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La turbulencia que le espera al Gobierno en el Congreso

El desgaste de la Unidad Nacional podría poner en riesgo proyectos de la implementación del Acuerdo.

  • El desgaste de la Unidad Nacional podría poner en riesgo proyectos de la implementación del Acuerdo. FOTO COLPRENSA
    El desgaste de la Unidad Nacional podría poner en riesgo proyectos de la implementación del Acuerdo. FOTO COLPRENSA
20 de julio de 2017
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Las dudas que persisten en la Unidad Nacional sobre proyectos para la implementación del Acuerdo, los desencuentros alrededor de la reforma política, la pugna por las leyes sociales objetadas por el Gobierno y el inicio de la carrera electoral, no vaticinan un vuelo tranquilo y seguro en el último periodo de este Congreso, que inicia hoy.

Las últimas leyes que el Congreso aprobó no pasaron con las amplias mayorías de los primeros seis años de la era Juan Manuel Santos, cuando funcionaba a todo vapor la coalición de los partidos liberal, conservador, La U y Cambio Radical (Unidad Nacional).Proyectos como la reglamentación de la JEP y la creación de las circunscripciones especiales fueron postergados por falta de acuerdo.

¿Se sostendrá la mayoría?

El ministro del Interior, Guillermo Rivera, afirmó que la reglamentación de la JEP, la reforma política y electoral, y la Ley de Tierras, serán las iniciativas prioritarias en este segundo semestre del año.

“Lo importante es contar con las mayorías que exige la Constitución para lograr la aprobación (...) Aspiramos a tener el respaldo de los partidos que han venido apoyando la implementación del Acuerdo, que no son solo de la coalición de Gobierno”.

¿Será sencillo este propósito? En palabras de David Suárez, docente de Derecho Constitucional de la U. Eafit, el Congreso reinicia con mayorías pírricas. Precisó que el Gobierno tuvo entre 70 y 72 senadores, y hoy le quedan unos 55. Contaba con 130 o 135 representantes en la Cámara, y hoy puede tener de 92 a 95. “Con eso pasan todo”.

Esas mayorías precisas no le darían seguridad al vuelo. Según Jaime Alberto Carrión, docente del área de Partidos Políticos de la U. Nacional, garantizarlas será una tarea difícil, porque el Gobierno tendrá que sortear dos coaliciones: la Unidad Nacional , para mantener la gobernabilidad y la unidad por la paz, para ganar las elecciones y garantizar la continuidad.

Al respecto Iván Garzón, director del Departamento de Ciencia Política de la U. de la Sabana, afirmó que hace mucho tiempo se está enterrando la Unidad Nacional y ahí sigue, aunque se puede prever un ambiente de ausentismo y desinterés por la víspera de las elecciones de 2018.

“Este Gobierno ha demostrado tener suficiente aceitada su maquinaria para sacar adelante los proyectos que le interesan. Habrá una mezcla de fast track para los temas de paz, pero tendrá que escoger cuáles proyectos le interesan y los hará pasar con unas mayorías menos elocuentes, pero necesarias”.

El ausentismo crecería

El Gobierno también moverá su poder para destrabar el proyecto que crea las 16 circunscripciones especiales de paz en Cámara por dos periodos legislativos, la actualización catastral de las zonas rurales y culminar otros como el que permitirá a los exguerrilleros ser escoltas, y el que busca asegurar el monopolio legítimo de la fuerza por parte del Estado.

También viene en camino una agenda paralela, con un proyecto para combatir la corrupción y otro para fortalecer la política criminal y penitenciaria, liderado por el Ministerio de Justicia, entre otras iniciativas.

Esa tarea no será fácil del todo. Según Santiago Virgüez, investigador de Congreso Visible, Observatorio de la U. de los Andes, en los años electorales disminuye la aprobación de leyes, pero aumentan los debates de control político, en parte porque dan figuración (Ver gráfico).

“Dado que empiezan las campañas para las elecciones del próximo año, se espera que el ausentismo por parte de los congresistas que buscan su reelección dificulte el logro del número de votos requeridos para aprobar las iniciativas”, agregó Virgüez.

Un congresista, que pidió no ser citado, le dijo a EL COLOMBIANO que la prioridad es asegurar los votos para su reelección en 2018, y eso le implica redoblar el contacto con los líderes en los municipios, la presencia en las regiones y buscar nuevos electores. “Se asiste a plenarias para no ser sancionado, pero luego hay que salir”.

Según Juan Cristóbal Restrepo, director de la Maestría en Gobierno de la U. Javeriana, la última legislatura es compleja, dado el desgaste natural de los gobiernos, a lo que se suma el panorama electoral.

“Habrá un realinderamiento político y la búsqueda de la reelección por parte de los congresistas. No faltarán amenazas en caso de ausentismo, como que no se les pagará sus honorarios o que se hará pública la lista de quienes no asistan”.

Entre noviembre y mayo de 2018 los congresistas estarán en campaña y, por eso, el Gobierno tendrá que prender el acelerador entre julio y octubre del año en curso, expresó Suárez.

Intereses electorales

De veintena de precandidatos presidenciales, nueve son senadores y todos buscarán brillar en un momento decisivo en que la opinión pública y las encuestas empezarán a hacer los filtros automáticos.

