Tras meterse en la piel de espadachines, narcos o grafiteros, el español Arturo Pérez-Reverte da un paso hacia un territorio desconocido, el del espionaje en los años 30 y 40 del siglo XX, en su nueva novela, Falcó, cuya escritura le ha resultado tan placentera que ha decidido hacer una saga.
“Ha sido un placer tan enorme, que cuando estaba terminando la novela decidí hacer otra más. Por lo menos otra” con Falcó como protagonista, explica Pérez-Reverte.
Falcó, publicado en España y América por Alfaguara, es la nueva y esperada novela del escritor y académico, ambientada en la guerra civil española y en la Europa convulsa de entreguerras.
Una novela con espías, luchas de poder, traiciones, violencia y lado oscuro y para la que Pérez-Reverte ha creado un personaje fascinante y escurridizo, Falcó.
Lorenzo Falcó es la nueva creación del escritor, un extraficante y espía que trabaja para los servicios de información. Un tipo amoral sin ideología que mata y tortura sin complejos; guapo, elegante, al que le gustan las mujeres, simpático y con facilidad para moverse tanto por ambientes lujosos como por lugares sórdidos y peligrosos.
Un espía que en esta novela se mueve en las dos trincheras de la guerra civil española, aunque Reverte aclara que “no es una novela sobre la guerra civil, sino de personajes”.
Un personaje que se mueve entre mujeres inteligentes y belicosas, en medio de la guerra y en una narración construida con los mimbres de la propia experiencia del autor, que fue corresponsal de guerra durante años.
“A mí las guerras civiles no me las han contado: he vivido siete de ellas, y mientras que desde una visión elevada o superior se ven con claridad las causas de los buenos y los malos, cuando acercas el foco a la realidad, a las personas, a los seres humanos, la claridad se difumina porque ahí, al final, no hay nada más que seres humanos”, argumenta.