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Nueva alternativa sicológica para el posconflicto en Colombia

Esta iniciativa, que se aplicó con excombatientes de la Armada de EE. UU. se muestra como una alternativa para víctimas y reinsertados en el país.

  • La sicología positiva se quiere aplicar para los excombatientes de los grupos armados y para las víctimas. FOTO archivo colprensa
    La sicología positiva se quiere aplicar para los excombatientes de los grupos armados y para las víctimas. FOTO archivo colprensa
01 de agosto de 2016
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Con el propósito de brindar una opción diferente, con resultados ya probados con excombatientes del ejército de Estados Unidos, un grupo de universidades (Claremont Graduate University, University of North Carolina y La Universidad Complutense de Madrid) y el Instituto Florecer, decidieron poner en marcha un plan denominado “Ciencia y paz; Construyendo el capital humano del futuro”.

La idea es que el Gobierno colombiano tenga en cuenta esta iniciativa, basada en ciencia sobre la sicología positiva, para la parte final del proceso de paz y el posconflicto con las Farc, vinculando no solo a los excombatientes de ese grupo armado ilegal, también a exmilitares y a las víctimas.

EL COLOMBIANO habló con Andrea Ortega Bechara, presidenta del Instituto de Ciencias de la Felicidad Florecer y de la Asociación Colombiana de la Sicología Positiva, quien explica el contenido de la propuesta.

¿En qué consiste el apoyo de las universidades para el proceso de paz y el posconflicto?

“Ciertas universidades del mundo tienen unos académicos que hacen parte de una rama que se llama la sicología positiva, que también es conocida como la ciencia del bienestar y la felicidad. Permite el desarrollo de las competencias que facilitan la transición hacia la paz a distintos niveles; así como la sicología se pasó más de 150 años estudiando todo lo que está mal con las personas, hace dos décadas se desarrolló una ciencia que lo que hace es que las personas se conviertan en la mejor versión de sí mismas, con una metodología muy rigurosa y sofisticada. Hablamos de competencias como el perdón, del optimismo, de la compasión del crecimiento postraumático, todos estos valores y ética que tanto hablamos en Colombia y que necesitamos. Tienen una ciencia y estas universidades donde las crearon están interesados en aplicarla acá”.

¿Cómo tendrían vigencia esos estudios en Colombia?

“A nivel de los reinsertados podemos hacer unas mediciones muy concretas para empezar a identificar cuáles son esas motivaciones que ellos tienen, cuáles son sus necesidades sicológicas, cuáles son sus miedos, de manera medible. Luego se realiza una metodología completa para lograr superar esos traumas sicológicos, y no solo superarlos, también transformarlos positivamente a partir de ellos. Esto no se trata de charlas, talleres, capacitaciones o cursos motivacionales, sino de módulos de entrenamientos sofisticados y concretos que se han desarrollado, por ejemplo, con los excombatientes de la Armada de los Estados Unidos. El Gobierno estadounidense se ha preocupado mucho pues ha tenido casi dos millones de excombatientes que han regresado a la sociedad civil y que no se pueden adaptar. Tienen mucha similitud con lo que pasa acá”.

¿Y también se puede aplicar con las víctimas?

“Sí, es uno de los campos más interesantes. Colombia tiene registradas casi 8 millones de víctimas y no se ha desarrollado un mecanismo idóneo para transformarlas positivamente. El programa de atención sicosocial de salud no fue diseñado con una metodología basada en la ciencia y ellos dan los reportes de qué está funcionando y no solo con base en su cobertura. La realidad es que en los últimos reportes se muestra que solo el 20 por ciento de esas ocho millones de personas se han podido reintegrar a la fuerza productiva con la misma capacidad que tenían antes. Esto tiene unos costos al sistema de salud inmensos. Nosotros tenemos en nuestro equipo a una persona que desarrolló toda la ciencia en el perdón y lo aplicó en África, sus resultados fueron transformadores, demostró que las personas que perdonan viven en promedio cinco años más”.

¿Ya han logrado contactos con el Gobierno para hacer realidad esto?

“Tenemos una citas agendadas con el director de la Agencia Colombiana para la Reintegración, ACR, y estamos justamente tratando de dar a conocer esta iniciativa, tratando de buscar el apoyo gubernamental”.

¿Por qué cree que es tan fundamental esta alternativa para los excombatientes y su futuro en la sociedad?

“Porque el desarrollo de competencias que les permitan adaptarse con armonía a la sociedad civil y comprometerse con la causa de la paz, serán en ultimas las que determinen el éxito de la reinserción a futuro. Evitarán la reincidencia y sentarán las bases para que estas personas se conviertan en ciudadanos ejemplares. No es suficiente con darles a los reinsertados un techo y un trabajo. Los excombatientes regresan con necesidades psicológicas muy concretas. Estas competencias pueden ser enseñadas y aprendidas con métodos científicamente validados. Colombia debe aprovechar los últimos avances de la ciencia y el conocimiento en este campo para lograr una transición, con una metodología idónea, oportuna y eficiente”.

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