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La presión que hizo Gustavo Petro –y sus influenciadores– para que Rodolfo Hernández fuera a un debate en esta última semana es legítima, pero no es normal. Sobre todo, si se tiene en cuenta que Petro, antes de la primera vuelta, dejó de asistir durante casi un mes a los debates presidenciales.
El columnista Fernando Posada hizo la cuenta y dijo que, para primera vuelta, Petro solo fue a 5 de 19 espacios de debate, seguramente confiado en que iba a ganar. Y Hernández, por su parte, no asistió a 11 de 17 que lo invitaron. Por eso, cuando el candidato del Pacto Histórico en esta recta final empezó a reclamar debates, el mensaje parecía ser otro: que no se estaba sintiendo cómodo con sus encuestas internas.
En las elecciones en Colombia los que van adelante suelen esquivar este tipo de confrontaciones públicas para evitar riesgos. Así pasó con Iván Duque en 2018 y con Juan Manuel Santos en 2014, por mencionar solo dos casos. Y con el propio Petro en la primera vuelta.
En el caso de Petro llegaron incluso a interponer tutelas “por el derecho al debate”, e influenciadores petristas como Margarita Rosa de Francisco y el alcalde suspendido de Medellín, Daniel Quintero, con cierto desespero repetían el mismo estribillo: “¿A qué horas es el debate?”.
¿Y por qué Petro no está confiado?, porque los “petrovideos” le han dado un batacazo a su campaña. Estos videos, en los que se revelan reuniones de campaña del Pacto Histórico en la que hablan de hacer guerra sucia a otros candidatos, serían lo que algunos llaman un “Game Changer”: un elemento que puede cambiar de manera crucial el desempeño de la campaña.
Todavía está por verse si terminan materializándose este domingo en las urnas, como en su momento le ocurrió a Horacio Serpa cuando, tres días antes de las elecciones, lo aniquiló una propaganda en la que el rostro de Ernesto Samper se convertía en el suyo. O como le ocurrió a Oscar Iván Zuluaga con el escándalo del hacker, que lo dejó sin oxígeno en su contienda contra Juan Manuel Santos.
Las cifras del golpe
Esta vez, en la recta final de la campaña, los “petrovideos” están teniendo un impacto perturbador en las aspiraciones del candidato del Pacto Histórico, según un estudio del Centro de Excelencia Analítica de EL COLOMBIANO sobre el comportamiento de las redes sociales.
Petro desarrollaba una campaña muy eficaz en redes sociales: tenía un discurso disciplinado alrededor del cambio. La semana anterior a la primera vuelta, en las redes sociales sumó más de 565.000 comentarios y la mayoría decían eso: “Gustavo Petro es el cambio de Colombia”.
Pero la revelación de los “petrovideos” cambió radicalmente el panorama de las redes, al candidato lo sacaron del guion que tan juiciosamente ejecutaba y lo pusieron a la defensiva a él y a sus seguidores.
Los primeros videos se revelaron el 8 de junio en la noche. Y la reacción de Petro fue compararlos con el Watergate, lo cual en vez de neutralizar el escándalo le dio mucho más alcance y trascendencia.
Para tener una idea del impacto: el récord histórico de comentarios únicos sobre Petro en redes sociales había sido el 29 de mayo, el día de la primera vuelta, con 175.000. Y pocas horas después de revelados los “petrovideos, el 9 de junio, sobre Petro se hicieron 233.000 comentarios; y lo más diciente, el 70% fueron negativos.
La defensa del 11
Analizando los datos que ofrecen las redes sociales también se puede leer cómo el 11 de junio montaron una defensa a Gustavo Petro nunca antes vista. Subieron a la red 10 videos nativos que les produjeron 4 millones de vistas en un solo día y 16 post con 170 millones de impresiones. Ese volumen está fuera de cualquier dimensión, al menos en Colombia.
El esfuerzo de defenderse de los petrovideos fue inmenso, al punto de que se ha reflejado en el pago de publicidad: en los primeros 15 días de este mes de junio –como reveló la Silla Vacía– para promover publicaciones de Petro se han pagado 1.000 millones de pesos a Meta (Facebook e Instagram). Eso sin contar los pagos que se hacen en el exterior.
