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En 2005 la revista Time acuñó el término celanthropists (celebridades filantrópicas), aunque no tuvo mucho éxito. Sirve para describir un fenómeno que parece ser, por los ejemplos, cada vez más frecuente: las celebridades que realizan acciones o donaciones generosas para ayudar a comunidades vulnerables.
En el mundo, algunos casos conocidos son el de Leonardo Dicaprio y su fundación dedicada al cuidado del medio ambiente, el de Matt Damon, que con Water.org busca que más personas tengan acceso a agua segura y limpia, y el de Penélope Cruz, embajadora de Uno entre cien mil, que trabaja por los niños con leucemia.
Colombia no es la excepción. En el país diferentes artistas han decidido hacer grandes donaciones de dinero o constituir sus fundaciones, como es el caso de Juanes (Fundación Mi Sangre), James Rodríguez (Fundación Colombia Somos Todos), Shakira (Fundación Pies Descalzos), Falcao García (Fundación Radamel por una Niñez Feliz), Carlos Vives (Tras la Perla De América) y Juan Guillermo Cuadrado (Fundación Juan Cuadrado). Aunque son más.
Maluma recibió este año el Latin Grammy al Mejor Álbum Vocal Pop Contemporáneo y esto dijo en su discurso: “Quiero dedicarle esto a los niños de mi fundación El arte de los sueños. Soñar sí vale la pena parceros, que Dios los bendiga”. Una curiosidad en este caso es que el encargado de anunciar al ganador de la categoría fue Fonseca, quien también decidió apostar sus fichas con Gratitud, que busca fomentar el acceso al arte y la cultura a población vulnerable.
Shakira visitó este año su ciudad natal Barranquilla para anunciar la construcción del megacolegio Nuevo Bosque, que será realizado con recursos propios, la ayuda de FC Barcelona y l a fundación bancaria La Caixa. “Invertir en educación es mejor que ganar un Grammy”, manifestó ella, quien aprovechó la oportunidad para pedir más recursos en esta materia: “Es triste que el presupuesto de educación lo hemos reducido de 13 % a 7 %, o sea que vamos para atrás. Eso es inaceptable”.
Organizaciones como la fundación Mi Sangre de Juanes aprovecharon la coyuntura política de 2018 para motivar a los jóvenes a participar. Con la ayuda de aliados como Movilizatorio acompañaron a la RedAcción de Paz que promovió la agenda política juvenil Más Voz Menos Ruido en la que presentaban propuestas a los candidatos presidenciales sin ningún tinte partidista en cuatro temas: educación de calidad, empleo digno, transformación del sector rural e Información y comunicación.
“Fue una oportunidad de crecer en activismo, movilización e incidencia social. Significó pasar a un nuevo nivel de liderazgo en el que se apostó por la creación mutua de objetivos con diversas personas e iniciativas. Fue por mucho la mayor muestra de creación desde la diferencia”, contó Aldair Romero, activador de la RedAcción de Paz.
Las acciones que los famosos realizan tienen impacto no solo en los beneficiarios de sus programas sino también en sus seguidores, como lo afirma el catedrático Rafael Domínguez Martín en su artículo Celebridades y cooperación al desarrollo: “La percepción del público respecto a la preocupación de los famosos por estos problemas opera a partir de la propiedad transitiva de la empatía o la atracción: si Angelina quiere a los refugiados y tú quieres a Angelina , entonces acabas simpatizando con la causa de los refugiados por una especie de ósmosis afectiva. Es lo que se llama la pedagogía de las celebridades”.
No todo es color de rosa. Hay ojos críticos para estas intenciones de los artistas, argumentando que el uso de estas entidades puede ser para la evasión de impuestos. “Mucha gente puede desconfiar, pero no podemos cerrarle la puerta a intereses legítimos por mejorar la vida a los demás. En nuestro caso es evidente el compromiso e interés de Fonseca por las personas que necesitan ayuda. Él todos los días me pregunta por la fundación”, comentó Camilo Hoyos Gómez, cofundador de Gratitud.
Respecto a esto el psicólogo Ricardo Andrade comenta que “las motivaciones hay que evaluarlas individualmente. En unos puede ser un gesto real de solidaridad, otros por moda y en algunos podría ser lo que los psicólogos llaman una formación reactiva, una especie de culpa que los lleva a hacer cosas buenas para compensar”.
Sea una razón o la otra, las celebridades filantrópicas o “celántropos”, según el concepto de Time, tienen sus trabajos sociales. Gracias a su imagen tejen alianzas con sectores públicos y privados para visibilizar sus iniciativas o gestionar recursos adicionales, pues sus propuestas no funcionan solamente con sus aportes.
La fama, entonces, no solo para que otros los admiren. También para ayudar.