencia al anunciar este fin de semana que será candidato en 2022, y que en esta ocasión –a diferencia de 2014 y 2018 cuando terminó respaldando a otros– irá “hasta el final”.

Aunque ya hay aspiraciones cantadas como la del exgobernador de Antioquia Sergio Fajardo; el exalcalde de Medellín Federico Gutiérrez, quien ya dijo que le interesa estar en el partidor; el también exmandatario de Barranquilla Alex Char, a quien ya promocionan como la carta para que Colombia tenga presidente de la Costa Caribe, y la del senador Gustavo Petro, Robledo es el primero que se lanza oficialmente al tablero electoral.

Lo hace, además, desmarcándose de Fajardo, a quien respaldó en la campaña presidencial de 2018 bajo el nombre de la Coalición Colombia y con el que coincidió luego en el respaldo en Bogotá de la nueva alcaldesa Claudia López.

Aunque, según dijo el senador a EL COLOMBIANO, “esa coalición terminó oficialmente el día en que acabó la primera vuelta. Desde entonces se acabó todo compromiso”.

Aparte de la anticipación de su candidatura, el senador no parece tener prisa por dar más detalles sobre con qué sectores buscará aliarse; y si pretende repetir su pacto con Fajardo, pero esta vez con su nombre en la casilla de candidato presidencial.

“Solo estoy diciendo que cuenten con que mi nombre estará en el partidor de las elecciones de 2022. Que todo el mundo lo anote por ahí en un papelito, ya iremos viendo cómo siguen las cosas”.

El momento político

Pero, de acuerdo con varios analistas, la decisión de Robledo de ponerse en la papeleta de aspirantes justo en este momento, en medio de un Paro Nacional que busca reactivarse y de una crisis de popularidad del Gobierno, va más allá de una coincidencia.

“Está apostando a posicionar su nombre”, señala Jaime Duarte, analista político de la Universidad Externado. “al parecer de ganarse la voz de los descontentos que participan en las movilizaciones”.

Esta interpretación es negada por Robledo, quien asegura que su decisión “estaba tomada mucho antes” y que hacerla pública no implica el inicio de la campaña: “Esta empezó desde el día en el que Iván Duque ganó la presidencia. Lo que propongo es un pacto social de cero tolerancia a la corrupción, de creación de empleo, de respaldo al proceso de paz, que derrote al candidato de Duque en 2022”.

Haya o no relación directa con el Paro, este paso sí implica un movimiento en las fuerzas de cara a 2020. Como señala Duarte, en la práctica la centroizquierda adquiere una división, entre Robledo y Fajardo, que se suma a la ya existente distancia de ambos con Gustavo Petro, que llevó a que no lo respaldaran en la segunda vuelta en 2018.

La división, además, pone como condición mínima para una posible alianza un pulso en las urnas, a través de una consulta interna u otro mecanismo: “Estaré hasta donde me lleven las votaciones”, dice Robledo. “Si en las urnas me sacan, ni modo, pero mi decisión tomada es ir hasta el final y ser presidente de Colombia en la segunda vuelta de 2022”.

EL COLOMBIANO consultó a Sergio Fajardo sobre la posibilidad de retomar esta alianza. El excandidato aseguró que “ese tipo de consideraciones no tienen ningún sentido en este momento”, y sobre la candidatura de Robledo dijo: “Me parece muy bien. Tuve la oportunidad de trabajar con él y tiene unas ideas claras, lucha por ellas, cree en la política y en el respeto a las instituciones. Él inicia su camino y nosotros seguimos el nuestro”.

El hecho es que esa ruta comienza, de acuerdo con los analistas, inusualmente rápido. “Prácticamente desde el inicio del Gobierno se están discutiendo los nombres de los futuros candidatos a la presidencia”, apunta Jaime Zuluaga, profesor de ciencia política de la Universidad de Antioquia. “Hay una especie de afán por mostrarle al país una posibilidad distinta a la de este Gobierno”.

Las de 2022 se plantean, de esta forma, como unas de las elecciones presidenciales más esperadas en los años recientes. La duda, de acuerdo con los analistas es si el resultado de esa ansiedad será un fortalecimiento de los candidatos que primero salten a la arena, o su desgaste.

Una carrera temprana

En Colombia, desde que los comicios regionales quedaron separados de los presidenciales y de Congreso, en 1988, las elecciones siguen una dinámica cíclica: cada votación comienza a configurar cómo será la próxima, y a perfilar candidatos.

Esas apuestas anticipadas, sin embargo, no siempre han sido exitosas. En 2008, por ejemplo, también dos años antes de las elecciones presidenciales, Germán Vargas Lleras, renunció al Senado. Un año después lanzó oficialmente una candidatura presidencial para intentar oponerse al entonces presidente Álvaro Uribe, que no logró llevarlo ni al segundo lugar en votación en 2010.

“Cuando los ciclistas escapan con mucha anterioridad, sin coequiperos, se pueden quemar antes de llegar a la meta”, dice Duarte, quien agrega que la ventaja de poner en la agenda un nombre antes de tiempo contrasta con los efectos negativos que puede traer no tener claro el panorama nacional de los próximos años, que puede cambiar las fuerzas políticas.

El gran riesgo, para Robledo, pero también para los otros candidatos anticipados, es que los hechos futuros opaquen sus aspiraciones. Que el papelito que ponen en la agenda del país anunciando desde ya sus nombres, se pierda durante más de dos años que faltan para que se libre la disputa por el sucesor de Duque en la Casa de Nariño

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