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¿Cuáles sectores emplean a los excombatientes?

El reto para entidades como la Agencia Colombiana para la Reintegración es reducir la informalidad, la cual antes de recibir a los guerrilleros de las Farc, es del 70 %

  • ilustración raúl zuleta
    ilustración raúl zuleta
04 de septiembre de 2016
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Orlando* se desmovilizó en el 2009. Por más de 15 años perteneció al Eln y combatió en el Oriente de Antioquia. El grado de aislamiento de la sociedad fue tal, que cuando decidió dejar el conflicto, se dio cuenta que existían los teléfonos celulares.

Hoy su vida dio un giro de 180 grados. Es un convencido de que aprovechando las oportunidades, el cambio es posible y ahora, siete años después de su desmovilización y reintegración a la sociedad, se animó a tener un proyecto productivo, específicamente de agricultura, en el que trabaja con algunos familiares y otras 18 personas.

“Aproveché que sabía de esto y no dejé escapar la oportunidad, tomé la ayuda de la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR) y ya tengo varias tierras produciendo legumbres; tenemos una gran producción y vendemos para la isla de San Andrés, Montería y Urabá”, añade Orlando, cuya unidad productiva hace parte de las más de 6.500 que apoya la ACR en todo el país.

Lucas Uribe, director Programático de la ACR, explica que los casos como el de Orlando son los que se tienen que reforzar en el camino a la reintegración, y que en la futura reincorporación a la vida civil de los guerrilleros de las Farc podría llegar a ser clave, ya que en los acuerdos se busca aprovechar los beneficios que tendrán los excombatientes para iniciar sus proyectos productivos.

“Desde el 2011 hasta la fecha se han desembolsado recursos para unas 6.500 unidades de negocio, a las cuales se le hace un seguimiento con visitas técnicas cuatro veces al año, con asesorías para la sostenibilidad. Sabemos que el 80 % de esas unidades de negocio se sostienen después del año de constituidas”, agrega.

Otra ruta diferente a la de Orlando, tomó Alfredo*, quien luego de dejar las Farc hace más de 10 años, inició el camino de reintegración en la ACR, pero al terminar su proceso, decidió trabajar para una empresa de servicios en vez de iniciar su propio negocio. “Donde estoy no me ha faltado nada, siempre hubo apoyo de mis compañeros, he logrado ascender al interior de la empresa. Desde que estoy en esta vida he logrado formar una familia y ahora ellos son mi apoyo moral”, añade.

Dalida María Vanegas, jefe de Desarrollo Sostenible de Sodexo, empresa de servicios donde trabaja Alfredo, sostiene que este es uno de los sectores que más oportunidades le ha brindado a los excombatientes de los diferentes grupos armados y en los años de experiencia que acumulan, el balance ha sido positivo.

“Desde nuestra experiencia también hemos ayudado para que otras empresas se animen y hemos realizado charlas en las que no solo se muestra que todo esto es posible, sino también para que se den cuenta que la empleabilidad para estas personas es tener un piso firme para la reconstrucción de sus vidas y eso ayuda a tener una sociedad más pacifica y educada”, asegura Dalida, quien también anuncia que “con lo que viene (reintegración a la vida civil de los integrantes de las Farc), nos estamos preparando desde hace un año con otro grupo de empresas, para presentar una propuesta que ayudaría a crecer la posibilidad de oportunidades de empleo para todos los excombatientes que dejarán sus armas en los próximos meses”.

Lucas Uribe afirma que aparte del sector servicios, el de construcción es otro que le ha tendido la mano a los desmovilizados. “Las rutas de acceso al empleo son diferentes, es importante decir que la gran mayoría de las personas que se encuentran en proceso de reintegración, sobre todo en los primeros años, se están viendo identificados en los sectores de construcción y servicios”.

También explica que en la ACR “el 75 % de la población que recibimos llega prácticamente analfabeta y eso supone un reto inmenso a la hora de generar la formación y las capacidades para después buscar los empleos en la legalidad. Ya hablando de oficios y saberes, muchos llegan con diferentes cualidades, por ejemplo hay gente que llega de los grupos armados sabiendo de costura, de enfermería, de cocina, pero no es la mayoría, por eso es tan importante fortalecer toda la ruta de reintegración, con formación académica”.

Informalidad, un problema

Según la ACR, la informalidad laboral en Colombia está por el 50 %, y en la reintegración, el indicador se eleva hasta el 70 %, algo que según esa agencia del Gobierno, es generado en gran parte por la estigmatización que aún se tiene con los excombatientes, a pesar de que en el país ya hay 650 empresas que decidieron apoyar la reintegración a la vida civil de diferentes maneras, unas ofreciendo empleo directo, otras aportando su tiempo para capacitaciones, asesorías y otro tipo de servicios.

“Seguimos evidenciando casos en los que si de pronto en el trabajo se dan cuenta de que el empleado perteneció a un grupo armado, es expulsado. Esto hace que nuestro porcentaje de informalidad sea muy alto, mientras el país habla de una informalidad del 50 %, en la parte de reintegración es cercana al 70 %. En este sentido las personas en la informalidad generan ingresos a través de diferentes alternativas y ahí tenemos un reto muy importante para bajar ese porcentaje”, dice la Agencia Colombiana para la Reintegración.

En este aspecto, la educación se convierte en un asunto fundamental, ya que según cuentas oficiales, cerca del 75 % de la población que se desmoviliza es analfabeta. Con el trabajo desde la ACR se ha logrado que en la actualidad el 82 % de ese grupo ya tenga algún tipo de estudios: hay 15 mil bachilleres, más de 20 mil terminando la primaria y 2.500 que han realizado algún tipo de educación superior como tecnologías o una carrera universitaria.

Condenas, otro problema

La Agencia Colombiana para la Reintegración considera como una “tragedia” la situación que están viviendo miles de desmovilizados de las Autodefensas Unidas de Colombia, Auc, quienes están siendo condenados por el delito de concierto para delinquir, lo que imposibilita su contratación por parte de entidades públicas.

Incluso, en la ACR, tuvieron que dejar de contratar a 15 exintegrantes de las Auc a quienes ya les fueron notificadas sus condenas.

En 850 municipios del país hay por lo menos un desmovilizado, y en muchas de esas poblaciones, la única opción de trabajo para estas personas es a través de la alcaldía municipal. El reto es grande para lo que se viene . n

.*Nombres cambiados a petición de la fuente.

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