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Santa Ana busca resurgir luego de la guerra

En ese corregimiento de Granada, pobladores desmienten rumores del supuesto regreso del Eln a esa zona del Oriente de Antioquia.

  • Maria Rubiela López Parra se encargó del cementerio de Santa Ana, en su cuaderno mantiene datos del campo santo. FOTOS Donaldo Zuluaga
    Maria Rubiela López Parra se encargó del cementerio de Santa Ana, en su cuaderno mantiene datos del campo santo. FOTOS Donaldo Zuluaga
  • Víctor Julio Arias perdió a su hijo de 17 años en 2003, desconoce su paradero.
    Víctor Julio Arias perdió a su hijo de 17 años en 2003, desconoce su paradero.
  • Panorámica de Santa Ana.
    Panorámica de Santa Ana.
03 de agosto de 2016
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Santa Ana es un corregimiento del municipio de Granada, ubicado en el Oriente de Antioquia. Allí, todos sus habitantes tienen la misma particularidad trágica: un familiar o un conocido desaparecido o asesinado durante la guerra entre grupos guerrilleros, paramilitares y del Estado.

Ese poblado, según la alcaldía, llegó a tener unos tres mil habitantes en su casco urbano y 11 veredas antes de convertirse en una especie de fortín del frente noveno de las Farc, el frente Carlos Alirio Buitrago del Eln, y posteriormente de los paramilitares. Para esa época, en el peor momento de la violencia, “si se quedaron 20 personas eran muchas”, dice Raúl Alexander Vélez, secretario de Gobierno del municipio.

Actualmente, después de más de una década, al corregimiento Santa Ana poco a poco regresan sus habitantes y otras personas que ahora ven oportunidades en esa tierra. Sin embargo, hace varios días llegó un rumor que hablaba de la presencia de un grupo armado ilegal, aparentemente el Eln, que se encontraba patrullando algunas veredas. Esa especulación alteró la normalidad que en la actualidad caracteriza a esa población.

EL COLOMBIANO recorrió parte del corregimiento y dialogó con varios de sus habitantes y autoridades locales, quienes coincidieron en que lo que ocurrió fue un rumor y no se ha podido comprobar.

Francisco Javier López, nació y se crió en Santa Ana. En la época de la violencia, después de perder varios primos y amigos (algunos de ellos aún desaparecidos), tuvo que salir para Medellín. Hace cuatro años regresó al pueblo, recuperó su tierra y ahora trabaja en ella. “Acá vivo muy tranquilo gracias a Dios, me dedico a la agricultura, en eso me entretengo y me da para tener la comida”; sobre la supuesta presencia de hombres armados rondando dice no tener idea: “yo no he escuchado nada sobre eso, y ojalá no ocurra porque sería muy malo volver a vivir esas épocas. Solo se ve el Ejército”.

“Todo esto está una hermosura, muy bueno, yo estoy feliz y dichoso aquí. Eso del Eln es mentira, a mí me llegó el rumor, pero acá los únicos armados que hemos visto son los del Ejército”, expresa Rubén Giraldo Yepes, quien hace apenas dos meses regresó a Santa Ana después de más de 10 años de exilio y de superar la pérdida de tres sobrinos por culpa del conflicto armado.

Sobre este asunto, Ómar de Jesús Gómez, alcalde de Granada, afirma que el cuento de la supuesta presencia del Eln salió desde la vereda Las Palmas, sin embargo una vez conocida la versión “se realizó una visita al lugar, se dialogó con la comunidad, con el Ejército y no se comprobó nada, incluso allá, en esa vereda, está el Batallón de Desminado realizando actividades”.

Cementerio y desaparecidos

En un cuaderno, María Rubiela López Parra, guarda prácticamente toda la información del cementerio de Santa Ana. Con su propia letra tiene los nombres de los restos que allí descansan, como también el número de bóvedas en las que se encuentran personas sin identificar; ella también se tuvo que desplazar cinco años, pero al volver se encargó del campo santo, y desde entonces le pone orden al sitio que se convirtió en el final del camino para cientos de personas asesinadas en varias zonas de ese territorio del Oriente de Antioquia durante el conflicto.

“Aquí (en el cementerio) tiene uno familia, conocidos, y me dolía mucho verlo abandonado, entonces me apersoné porque lo sentí necesario, esa es mi labor acá”, explica María Rubiela, y agrega que su cuaderno ha sido solicitado por la Fiscalía, la iglesia y hasta la alcaldía para buscar personas. “Ahí tengo organizadas las bóvedas y los bloques, los enumeré y de los que no tengo información, los dejo en blanco”.

