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Los representantes a la Cámara se quedaron sin excusas para volver a las sesiones presenciales por completo, luego de recibir las recomendaciones de la ARL del Congreso y de revisar las quejas de congresistas que señalaban falta de garantías de bioseguridad –aunque ya se había aprobado el retorno a las sesiones con aforo completo– y aducían compromisos de campaña.
El inconformismo de algunos de los congresistas salió a flote en las sesiones de inicio de semana, cuando se les convocó al regreso con un aforo del 100% en el Salón Elíptico, acogiéndose a las indicaciones de salud pública de la Alcaldía de Bogotá. Varios no llegaron a la jornada aludiendo problemas de transporte, falencias en el sistema tecnológico de votación y pocas medidas de protección contra el covid-19, en una sala donde debían estar “codo a codo”.
Esto, mientras a varios de ellos se les vio asistiendo a eventos masivos como el Congreso de Asobancaria en Cartagena, en donde posó sin tapabocas la presidenta de la Cámara, Jennifer Arias, o asistencia a eventos como el del representante Óscar Darío Pérez, quien dijo que por recomendaciones médicas se limita a participar de pocos espacios, pero compartió fotos de una reunión reciente con alcaldes de Antioquia.
Por eso, poco eco tuvieron los reclamos y ahora deberán realizar su registro presencial en el Capitolio Nacional, aunque podrán permanecer en otras salas y votar desde allí. Lo que no podrán hacer es retirarse del Congreso y votar virtualmente desde sus casas, carros o fincas.
Fue como quedó establecido en reunión de los voceros de los partidos con las recomendaciones de la ARL Positiva, que fijó como tope la permanencia de 71 congresistas en el Salón Boyacá, donde se realizarán las sesiones desde la próxima semana, debido a que el Salón Elíptico será adecuado para incorporar los espacios de las 16 curules de paz.
Las únicas excusas permitidas, y que serán opcionales- serán para los congresistas con comorbilidades certificadas por sus EPS, para los mayores de 60 años y para aquellos que no tengan su esquema completo de vacunación, pese a que los representantes fueron priorizados desde el 21 de junio en el Plan Nacional de Vacunación para recibir las respectivas dosis.
“Me preocupa que una empresa deba definir cómo funciona una rama del poder público”, dijo el representante Gabriel Santos, uno de los críticos de quienes han pedido continuar en el modelo semipresencial. Consultado por EL COLOMBIANO, aseveró que los representantes que se quejan “no han vuelto a poner un pie en el Congreso”.
La representante de Cambio Radical, Betty Zorro, dijo que algunos como ella no se niegan a volver, pero resaltó que las instalaciones no tienen las herramientas que agilicen las sesiones, como sí lo permitió la virtualidad. “Mandan un mensaje de que somos irresponsables, que no trabajamos. En presencial se votan dos o tres proyectos, cuando en el modelo mixto sacamos adelante hasta cinco”.
El antioqueño Óscar Darío Pérez, del Centro Democrático, enfatizó en que el Congreso no dejará de ser una rama del poder público por no estar “apeñuscados” y que comparan actividades al aire libre con reuniones en un salón con mala ventilación.
Gustavo Padilla, del partido Conservador, agregó que la Comisión Primera lleva asistiendo presencialmente todo el año, por lo que no entendía la negación de sus colegas.
Mientras tanto, el Senado no ha aprobado aún el retorno completo a presencialidad
Comunicador y periodista de la Universidad del Valle, apasionado por las narrativas digitales, la innovación social y los enfoques de género.