Empezó a trabajar a los 16 años como obrero de la empresa Tejicondor en Medellín en los años 50 y al ingresar al grupo artístico de la compañía encontró una pasión que lo llevó a ser, en palabras de Lina Gaviria, secretaria de cultura de Medellín, “uno de los grandes maestros, investigadores y defensores de la danza folclórica colombiana”.
Alberto Londoño falleció ayer en Medellín a sus 83 años, pero dejó un legado que será eterno en el folclor nacional, cuenta Juan Camilo Maldonado, presidente del Consejo Municipal de Danza. Solo hay que ver su carrera, de cerca de 66 años, los libros que escribió y los cargos que desempeñó para entender su valor. “Era un hombre muy activo y cercano al sector, impulsor de los consejos de danza en el país y en Antioquia no solo un gran investigador, sino pendiente de la labor activa de los artistas”, precisa.
Londoño, según una reseña hecha por el Ministerio de Cultura, fue socio fundador del Centro de Investigaciones y Promociones Folclóricas de Medellín (Ciprofol); perteneció al Centro de Investigaciones Folclóricas (CEF); fundó y dirigió el grupo Tambores para la Investigación, del grupo Experimental de danzas de la Universidad de Antioquia y el grupo de danza de la UPB. De 1979 a 1989 se desempeñó como jefe del departamento de investigación de la EPA (Escuela Popular de Arte).
Fue además autor de los libros Danzas Colombianas, que contiene 44 coreografías, El cuento de la danza y Baila Colombia, una propuesta pedagógica para la enseñanza de la danza en la educación formal.
Todo un cuento
En 2009 MinCultura le entregó la Medalla al Mérito Cultural como maestro del patrimonio dancístico colombiano. Esto dijo al momento de recibir dicho reconocimiento: “La danza es un cuento que se cuenta con el cuerpo y yo he estado contando muchos cuentos”.
Explica Maldonado que el maestro siempre estuvo muy interesado en eso que él llamó “el cuento de la danza” y lo hacía así “porqué él decía que había que usar el baile para contar historias y no una secuencia mecánica de pasos y figuras. Era un hombre muy evolucionado y flexible en su pensamiento”.
Londoño investigó más de 30 tipos de baile pertenecientes a las cuatro zonas culturales de Colombia: Andina, Llanera, Pacifica y Atlántica. “También desarrolló investigaciones sobre la pesca en Taganga (Magdalena); la marimba y el currulao en Guapi (Cauca); y el proceso del café en el municipio de Amagá (Antioquia)”, puntualizó el ministerio.
En sus últimos años, cuenta Maldonado, estuvo muy interesado en fortalecer la imagen del bambuco antioqueño, “el quería que no se perdiera esa identidad de esta región en la forma de bailar el bambuco. Este ritmo se da en Cundinamarca, Santander, Huila, Cauca, Nariño y muchos otros lugares del país, pero él decía que cada zona tiene su forma de bailar y por eso quería que Antioquia tuviera clara la suya”.
Se movió por todo el país, bailando, investigando. Hasta salió en televisión, por allá cuando todo se veía en blanco y negro y con el Ballet Cordillera en el programa Apuntes sobre el folclor. “Nos deja un valioso legado, una huella imborrable y una pasión infinita que quedarán en sus palabras escritas y en la memoria de todo aquel que tuvo la fortuna de escuchar al gran maestro”, concluye la secretaria de cultura.
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coreografías tiene su libro Danzas Colombianas. Escribió 2 libros más.