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Si bien el presidente Gustavo Petro lleva meses hablando de su célebre “acuerdo nacional”, y de hecho, en julio pasado –durante la instalación del Congreso–, pareció dar señales de querer avanzar en el diálogo y la concertación, solo hasta ahora parece dar muestras tangibles de su interés de sentarse a debatir y lograr consensos. Así quedó en evidencia con su invitación a la oposición para tomarse un tinto en Palacio, un gesto tan simple como poderoso que deja en evidencia las dificultades que sigue enfrentando para sacar a flote sus controvertidas reformas en el Congreso.
Aunque en los últimos meses el propio Petro ha liderado encuentros y cónclaves con empresarios, bancadas de partidos políticos, centrales obreras o la Iglesia Católica, lo cierto es que no ha logrado atajar el cada vez más crispado ambiente político y social, que redunda también en su diezmada popularidad: el 64 % lo desaprueba, según la más reciente encuesta de Datexco.
Ante ello –ya sin elecciones de por medio y consciente de que el tiempo corre para sacar avante su ambiciosa agenda legislativa–, Petro convocó al expresidente Álvaro Uribe Vélez, jefe máximo del Centro Democrático, para tomarse un tinto y buscar acuerdos. No es una invitación cualquiera.
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Recién este miércoles, en medio de un caldeado debate en la Cámara de Representantes, la oposición –con el Centro Democrático, Cambio Radical e incluso, independientes a bordo–, demostró que a punta de maniobras válidas en democracia como romper el quórum de las sesiones puede poner a tambalear las reformas, puntualmente, la controvertida reforma a la salud.
“Invito al Centro Democrático a algo más racional. Vengan, nos tomamos un tinto y miramos cuál es su problema con la reforma. Si hay puntos en común los presentamos a la fase de debate en el Senado”, aseguró Petro en X (antes Twitter), dando por sentado que la iniciativa logrará ser aprobada en segundo debate para después pasar a Senado.
Uribe sorprendió al contestar que la oposición sí se debería aceptar el tinto; sin embargo, condicionó el encuentro a que se le ponga un alto al trámite de la reforma. No obstante, el Jefe de Estado respondió al decir que claro que se puede degustar el tinto y que son bienvenidos en la Casa de Nariño, pero “sin parar el debate (...) de cara a la discusión de la reforma a la salud en el Senado”.
Para la politóloga María Alejandra Arboleda, consultora de comunicación política y análisis de opinión pública, esta invitación no es más que “una búsqueda desesperada” de Petro por tender puentes para lograr salvar su reforma a la salud. Con todo, el verdadero reto será –explica– conciliar los no negociables del Gobierno como de la oposición, puntualmente un sistema mixto y un salvavidas para las EPS.
“No le veo futuro. Lo que buscan el Centro Democrático y Cambio Radical es retirar la reforma, y esta ya tiene demasiado rechazo”, declaró.
Al margen del simple cruce de mensajes en redes, el encuentro tomó forma y fue el ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, quien en la noche del miércoles llamó Uribe para concretar la cita. El expresidente, acompañado del representante Andrés Forero –una de las caras más visibles en contra del proyecto–, divulgó un video este jueves en el que revela que el miércoles 22 de noviembre será la reunión.
“Le expresaremos nuestras razones de oposición”, declaró Uribe, dejando entrever que serán necesarias varias reuniones para lograr puntos en común, al tiempo que reiteró su condición de que se paralice la iniciativa: “Esperamos que en el curso de estas conversaciones no avance el trámite en Cámara”.
Por su parte, Forero precisó que a los encuentros invitarán a otros parlamentarios –como Julia Miranda (Nuevo Liberalismo)– y a actores del sistema, entre expertos y representantes gremiales. “La idea es que de manera clara y franca le digamos al presidente por qué nos oponemos a su reforma”.
Aunque la invitación a sentarse a dialogar entre Gobierno y opositores a la reforma cayó bien entre la mayoría de los sectores, hay un inamovible que podría echar todo al traste: la idea de que se le ponga un alto al proyecto mientras se surten los diálogos. Ya Petro dio a entender que no dará su brazo a torcer, mientras que desde el Congreso insistieron en que se trata de un asunto no negociable para poder conversar.
“Tinto con Petro solo cuando frene el trámite de la reforma y deje de extorsionar a las EPS con los pagos. Hay que proteger a los usuarios que están asumiendo la ausencia de medicamentos y demora en procedimientos por cuenta del Gobierno”, manifestó el senador Miguel Uribe. “¿El que incitó la protesta violenta, el que descalifica con adjetivos a la oposición y quiere destruir el sistema de salud hablando de un tinto?”, cuestionó a su turno la senadora María Fernanda Cabal.
Incluso, desde sectores independientes que hacen parte de la bancada de gobierno hubo reclamos y los ánimos de conciliación parecen nulos. “No me sentaré a tomar tinto con quienes están destruyendo el país. No tengo nada que ir a pedirle al mitómano, porque sencillamente no necesito de nada para defender a mi nación”, declaró el senador JotaPe Hernández (Alianza Verde).
La representante Jennifer Pedraza (Dignidad), pareció distanciarse del diálogo si es de la mano del uribismo, lo que le pone más trabas a un eventual acuerdo. “Mis críticas a la reforma me alejan del Gobierno, pero también de partidos como el Centro Democrático, que defienden a las EPS y busca tumbar la reforma con rompimiento de quórum”.
Aunado al tema de poner de acuerdo a diferentes partidos y no solo al uribismo frente a un tema tan sensible como la salud, Arboleda llamó la atención por otro factor en la ecuación: el tiempo. “Sentarse a revisar punto por punto frente a lo que están de acuerdo y lo que no para llegar a consensos puede tomar un buen tiempo y ese no es aliado del Gobierno”, precisó.
Estas reuniones son un significativo primer paso, pero está por verse qué tanto avanzará Petro con Uribe y su bancada, así como con los demás sectores. El primer punto a resolver será si se pone en pausa la reforma o si sigue su trámite mientras dialogan, pero no saben quién cederá.
¿Déjà vu de la era Corcho?
Los diálogos de Petro con la oposición podrían tener los mismos efectos que tuvieron las conversaciones que en su momento sostuvo la exministra Carolina Corcho con los liberales, conservadores y La U. El resultado es visible: tanto conservadores como La U dejaron de ser partido de gobierno por no sentirse incluidos.
Comunicador social y periodista de la Universidad Central, especializado en Gobierno, Gerencia y Asuntos Públicos de las universidades Externado y Columbia.