Según la mujer, en el cementerio hay entre 35 y 40 restos sin identificar. “Son víctimas de la guerra que llegaron de muchos lados, o personas que sus familias salieron desplazadas y no dejaron información”.

Lo curioso de esto es que las personas consultadas para este artículo aseguran que tienen algún ser querido desaparecido. Pero desconocen si puede estar entre esos casi 40 que estarían en el cementerio del corregimiento.

Por ejemplo, un primo de Francisco Javier López, identificado como José Abelardo López, fue desaparecido por la guerrilla. “De mi primo no se sabe nada, pero tampoco sabía que en el cementerio de acá habían tantos cuerpos sin identificar”, dice Francisco.

Víctor Julio Arias, tiene 67 años. Desde el 2003 espera a su hijo de 17 años, quien un día del mes de junio de ese año salió a misa pero nunca volvió. Narra Víctor que ese día al percatar que su muchacho no regresaba, bajó a la plaza donde está la iglesia y preguntó por él. “La única respuesta que tuve fue que se lo habían llevado unos tipos, y hasta ahí”.

Días después de la desaparición del joven, Víctor y su señora tuvieron que salir del pueblo, al que volvieron un mes después. “Un campesino como yo no cabe en la ciudad, acá volvimos aún con la situación muy delicada, a la gente la seguían matando, acá quedaron muy pocas personas, casi borran a Santa Ana del mapa”, añade.

Víctor Julio, tampoco sabe con certeza qué es lo que hay en el cementerio, menos que allí hay restos que no han podido ser identificados.

El campo santo de este corregimiento es uno de los candidatos a ser intervenidos en el Plan Cementerio que adelanta Medicina Legal y la Fiscalía. En la administración municipal no tienen conocimiento sobre dicho programa.

“Sería una muy buena noticia, Santa Ana recibió cadáveres de muchas partes de esa zona del Oriente de Antioquia, incluso de otros municipios cercanos, por eso creemos que si esa visita está presupuestada podría ser la solución para decenas de familias que aún buscan respuestas sobre sus seres queridos”, afirma el alcalde de la localidad, Ómar de Jesús Gómez.

Desminado a un 85%

Según la Dirección Contra Minas Antipersonal, desde 1991, Granada registra 77 víctimas por ese tipo de explosivos o munición sin detonar (20 de ellas murieron).

Desde 2010, el Batallón de Desminado Humanitario (Bides) inició actividades para descontaminar varias veredas en las que grupos armados ilegales, en su mayoría las Farc, dejaron instalados gran cantidad de explosivos, ahora esos procedimientos han permitido que la zona rural de Granada esté en un 85 % libre de sospecha de minas.

El cabo primero Fabián López Gutiérrez, líder del equipo de estudios no técnicos, indica, tal y como fue publicado en la página web del municipio de Granada, que “recibimos el municipio con 306 eventos de los cuales ya hemos investigado 258 y tenemos 55 pendientes por investigar. En estos años, el desminado humanitario ha desmalezado 428.663 metros cuadrados, se han encontrado 172 minas antipersonales que se han destruido, cinco municiones usadas sin explotar y se han encontrado 1.260 desechos metálicos”.

La vereda Las Palmas, perteneciente al corregimiento, es uno de los sitios en donde se encuentra el Bides. Según la alcaldía se han inspeccionado 1.524 metros en los que se encontraron 1.440 desechos metálicos entre grapas, herraduras, alambre y cuatro artefactos explosivos. Se espera que para finales de este año esa zona sea entregada como libre de sospecha de minas antipersonal.

“La descontaminación de los territorios es fundamental para que la gente regrese a las diferentes veredas afectadas con explosivos o minas antipersonal, y Santa Ana es un corregimiento cuyas veredas fueron muy afectadas. Poco a poco regresa la gente y ya más de 200 familias retornaron”, asegura Raúl Alexander Vélez, secretario de Gobierno local.

Paso a paso Santa Ana regresa a la normalidad. En su plaza principal se escucha música desde temprano. La gente transita sin miedo, las parcelas producen de nuevo y sus habitantes no quieren volver a los días de terror. Por eso piden a las autoridades no bajar la guardia y terminar de consolidar la región.

3.000
habitantes alcanzó a tener el corregimiento de Santa Ana y sus 11 veredas.
Infográfico
Santa Ana busca resurgir luego de la guerra
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