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Tarea de los partidos, menos burocracia más coherencia

El Estatuto de Oposición, sancionado ayer, cambiará las dinámicas del Congreso.

  • El presidente electo, Iván Duque, tendrá amplias mayorías tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes. FOTO colprensa
    El presidente electo, Iván Duque, tendrá amplias mayorías tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes. FOTO colprensa
10 de julio de 2018
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Representar intereses y demandas de los ciudadanos, ser el interlocutor del constituyente primario ante los altos poderes del Estado, no tener como prioridad intereses burocráticos, en otras palabras, ser verdaderos partidos políticos.

Esos son los mandatos con los que iniciarán una nueva etapa los colectivos políticos, tanto los tradicionales como los recientes y los que apenas emergen, luego de las elecciones presidenciales, en las que tuvieron poca influencia y se desdibujaron. Prueba de ello es que al mandatario entrante Iván Duque le bastó el triunfo en primera vuelta para que las demás colectividades se sumaran a su aspiración; sin necesidad de reclamos burocráticos, como suele ocurrir.

En dos años, el plebiscito, la elección del Congreso y las presidenciales dejaron varias lecciones: que los partidos ya no son decisivos en los resultados electorales, que las maquinarias y clientelas políticas aportan votos, pero no los suficientes, y que las estructuras tradicionales funcionan solo cuando se trata de la elección colegiada (Congreso), pero no endosan.

El próximo 20 de julio, cuando se instale el nuevo Legislativo, inicia una oportunidad para estas estructuras, que cada vez tienen mayor control ciudadano, gracias a las redes sociales y a los medios de comunicación. Un reto vital, porque los ciudadanos no se ven como militantes.

Más acción para minorías

Con el Estatuto de la Oposición, que se estrenará en esta legislatura con un nuevo gobierno y que ayer sancionó el presidente Juan Manuel Santos, si bien los que se declaren en oposición tendrán más exposición y posibilidades de acción, también quedará en evidencia qué tan disciplinados son y si le darán prioridad a los intereses colectivos sobre los personalismos.

También se vislumbra la necesidad de unificar las colectividades afines u opositoras al Gobierno, en otras palabras, dos bloques, al mejor estilo del bipartidismo que imperó hasta la aprobación de la Constitución de 1991. Prueba de eso es que el Estatuto no reconoce a un solo representante de la oposición, sino a sus diversos voceros.

Según Carlos Builes, docente de Ciencia Política de la U. Pontificia Bolivariana, esta era estará dirigida por el nuevo Estatuto de la Oposición, que le dará matices diferentes a lo que se ha dado en la vida política del Congreso.

“Si se cumple, los partidos deberán declararse a favor, en contra o neutrales al Gobierno, eso quiere decir que se va a tomar una postura como partido ante el gobierno entrante. Será saludable porque nuestros partidos son facciones que responden más a intereses burocráticos que ha principios ideológicos”.

Builes agregó que la nueva configuración del Senado, según esa nueva ley, le permite a los partidos que ejerzan la oposición tener un espacio, casi igual en tiempo, al Gobierno, por lo que se va a parecer un poco a las discusiones del parlamentos europeos. “Colombia es un niño en democracia. Vamos a ver si todo eso se da”.

Patricia Muñoz Yi, docente de Ciencia Política de la U. Javeriana, explicó que los partidos que permanecerían en la oposición, los Decentes, de Gustavo Petro; el Polo Democrático, la Alianza Verde y la Farc tendrán incentivos económicos, espacios en medios y réplicas para que ejerzan ese derecho.

“Las colectividades que se declaren en oposición tampoco están cohesionadas y cada uno, seguramente, la ejercerá de manera autónoma.”

Se repartirán las cartas

Todos los partidos y movimientos políticos que tienen representación en el Congreso saliente, cambiarán de rol en dos semanas. Los que estaban en oposición absoluta al presidente Juan Manuel Santos, ahora serán el partido de Gobierno del presidente electo, Iván Duque Márquez.

De otro lado, los que eran independientes y en algunos momentos fueron oposición o apoyaron proyectos del Gobierno, como el Polo Democrático y la Alianza Verde, ahora serán oposición radical. El partido del gobierno saliente, La U, empieza dividido. Aunque las mayorías se fueron con Duque en segunda, no harán parte, de manera formal, de la coalición oficialista.