Según Olmer Muñoz, docente de Ciencia Política de la U. Bolivariana, el santismo tiende a resquebrajarse por la multiplicidad de candidatos, y cada uno buscará salir adelante y, para ajustar, no hay unidad en lo que queda del partido de La U.

“Los distintos candidatos como en el caso de Germán Vargas y Juan Carlos Pinzón intentan desmarcarse de Santos para obtener ventajas electorales. De igual manera, la falta de credibilidad de candidatos como Roy Barreras deja sin mucha esperanza al Gobierno. Si bien el Presidente ha utilizado la infraestructura del Estado para hacer política, no logra consolidar un candidato que lo represente”.

En palabras de Germán Valencia, del Instituto de Estudios Políticos de la U. de Antioquia, estamos en tiempo de uniones, cobro de favores, alineamientos y demás, pero, sobre todo, de lentitud, porque los ojos están en las elecciones del 2018.

Carrión explicó que para todas las opciones electorales va a ser necesario conseguir una nueva votación y, de acuerdo con las encuestas, está en ciudadanos que no tienen un concepto favorable del mandatario.

“Lo que con seguridad va a ocurrir es un distanciamiento del Gobierno y allí podría perder el Ejecutivo respaldo en el Congreso. Veremos qué tan fuerte es el presidencialismo en Colombia”.

En contraposición, Garzón dijo que varios candidatos quieren llegar con esa coalición para 2018, “entonces no estamos hablando solo del Gobierno sino de lo que representa el santismo: liberales, La U, sectores del Polo, de los verdes y del Partido Conservador.

El gran reto de Rivera

Los últimos ministros del Interior han sido políticos curtidos en la arena pública y electoral: Juan Fernado Cristo, Fernando Carrillo, Germán Vargas, y en el gobierno de Álvaro Uribe estuvieron Fabio Valencia, Carlos Holguín, Sabas Pretelt y Fernando Londoño.

Rivera es más bien joven (47 años), y a parte de ocupar varios cargos regionales, fue representante a la Cámara por el Putumayo. Se venía desempeñando como viceministro del Interior, su primer cargo de alto nivel en el Gobierno.

¿Tiene el perfil indicado para controlar la turbulencia que se avecina en ambas cámaras? Según Restrepo, Rivera es un funcionario público serio y le apostará a mantener lo que quede de la Unidad Nacional en torno a los proyectos esenciales y a la implementación del Acuerdo. “Es una hormiga de trabajo y la pondrá toda”.

Suárez manifestó que el nivel y la estatura académica, intelectual y política de Rivera no dista mucho del promedio del Congreso.

Ante este panorama, Carrión sostuvo que fue un acierto del Gobierno mantener la responsabilidad de esa cartera en manos del Partido liberal, porque mal hubiera hecho a estas alturas cambiar la estrategia en materia de gobernabilidad sobre el Congreso.

“Rivera es un político deformación y no propiamente un peso pesado de la política, pero ha demostrado saber sortear la negociación política en la esfera de gobierno”, agregó.

La implementación a prueba

Entre las cosas que se debatirán, lo que más preocupa es que en este último año legislativo no quede listo todo el andamiaje jurídico para el desarrollo de lo pactado entre el Gobierno y las Farc, y le toque a otra administración, que es posible que no comulgue con lo pactado.

Ante esta zozobra, Valencia dijo que los partidos están “enfilados” para la implementación, menos el Centro Democrático. “Lo que salga se discutirá y tramitará relativamente fácil, aunque lento por acabarse la vía rápida (Fast Track)”.

En contraste Mauricio Jaramillo, docente de la Facultad de Ciencia Política de la U. del Rosario, dijo que sí existe riesgo de que no se aprueben proyectos de la implementación o que sean modificados porque “hay partidos cuya plataforma precisamente consiste en revisar y rechazar el Acuerdo”.

Según Nicolás Liendo, vicedecano de la Escuela de Política de la Universidad Sergio Arboleda, va ser difícil, especialmente lo relacionado con el Acuerdo, porque los legisladores estarán en campaña y la Unidad Nacional está deshaciéndose. “Lo que el gobierno ofrezca hoy es poco a cambio de lo que se puede ganar mañana (en un año). Por eso renunciaron ayer los ministros”.

Virgüez, de Congreso Visible, recordó que el Gobierno tuvo problemas para mantener las mayorías para aprobar los proyectos que desarrollaban aspectos del Acuerdo y que hoy, cuando esta guerrilla entregó sus armas, enfrenta estos obstáculos sumados y el cambio de miembros de mesas directivas (estará en manos del Partido Conservador y Cambio Radical), lo que podría afectar las prioridades.

“La decisión de la Corte Constitucional de dar vía libre para que puedan, sin aval previo del Gobierno, proponer y aprobar modificaciones a los textos, puede llevar una mayor tardanza. Teniendo en cuenta que el Fast Track solo estará vigente hasta finales de este año, el Congreso deberá acelerar la marcha si quiere aprobar todos los proyectos de paz”.

A partir de hoy, y a media que avancen las discusiones y votaciones, se empezará a conocer qué tan firmes están los tripulantes del vuelo de la coalición para resistir las condiciones adversas y quiénes saltarán antes del aterrizaje final

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