“Soy sorda y no puedo leerte los labios”, “mi papá es hipoacúsico y no me entiende”, “soy docente y quiero que leas mis labios”, “soy intérprete de lengua de signos y así no puedo trabajar”.
Estas son algunas de las frases con las que cientos de personas con discapacidad auditiva han buscado a través de redes sociales hacer visibles los desafíos que les impone la nueva normalidad, en la que el uso del tapabocas o mascarillas de protección, como elemento de la vida cotidiana, se ha convertido en una verdadera barrera de comunicación por su necesidad de apoyarse en la lectura de labios.
La buena noticia es que el Senado aprobó en segundo debate el proyecto de ley para que haya disponibilidad de tapabocas inclusivos en lugares con atención al público.
“Es una iniciativa que busca ofrecer una solución a un problema de inclusión social manifiesto y que no admite dilaciones. No podemos pensar en reactivación sin facilitarle condiciones adecuadas a cerca de 550.000 colombianos”, dijo el senador Mauricio Gómez Amín, autor de la iniciativa.
De superar su tránsito restante en la Cámara, se garantizará que toda institución educativa, entidades de prestación de salud, servicio al cliente domiciliario, del sector financiero, y en general que ofrezcan atención al público, tengan en un lugar visible un aviso que informe que cuentan con disponibilidad de tapabocas con visor transparente, adecuados para lectura de labios.
Aportando soluciones
Una de las personas que aplauden este avance es Liset Gutiérrez, una diseñadora gráfica antioqueña con discapacidad auditiva.
Frustrada por la dificultad de comunicación que encontró tras volver a salir a la calle y no poder apoyarse en la lectura de labios para interactuar, se dio a la tarea de investigar cómo estaban afrontando el problema las personas sordas y con discapacidad auditiva en otros países.
Fue así como encontró que en Estados Unidos se había creado un tapabocas con un centro transparente que permitía ver los labios y apreciar las expresiones del rostro.
Junto a un amigo diseñador de modas crearon un tapabocas hecho con acetato y tela con dos capas de antifluidos.
Recolectando experiencias y casos para darle fuerza a el proyecto de ley, el senador Gómez Amín conoció el emprendimiento de Liset y lo compartió en el Senado. A partir de ahí, desde diferentes lugares del departamento y el país comenzaron a llegar pedidos para este proyecto, al cual llamaron Tapabocas mil sonrisas.
Dice doña Rosa Gómez, mamá de Liset, que sienten que el país da un paso importante y esperan que la población en general se apropie de este elemento de inclusión.
“Lo ideal es que las personas que atienden público sean las que lo utilicen, esto quiere decir que es más útil ser usado por los oyentes que por la misma población sorda, de hecho en Argentina ya es de uso obligatorio en el sector público”, dice doña Rosa.
Educación sin barreras
Otra población que ha enfrentado desafíos importantes durante los meses de pandemia y aislamiento son los cerca de 11.000 niños con discapacidad visual que se encuentran en el sistema educativo regular.
“A ellos les hemos ofreciendo películas y descripción para ciegos, también Inci Radio, (emisora virtual del Instituto Nacional para Ciegos). Allí hemos puesto a disposición contenidos educativos, culturales y de entretenimiento”, describe Carlos Parra, director General Del Instituto.
De todos modos, desde el Inci reconocen que la extensión del tiempo de educación remota ha demostrado que el país tiene muchas carencias en cuanto a plataformas virtuales para ofrecer inclusión y accesibilidad a los estudiantes con discapacidad visual.
Otra de las problemáticas que ha enfrentado la población con discapacidad en el país es la atención médica y los servicios de cuidado. Informes de la Universidad de los Andes destacan que en varias ciudades los reportes de suspensiones de tratamientos se han duplicado. También ha sido crítica la pandemia en materia de inclusión laboral para esta población.
Según Jairo Clopatofsky, alto consejero presidencial para la Discapacidad, entre las acciones que ha realizado el gobierno es asistir a 56.000 familias que tienen al menos un miembro con esta condición.
También ha entregado recursos a 22.647 jóvenes y 300.000 adultos mayores con discapacidad. El funcionario ha asegurado que trabajan en estrategias de largo aliento para que la nueva normalidad no rezague a una población que ya de por sí tiene cientos de barreras cotidianas en el país.