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Mateo Betancur se mueve de un lado para el otro. Mide 1,80 de estatura y baila con un dominio casi perfecto de las botas negras (con un tacón de 15 centímetros) que lleva puestas y le llegan hasta las rodillas. Son movimientos rápidos: se tira al suelo, estira las manos y hace giros en el aire. Él dice que así se siente libre y fuerte, que es un “modo de resistir”. Mateo hace diez años se cruzó con el voguing, un estilo de baile que surgió en los años 60 en Nueva York.
Con sus amigos Robin Velázquez y Gabriel Cano crearon el primer grupo de voguing en Colombia que se llamó Popcorn y con el que comenzaron a mostrar esta danza por distintas ciudades del país. El proyecto estuvo vigente hasta 2017 y el año pasado nació una nueva versión: Voguing Medellín.
“Lo creamos con la misma iniciativa de Popcorn, este es un espacio para todos los géneros y donde le hemos enseñado a más de 40 personas los estilos del Voguing”, cuenta Mateo.
Este colectivo artístico es más que aprender a bailar. De ahí nació Casa Vanity, un espacio donde personas trans, afros, gays y heterosexuales se unen a través de los diferentes modos de expresión que ofrece el voguing.
“Ha sido un pilar importante en mi proceso, me ayudó a trascender de un lugar en el que me sentía gris y oscura y me permitió encontrar esa luz y ese género al que realmente pertenezco”, señala Ariana Henao, mujer trans e integrante de Casa Vanity.
Añade que esa es la esencia del voguing:“un modo de alzar la voz. Dice que es una herramienta que le ha ayudado a integrante del grupo a empoderarse y a sentir que “nuestra existencia tiene un sentido y que ser diferente está bien”.
Algo de historia
Pablo Bedoya, profesor de la Universidad de Antioquia, explica que el voguing está asociado a la cultura Ballroom (reuniones de baile) que en los años 20 aglutinaba la movida artística en el barrio Harlem de Nueva York y donde había una presencia de personas afroamericanas entorno a músicas como el jazz y el disco.
Así mismo, manifiesta que asistían a estos espacios de socialización porque les ofrecerían seguridad para reconocerse y habitar libremente el cuerpo. Ya para los años 60 es cuando el Voguing aparece en medio de un contexto de marginación de personas migrantes, latinas y de diferentes orientaciones sexuales.
“En esta práctica se intenta representar, por ejemplo, jeroglíficos e imitar las poses de las modelos de las publicaciones que empiezan a circular como el caso de la revista Vogue. Le ponen un toque de glamour y exhiben con orgullo el cuerpo ”, dice.
Por su parte, Mateo indica que este baile tiene tres estilos (ver recuadros) acompañados de cinco elementos: Hands (movimiento de brazos), Floorwork (movimientos en el piso), Catwalk (se imaginan una línea y caminan sobre ella “como un gato”), Duckwalk (caminata en cuclilla) y Spins and Dips (giros y caídas de manera dramática).
“El vestuario y los accesorios es muy libre, en el Vogue Femme, por ejemplo, todo tiene que ser muy femenino, mientras que en el estilo Old Way es más una onda clásica y vintage”.
Dentro de la transformación del voguing se desarrollaron ‘Las casas’, una especie de familias conformadas en muchos casos por migrantes de otros países o de la misma Nueva York, donde se generan lazos de solidaridad. “En la escena voguing se expresaban en la competencia”, expresa Bedoya. En Medellín actualmente existe Casa Vanity.
En los años 80, mientras se vivía una explosión económica en Estados Unidos, la escena Ballroom empezó a ser más visible y a llamar la atención de otros sectores hasta el punto en que Madonna lo reconoce. “El voguing no fue creado por ella como muchos piensan, lo que hizo fue utilizar este estilo para su canción y fue tanto el éxito en el mundo que empezó a extenderse y a darse a conocer más”, agrega Betancur.
En esa década esta danza se convierte en un asunto más teatral. Según Bedoya, pretendían demostrar que también podían ser esa dama elegante, imitar una pose o verse de determinada manera. “Era como intentar atrapar esos códigos de la clase alta a través de estas estéticas y generar contenidos satíricos”.
El docente considera que el surgimiento del voguing en Medellín se debe más a un “fenómeno pop”, es decir, ha estado asociado a RuPaul (reality show) y Pose (una serie). “En la ciudad lo que primero empieza a expandirse es el Drag, también hay una escena paralela que proviene mucho más de bailarines y artistas que lo conocen como práctica de danza y lo están haciendo”.
Aprender este estilo
Laura Cano, profesora de baile en la academia Play Dance, señala que el voguing lo pueden practicar desde niños, jóvenes y adultos, cualquier persona que quiera acercarse a esta cultura “que reconoce la diversidad”.
Sin embargo, resalta que lo más importante para aprender el lenguaje del voguing es “abrir la mente para poderse sentir elegante todo el tiempo, es abrir las posibilidades del movimiento para representar un personaje, una versión que cada uno sabe cuál es”.
Indica, además, que es una oportunidad para que las personas se reconozcan. “Hay estudiantes que llegan por una tendencia, pero después se conectan verdaderamente con lo que significa esta cultura que lucha contra tantos estereotipos sobre la raza o el género”.
Sobre eso. Mateo Betancur agrega que con el colectivo que creó busca abrir más espacios “sin límites” para todas las personas que quieran expresarse “sin ningún tipo de etiqueta o prejuicio”.
En los últimos años, personalidades del mundo del entretenimiento, a parte de la ‘Reina del Pop’, se han inspirado en este estilo: Ariana Grande, Rihanna y Beyonce. El voguing es movimiento, danza y expresión, es una cultura que ha puesto a bailar a millones en el planeta y un ejemplo es Voguing Medellín.
Estilos del Voguing
Old Way
Nace entre los años 20 y 60 y se inspira en los jeroglíficos, la revista Vogue y la libertad de expresión, también busca, de alguna manera, hacer sentir que son modelos posando ante las cámaras.
New Way
En los años 60 se dio a conocer este segundo estilo que conserva las bases del Old Way, pero en este se intenta transmitir más actitud, seguridad, dinamismo y contorsiones. Aquí las líneas son perfectas y los movimientos se caracterizan por ser rígidos.
Vogue Femme
Buscaban resaltar su cintura y su feminismo. Es el más exagerado, fuerte y potente de los tres estilos. Con este se trata de llegar a la personificación de la mujer.
Periodista. Hago preguntas para entender la realidad. Curioso, muy curioso. Creo en el poder de las historias para intentar comprender la vida.