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Covid-19 y salidas seguras, ¿es posible?

El contexto de la pandemia ha cambiado. Le contamos cómo está a la fecha y algunas recomendaciones.

  •  Las cifras de contagios y muertes continúan aumentando. Por eso, en el marco de la reactivación total, es importante que evalúe sus riesgos, opte por lugares abiertos y mantenga la distancia. ILUSTRACIÓN SSTOCK
    Las cifras de contagios y muertes continúan aumentando. Por eso, en el marco de la reactivación total, es importante que evalúe sus riesgos, opte por lugares abiertos y mantenga la distancia. ILUSTRACIÓN SSTOCK
16 de junio de 2021
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Desde el martes 8 de junio fueron eliminadas en Medellín las medidas de pico y cédula, toque de queda y ley seca que rigieron de forma intermitente, según avanzaba la emergencia sanitaria.

Expertos consultados por EL COLOMBIANO coinciden en que si bien el tercer pico (el actual) ha arrojado las cifras más preocupantes hasta la fecha, la reapertura se veía inminente por las implicaciones económicas.

De igual manera señalan que ahora, con la situación marchando, es posible minimizar los riesgos según el tipo de actividades y las condiciones en que estas se realicen. Lo más importante es que cada persona entienda que es responsable de cuidarse y así cuidar a otros, eso es algo que es vital recordar constantemente.

Conciencia y planificación

Al tratar de agrupar esas actividades que implican mayores riesgos que otras, Yessica Giraldo Castrillón, epidemióloga de la Universidad CES, afirma que hay que pensar en las que no son esenciales y que por ende, podrían evitarse. “Ir a un bar o un restaurante, por ejemplo, no es esencial y son actividades de riesgo: espacios cerrados, en los que el uso de la mascarilla se deja de lado, hay gente hablando y comiendo. En 5 o 10 minutos se materializa un contagio”.

En ese sentido, medidas como la correcta ventilación o las reuniones al aire libre son ideales. “Si hay una buena planificación se pueden minimizar riesgos, pero por cultura nos cuesta”, dice.

Por su parte, María Cristina Navas Navas, PhD en Virología y docente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia y David Bautista Erazo, investigador de la Universidad de Antioquia y magíster en Ciencias Farmacéuticas, agregan que las personas podrían estar atravesando un tipo de desgaste frente a las normas, tanto individuales como colectivas. “Somos humanos, animales sociales, no robots. Nos dicen: no se reúnan, en lugar de explicarnos cómo hacerlo bien”, dice Bautista y plantea la posibilidad de realizar balances individuales de riesgo-beneficio. “Esto no es fácil, el Gobierno debería entrar con campañas educativas para saber, por ejemplo, que si soy una persona joven y saludable, puedo salir a un parque... O que si tengo síntomas gripales no debo visitar como si nada a mis abuelos no vacunados... Eso ya representa un riesgo grave”.

No obstante, en esa misma vía, comenta Navas, es importante recordar que la evolución del virus es impredecible, pues se trata de una infección en la que están implicados mecanismos de inmunopatogénesis, es decir, que el sistema inmune puede participar en la enfermedad, “generar una respuesta exagerada de muchas moléculas y muchos tipos de poblaciones celulares, provocando daño en pulmones, cerebro, corazón...”.

Por eso, aunque las personas que deben tener mayor cuidado ante el virus siguen siendo aquellas con obesidad, diabetes, hipertensión, etc, “no podemos bajar los brazos y arriesgarnos”.

Según Giraldo Castrillón, por la variabilidad en el comportamiento de cada persona, “las medidas individuales tienden a ser las más débiles... Si las cosas fueran diferentes estaríamos en otro planeta”, señala y reitera que es un asunto cultural, que puede cambiar, pero quizá no de la noche a la mañana. Por eso hay que tener claro el panorama a la fecha y entender que, a pesar de todo, el virus no se ha ido.

La situación hoy

Las cifras de contagios siguen generando números considerables: 3.501 personas el 15 de junio en Antioquia. Con eso debería bastar para no correr riesgos en actividades no esenciales, según los expertos.

A la par, Navas precisa que “parte de la población ya está vacunada y se ha acelerado el ritmo de la misma”. Para el 14 de junio, más de 13 millones de personas habían iniciado su esquema de vacunación en el país (primeras dosis), lo que representa un 37 % del total proyectado. Pese a ser menos de la mitad, Bautista cuenta que “tener el esquema completo debe dar tranquilidad, para eso está”, y agrega que al tenerlo listo (de 10 a 12 días después de la segunda dosis en los casos en que es necesario), se debe recurrir al aislamiento únicamente en caso de sintomatología.

En ese mismo sentido, es posible que el alcance del pico actual tenga incidencia en próximos estudios de seroprevalencia (que muestran qué porcentaje de la población tiene inmunidad). “Esto podrá ser así en cierto modo, pues existe una variabilidad biológica con respecto a la respuesta inmune después de una infección natural, también está la posibilidad de reinfección y tendrá que verse si empiezan a predominar o no variantes de preocupación”, explica Navas Navas.

Así mismo, añade que si bien está comprobado que las vacunas previenen una enfermedad grave y la muerte, “se sigue estudiando si eliminan la posibilidad de contagio o transmisión. Por ahora se ha encontrado que podrían evitar incluso infecciones asintomáticas, pero no al 100 %”.

¿Control de la situación?

Cuando los indicadores epidemiológicos continúan siendo preocupantes, Giraldo detalla que “hay un crecimiento exponencial de las tasas de reproducción efectiva del virus, con una positividad de pruebas por encima de 27 %, cuando el indicador para considerar abrir es por debajo del 10 %”.

A esto se suma, dice, la alta ocupación en UCI (96,4 % a la fecha en Antioquia) y el aumento de fallecidos, “es lamentable que se normalice, porque estamos hablando sobre todo de casos y muertes evitables”.

Para este punto, Bautista Erazo comenta que la responsabilidad no debe recaer solo en la aplicación de las medidas individuales (que acatadas de manera correcta pueden evitar contagios), sino también en las tomadas por los mandatarios. “Las medidas que han regido no han sido útiles. El toque de queda, por ejemplo, acortó los tiempos de la hora pico y aglomeró a más personas en el transporte público. Lo que habría que hacer es ampliar los tiempos, una Medellín 24 horas o escalonar los horarios de las empresas”.

Otro punto que toca la epidemióloga Giraldo, es que en vista de que ese tipo de medidas han enmarcado el transcurrir de la pandemia, la eliminación de las mismas podría generar una sensación de control que, “sin la correcta pedagogía, podría desencadenar que las personas tengan mayor dificultad para adherirse a las medidas de autocuidado”. Quizá por eso hoy en la calle se pueden ver personas sin tapabocas o en filas sin conservar el distanciamiento del que tanto se ha hablado.

En ese mismo sentido, Navas afirma que “no hay que caer en una falsa seguridad. Pueden haber personas que no hayan tenido una buena respuesta a la vacuna y están las variables que tienen ventajas de transmisibilidad y que pueden aprovechar momentos como este”.

Finalmente, y pese a los contrastes y matices, hay consenso en lo referente a la posibilidad de disminuir riesgos en casos puntuales. La planeación y la conciencia (individual y colectiva) resultan ser clave. Atienda a las recomendaciones de los expertos (ver recuadros) y téngalas en cuenta al momento de tomar decisiones

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