Hacer películas de terror es difícil. No es solo entregarle al actor un cuchillo y una máscara de fantasma o llenar de sangre las paredes de un sótano.
Detrás de los filmes exitosos hay historias pensadas, personajes elaborados y momentos que no dejan dormir. El resplandor, Psicosis y El exorcista, entre otras, dejaron momentos que los cinéfilos nunca olvidarán, apoyados por grandes interpretaciones, efectos visuales y escenas inteligentes que jugaron con los miedos del público.
Las claves
Para el guionista Carlos Esteban Orozco, quien trabajó en la película colombiana Al final del espectro (2006), hay varios elementos que un filme de terror debe llevar.
“El público tiene que conectarse con el personaje y sufrir con él. Por eso, la gente se asusta con el niño en la película Sexto sentido”, expone el guionista.
El terror en el cine ataca la sicología humana, es decir, se aprovecha de los miedos reales, crea angustia, desesperación y pánico.
“Los monstruos que vemos en las películas son metáforas del terror que sentimos a algo o alguien. Por ejemplo, los zombis son esa representación del miedo a la gente que no conocemos o el hombre lobo que es el miedo a perder el control”, agrega Carlos Esteban.
Ahora bien, El páramo (2011) fue una producción de terror que tuvo reconocimiento en el cine colombiano.
Su director, Jaime Osorio, concuerda en que la clave del filme de horror está en profundizar sobre la personalidad de los personajes y trabajar a fondo la sicología social y a partir de ahí crear las situaciones.
“Colombia es un campo abonado para el cine de terror, no entiendo por qué no hay más películas en este género. La gente hace catarsis a través de este tipo de filmes de lo que teme y lo que pasa en el país”, añade Osorio.
Otro detalle, dicen los expertos, está en el manejo de los tiempos en escena. Director y escritor deben saber en qué posición de la película está el espectador para agregar los momentos terroríficos, construir los sustos y que haya una dinámica que prepare al público para el terror.
Además, hay una tendencia de hacer el terror más cercano, es decir, de usar ambientes comunes para que el público piense que eso que aparece en pantalla podría pasarles. Lo que aumenta el pánico.
El terror en el cine cambió con los años, así como su público. Siempre habrán diferentes maneras de aterrorizar y es trabajo de los directores crear esas historias que después llenen al público de pesadillas.