Para hacerse una idea, cada impresión en Facebook (es decir, cada vez que la publicación le aparece a un usuario en Facebook e interactúa con ella) puede valer entre 3 y 20 pesos ¿A cuánta gente alcanzan con 1.000 millones de pesos?
La campaña de Petro estaba recuperándose de ese golpe que lo envió a la lona por unos días, cuando el miércoles 15 se filtraron nuevos videos de Verónica Alcocer, su esposa, que cambiaron de nuevo la narrativa. En un momento en que Alcocer creía que nadie la estaba escuchando dijo que las periodistas mujeres escalan posiciones en los medios de comunicación involucrándose con sus jefes. Y de nuevo explotaron las redes en contra del candidato del Pacto Histórico: 204.000 comentarios en un solo día.
De manera, entonces, que Petro ha estado fuera del marco de su mensaje en una semana crítica, la última antes de las elecciones. Y el porcentaje de comentarios negativos en las redes sociales se le voltearon.
Eso cambió definitivamente la tendencia. El terreno que Petro podía estar conquistando entre los indecisos, lo volvió a perder con los “petrovideos”. En promedio, quince días antes de los “petrovideos” la conversación sobre Petro en redes era 54,7% negativa. Después del episodio, la conversación negativa subió a prácticamente 60%.
A tal punto sigue afectándolo que este sábado, según las herramientas de medición, los comentarios negativos hacia Petro subieron hasta 63%.
Esto hay que entenderlo en el marco de la nueva manera de hacer proselitismo político. Hasta ahora Gustavo Petro venía ejerciendo cierta supremacía en redes, al punto de que teniendo una maquinaria de propaganda bien aceitada fue muy efectivo en sacar del camino a candidatos como Sergio Fajardo, Federico Gutiérrez e, incluso, Alejandro Gaviria.
A todos ellos –uno a uno– les crearon una narrativa de descrédito que los dejó por fuera del combate político. O como bien lo describió la senadora electa Isabel Zuleta: “Ya a Fajardo lo quemamos (...) Yo voy a salir hablando de ‘Fico’, con todo lo que tenemos guardado de ‘Fico’. Necesitamos que ustedes estén pendientes de la estrategia para que la repliquen”.
Y que luego se ratificó con uno de los “petrovideos” en el cual aparece el joven Sebastián Guanumen dando instrucciones sobre cómo desacreditar a Gutiérrez, y en los que se le oye decir “la línea ética se va a correr un poco”.
El voto en blanco
Los “petrovideos” no solo han tenido un impacto en la manera cómo han crecido los comentarios negativos sobre Gustavo Petro, sino que –por las cifras de las redes sociales– han tenido un impacto sobre el voto en blanco.
En la campaña de Petro consideran que en la medida en que crezca el voto en blanco le quitan votos a Rodolfo Hernández.
Recién pasó la segunda vuelta el voto en blanco era muy comentado (10.000 conversaciones) como algo positivo: el 54,7% de los mensajes lo veían como una opción. Después de los “petrovideos” comenzó a predominar una conversación negativa sobre el voto en blanco: 57,4%. Es decir, ya menos querían votar en blanco e invitaban a decidirse.
De hecho, el viernes pasado, la actriz Carolina Ramírez, activista del petrismo, inició una conversación sobre el voto en blanco. Invitando a la gente a hacerlo porque quieren quitarle votos a Rodolfo. Su trino tuvo más de 40.000 likes y casi 8.000 retuit.
Volviendo al tema de la insistencia en el debate, y tratando de levantarse de la lona, de retomar la narrativa y de cambiar el tema de los “petrovideos” en la agenda mediática, Gustavo Petro introdujo el tema e invitó a Rodolfo Hernández a debatir.
Sin embargo, el debate finalmente no pegó. Y entre el viernes y el sábado la campaña de Petro buscó otra estrategia: sembrar dudas sobre la Registraduría; así lo muestra el mapa de la conversación de la burbuja de Petro en redes sociales (ver gráfico).
Llama la atención que a diferencia de otras campañas, en las que Petro le ha dado duro a la Registraduría, en esta no ha sido particularmente crítico. Solo se molestó cuando iban a hacer el reconteo de las elecciones del Congreso. ¿Por qué apenas este sábado quiere provocar la desconfianza en la Registraduría?