El 10 de noviembre pasado, EL COLOMBIANO publicó el artículo ¿El país se quedaría sin medicamentos para UCI?, en el que advirtió riesgos y alertas que se tenían desde la Procuraduría y las organizaciones médicas, científicas y farmacéuticas.
Estas alertas regresaron la semana pasada y fueron respaldas, esta vez, desde la Asociación Colombiana de Medicina Crítica (Amci) y la Sociedad Colombiana de Anestesiología y Reanimación (Scare), que plantearon los riesgos de desabastecimiento de analgésicos y sedantes.
Incluso, la Asociación colombiana de químicos farmacéuticos hospitalarios (Acqfh) respaldó un comunicado publicado por Amcy y Scare. En su momento, el Invima le dijo a este diario que se habían adoptado medidas para evitar el desabastecimiento, como declarar medicamentos vitales no disponibles para acelerar el ingreso al país y dijo que aunque la situación había estado apretada, los insumos seguían llegando.
En el comunicado ambas entidades reconocen que se han hecho esfuerzos para evitar un desabastecimiento, pero aseguran que “se vislumbra para los próximos dos meses un grave desequilibrio entre la demanda y la disponibilidad de estos medicamentos”.
¿Qué está pasando?
Ahora, ante este nuevo cuestionamiento de las asociaciones médicas, EL COLOMBIANO habló con el director de Medicamentos del Ministerio de Salud, Leonardo Arregocés, quien explicó qué está pasando en el mundo.
El funcionario dijo que la pandemia ha generado mayor presión en el consumo de medicamentos fundamentales en las Unidades de Cuidado Intensivo (UCI), que pone en aprietos a los laboratorios, pues, por ejemplo, en Alemania hay restricción a la exportación, con el objetivo de satisfacer las necesidades internas o en el caso de India, que es uno de los productores más grandes del mundo, se dedica a darle prioridad a las necesidades propias antes de salir al mercado internacional.
Al respecto, Arregocés señaló que “el abastecimiento estuvo al límite y nunca hubo sobra” y destacó que cuando la epidemia llegó a sus máximos y en el país se abrió totalmente la economía, el 1 de septiembre, el consumo de medicamentos empezó a elevarse. “Nosotros pasamos de poco más de cinco mil camas UCI a 11 mil”, indicó Arregocés, intentando explicar que esto también generó un aumento de las necesidades de este tipo de medicamentos.
¿Qué se ha hecho?
Algunas clínicas y hospitales consultadas destacaron que lo que hicieron entre junio y julio fue adquirir más medicamentos que el promedio de consumo, lo que, de acuerdo con el funcionario, también generó presión en el sistema de abastecimiento.
Pero además de covid, en los hospitales “sigue habiendo pacientes de otras patologías, siguen existiendo los hechos de violencia, los accidentes de tránsito...”, manifestó Arregocés, al destacar que con la reapertura, también regresaron los otros casos que exigen este tipo de medicamentos.
Sin embargo, el funcionario mencionó que “hemos mantenido un abastecimiento al límite” al punto de encontrar otro tipo de mercados, como Australia, donde se están consiguiendo los insumos que se necesitan.
Ahora, con un panorama complejo, tanto Acim, Scare, Acqfh y el Minsalud, coinciden en que estos dos meses que vienen serán fundamentales, especialmente porque, como lo dijo Arregocés, los laboratorios por lo regular salen a vacaciones a mediados de diciembre y regresan en enero.
“Lo que les estamos diciendo es que, como esta es una situación atípica, la idea es que sigan operando, entendiendo la realidad que estamos viviendo en el mundo y es un momento muy duro de la historia”, porque el panorama sería peor.