El Partido Conservador, que fue de la coalición en los últimos meses, pero nunca perteneció a la Unidad Nacional, ahora será uno de los principales aliados de Duque y entrará, sin ambigüedades, a la coalición. El Mira era aliado de Santos y ahora será socio de Duque, mientras que Cambio Radical y el Partido Liberal, pilares de la Unidad Nacional, serán aliados del bloque mayoritario de gobierno.

Para Angélica Bernal, directora del Departamento de Ciencia Política de la U. Jorge Tadeo, hay tres partidos que deberán reinventarse o desaparecerán: Liberal, Conservador y La U, pues aunque terminaron aliados con el partido ganador de la Presidencia, su caudal electoral se vio muy disminuido.

“A Cambio Radical le fue bien en las legislativas, pero mal en las presidenciales, así que depende del lugar que ocupen en la coalición oficialista. Habrá un bloque fuerte de oposición aunque no se sabe que tan compacto por la rivalidad Petro-Robledo”.

Muñoz afirmó que la configuración del nuevo Congreso no será sorpresiva, pues varias de estas fuerzas políticas tomaron su decisión entre la primera y la segunda vuelta presidencial y, por eso, se puede anticipar el mapa de los partidos que apoyarán las iniciativas gubernamentales y los que será opositores.

“Las decisiones que tomaron algunos partidos de asegurar ser parte del gobierno, creando un gran conglomerado alrededor del presidente electo, posiblemente no se va a ver representada en estímulos burocráticos”.

Agregó que la gran mayoría llegan a asumir este nuevo rol sumando un gran desgaste, lo que va a generar, en el corto plazo, espacios para las nuevas fuerzas políticas, para partidos que se preocupen por conectarse con los ciudadanos y recuperen los espacios dejados por los tradicionales.

¿Una reinvención?

El año pasado se frustró la reforma política, que se gestó tras la firma del Acuerdo. Duque habló en campaña de presentar un nuevo proyecto que dé herramientas para hacer más transparente la actividad política, pero aún está por verse qué tanto esté dispuesto, una vez posesionado, a pujar contra intereses de varios de los partidos que terminaron apoyándolo en segunda.

Al menos, con la reactivación de los consejos comunitarios los fines de semana, ‘construyendo país’, envía como mensaje que la intermediación para la inversión localizada no será un monopolio.

Lo otro que está por verse es si, por iniciativa propia, los partidos están dispuestos a ajustar sus estatutos o cumplirlos, despojarse de privilegios, de prácticas clientelares, de transacciones burocráticas y abrazan la disciplina, y por fin se alejan de ser una de las instituciones en las que menos confían los ciudadanos.

La tarea no es nada fácil ni el panorama alentador. En palabras de Pedro Piedrahita, docente de Ciencia Política de la U. de Medellín, continuarán con la misma dinámica histórica: los partidos tradicionales, gobiernistas apoyando las iniciativas del ejecutivo y los de oposición tendrán la oportunidad para hacer control político, clave para construir una plataforma de cara a las próximas elecciones.

“Es difícil hablar de reinvención cuando continúan con las mismas prácticas del siglo XIX y a veces quedan en entredicho el sentido de lo público en el ejercicio político”.

David Suárez, docente de Derecho de la U. Eafit, dudó que se trate de una “nueva era”, y consideró que, más bien, es un simple reacomodamiento. Añadió que un gran compromiso para los Verdes, Decentes, Polo y Farc es impedir que el Centro Democrático se imponga enrutando el país hacía la derecha.

“Todos tienen que reinventarse. Tenemos unos partidos políticos que no se modernizan hace 30 años. Se tienen que democratizar, ser participativos, actualizar estatutos y ganar credibilidad. Deben venir cuatro años de mucho liderazgo y participación de jóvenes, mujeres, comunidades indígenas, étnicas y LGBTI”.

La agenda de los partidos

EL COLOMBIANO consultó con los voceros de dos partidos que estarán en orillas diferentes en los próximos cuatro años y compartieron cuáles serán sus prioridades.

El senador conservador Juan Diego Gómez afirmó que trabajarán en tres temas: la eliminación de la dosis mínima, para evitar el aumento del consumo; controlar la financiación de las corporaciones autónomas y reformar la justicia.

Por su parte el senador polista Jorge Robledo, dijo que no se hacían ninguna ilusión con Duque (para él es similar a Santos) por ser un sucesor de las políticas de los últimos gobiernos, con excepción de lo relacionado con el Acuerdo. “Tenemos el valor civil para hacer control. Estaremos al servicio de los reclamos democráticos en salud, medio ambiente, empleo, educación, corrupción, entre otros”.

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