Por Sandra López Loaiza
Son frecuentes las campañas que invitan a bajar el consumo de sal. Hay restaurantes que se han unido al consejo de médicos y nutricionistas que invitan a quitar el salero de la mesa: que cada quien ingiera sus alimentos con la cantidad de sal que traen desde la cocina.
La OMS señala que la reducción de la ingesta de sodio (presente en la sal) reduce significativamente la tensión arterial en los adultos.
“El sodio no solo se encuentra en la sal de mesa, sino también de forma natural en una gran variedad de alimentos como la leche, la nata, los huevos, la carne y los mariscos. También se encuentra en cantidades mucho mayores en los alimentos procesados, como panes, galletas saladas, carnes procesadas como el tocino y aperitivos como las bolitas de queso y las palomitas de maíz, así como en condimentos como la salsa de soja, la salsa de pescado y los cubitos o pastillas de caldo”, recuerda esta entidad sanitaria.
Y su alerta sobre la presión arterial no es en vano. Sus propios datos señalan que en 2008 murieron 17,3 millones de personas afectadas por enfermedades cardiovasculares, lo que vendría a ser el 30 por ciento de todas las muertes registradas en el mundo en ese año, como quien dice que la mayoría se muere por problemas del corazón.
Según la misma OMS, “la presión arterial alta (hipertensión) es un factor de riesgo importante de las enfermedades cardiovasculares, en especial de los ataques cardiacos y los accidentes cerebrovasculares”.