Pico y Placa Medellín

viernes

0 y 6 

0 y 6

Pico y Placa Medellín

jueves

1 y 7 

1 y 7

Pico y Placa Medellín

miercoles

5 y 9 

5 y 9

Pico y Placa Medellín

martes

2 y 8  

2 y 8

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

lunes

3 y 4  

3 y 4

language COL arrow_drop_down

Tiberio sana con mezcla de magia y medicina

Son más de 40 años como médico, en los que además de sus conocimientos pone el corazón, palia los dolores físicos y emocionales. Todo un ejemplo.

  • Además de la magia, este médico mago ha escrito numerosos textos sobre ambas disciplinas. FOTO natalia ospina vélez
    Además de la magia, este médico mago ha escrito numerosos textos sobre ambas disciplinas. FOTO natalia ospina vélez
09 de noviembre de 2014
bookmark

Detrás de esa imagen bonachona, de bata blanca y estetoscopio hay más que un especialista en dolor, hay un médico humano -de esos que hoy escasean-, cercano, amoroso, él tiene magia.

Tiberio Arbeláez es anestesiólogo... y mago. Una mezcla que alivia a sus pacientes. Esos que llegan con cáncer, en cualquier etapa de la enfermedad.

Sus consultas comienzan con una sonrisa, una mirada a la cara, una llamada por el nombre propio, “uso mucho el tacto, el contacto, eso lo capta el paciente, más el ambiente, la música de fondo que cuando viene el silencio, el llanto se engrandece y produce una sensación interesante. Todo empieza con el deseo de ayudar. Héctor Abad Gómez, mi profesor, me enseñó -y lo sigo practicando- que la medicina es ciencia, arte y mucha magia”.

Tiberio trata a cada paciente bajo una suerte de reglas a las que jamás renuncia sin importar la cantidad de dinero o la formación que tengan, “esta es una consulta más humana que médica, más de persona a persona, de la que atiende a la que sufre”.

La buena educación, la buena información para los pacientes y sus acompañantes, el respeto por sus modos de ver la vida y creencias, la atención a las necesidades con las que llegan al consultorio y una buena dosis de optimismo, esa es parte de su fórmula mágica para aliviar el dolor.

“El paciente que viene aquí no le interesa que uno sea un sabio sino que a pesar de saber lo que tiene, le hable, lo mire, lo consuele, le dé alivio. ¿Usted ha visto milagros doctor? Es una pregunta frecuente. Le digo: milagros de que a una persona le falten dos piernas y aparezca con una, de esos milagros en la historia, en la anécdota o en el evangelio, de esos no se ven aquí. Pero milagros de la vida diaria, con gente que tiene tu enfermedad y luchan, se sacrifican, oran y van viendo una salida, esos los veo todos los días. El milagro incluye lucha, no es la llegada. Todo lo que tenga que ver con autoestima con el consejo y el seguir en la vida, eso tiene mucho de magia ¿no?”.

¿Cuándo llega la magia?

No es planeada, solo se presenta el momento. Para el mago Maqroll, su nombre artístico, la magia es una especie de terapia para el paciente y para él.

“Es un rato de descanso que produce relajación, les trae recuerdos o sueños, la magia es muy bonita porque produce descansos, se olvidan del dolor, sonríen, lo felicitan a uno y cuando uno ve sonreír a otro o asombrarse es un momento lindo para el paciente y uno. Fuera de eso la magia me descansa, es mi terapia mental. Es muy común que al final de la magia los pacientes digan ¡ay doctor hágame magia para este dolor!”.

Refiriéndose a otros, Maqroll dice que hay personas que antes de hacer magia ya son magia, y eso es él, magia de principio a fin, humano de principio a fin. Y eso no se lo enseñaron en ese 1967 cuando se graduó como médico, fue la experiencia, fueron los pacientes.

“Siempre me pongo en silencio, con la mente en blanco, me demoro uno o dos minutos antes de que entre el siguiente y me siento en el lugar del paciente, recuerdo a mis hijos, a mis padres, a pacientes especiales, errores que cometí, todo eso me fue enseñando a tener paciencia, a sonreír a pesar de los problemas. Todo eso lo va humanizando a uno. Uno puede estudiar tanto y saber tanto que el saber es todo, pero hay que tener en cuenta la parte afectiva y humana. Yo llego fundido a la casa pero... ¡con una paz interior! De haber ayudado al anciano, de haber abrazado un niño, de haber respondido las dudas” .

El empleo que buscas
está a un clic

Nuestros portales

Club intelecto

Club intelecto
Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD