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El libro es el anfitrión de la fiesta que por diez días se prende en Medellín.
El libro de historias antes inimaginadas, el de cuentos sabidos y recontados, el de pensamientos profundos, el de apuntes cómicos, el que un soldado escribió en 1605, el que escribió una monja en 1689, el que escribió un soñador de aventuras en 1873 y que se hacen reales con ese tono científico que dice:
Durante los primeros días de la travesía, el tiempo fue bastante malo. El viento arreció mucho. Fijándose en el Noroeste, contrarió la marcha del vapor, y el “Rangoon”, demasiado inestable cabeceó considerablemente, adquiriendo los pasajeros el derecho de guardar rencor a esas anchurosas oleadas que el víento levantaba sobre la superficie del mar.
El libro negro, el libro ilustrado, el libro de los libros... En fin, el libro o, mejor, los libros son anfitriones en esta fiesta.
De acuerdo con Juan Diego Mejía, el director de esta celebración, cree que la impronta, el sello que la va haciendo diferente a las demás de su género, es la apertura de tres salones especializados.
El Salón Iberoamericano del Libro Universitario reúne a las 10 universidades antioqueñas que han hecho parte del Comité Bicentenario.
Editoriales UPB, Unaula, Eafit, U. de A., Unal e ITM, entre otras tienen sus puestos de venta en este espacio, en Carabobo. “Estas editoriales deben tener el apoyo del Estado, porque aportan en la construcción de conocimiento y arriesgan con libros de investigación y creación artística, que no se atreven a editar las editoriales comerciales”, sostiene Mejía.
El Salón del Libro Infantil y Juvenil está muy festivo. Situado adentro del Jardín Botánico, es parte del impuso estatal a las editoriales independientes de literatura dirigida a los niños, para abrirles mercado, pues cumplen con el propósito de formar lectores.
En este espacio confluyen autores y editoriales de América Latina. Así como por decenios, las distintas generaciones de lectores antioqueños han aprendido mitos y leyendas españolas y europeas en general, que también aprendan los relatos maravillosos de los países de Nuestra América, incluidos, cómo no, los colombianos.
Como el autor invitado a la Fiesta del Libro es el genial escocés Robert Louis Stevenson, el de las historias colmadas de aventuras, como La Isla del Tesoro, En los mares del Sur, El extraño caso del doctor Jekyll y míster Hide, El Diablo en la botella, El Club de los suicidas, La flecha negra, entre otras, hay una ambientación especial para sentirse a bordo de alguna de sus aventuras.
Una docena de barcas de madera y una posada de piratas, como la Almirante Benbow donde Jim, el narrador de la historia de la Isla del Tesoro vivía con su madre...
Este Salón tiene la pretensión de que cualquier habitante de nuestra ciudad conozca las nuevas tecnologías y formatos de lectura.
No se centra en el concepto de digital, porque no se quiere rendirle culto a la tecnología ni endiosar el libro digital. Lo importante es que la gente lea; no tanto en qué medio lo hace, dice el director de la Fiesta. “Así como existe un combate entre la comida rápida y la comida a fuego lento, lo que defendemos es que la lectura se haga con disfrute y atención, en el formato que sea”. Esta comparación intenta rebatir la idea de que la lectura en medio digital debe ser rápida y superficial.
En fin, que empiece ya la fiesta.
Envigadeño dedicado a la escritura de periodismo narrativo y literatura. Libros de cuentos: Al filo de la realidad y El alma de las cosas. Periodismo: Contra el viento del olvido, en coautoría con William Ospina y Rubén López; Crónicas de humo, El Arca de Noé, y Vida y milagros. Novelas: Gema, la nieve y el batracio, El fiscal Rosado, y El fiscal Rosado y la extraña muerte del actor dramático. Fábulas: Las fábulas de Alí Pato. Premio de la Sociedad Interamericana de Prensa.