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¿Adoptar un gato con sida?

Se puede y llevan una vida normal, muchas veces. Hay que ser responsables y dar un cuidado especial.

  • Los gatos con sida o leucemia tienen un sistema inmunológico más débil. La Fundación Orca propuso un club de familias de gatos positivos, que se reúne con frecuencia. FOTO sstock
    Los gatos con sida o leucemia tienen un sistema inmunológico más débil. La Fundación Orca propuso un club de familias de gatos positivos, que se reúne con frecuencia. FOTO sstock
05 de mayo de 2016
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Alejandra Gómez Calle adoptó a William Shakespeare en una feria en junio del año pasado. Lo vio en una cajita de una fundación de la que no se acuerda el nombre, en compañía de sus hermanos gatos. Lo tomó y se fue a casa. El gatito era positivo a leucemia.

Entonces le dijeron que debía tener unos cuidados especiales, básicamente en la calidad de la alimentación. No le pareció un problema. Después de eso, dice, está casi todo hecho. Alejandra siente que le llegó un gato enfermo y aceptó su responsabilidad: darle mucho amor y cuidarlo un poco más. Aunque ella no puede comparar, nunca ha tenido uno negativo.

Los positivos a leucemia o sida felina se comportan igual que los no enfermos: juegan, comen, corren, saltan, duermen, muerden.

La mayoría de las veces llevan una vida normal y algunos, incluso, son asintomáticos. También lamen, y como son enfermedades producidas por virus específicos de los felinos, explica la veterinaria de Pet Service, Ángela Vásquez, no se transmiten a humanos ni a perros. Son de ellos, nada más.

¿Un gato con leucemia?

Si la decisión de tener un gato implica pensar si está preparado para hacerlo y entender que no es un objeto que se puede devolver, un positivo trae una responsabilidad más grande, si bien no imposible, señala Marcela Díaz, directora de la Fundación Orca.

Lo más importante es una mejor alimentación, con suplementos vitamínicos. La directora precisa que la diferencia en gasto tampoco es muy grande. Si una purina calidad media cuesta 9.000 pesos una libra, una alta, que será mejor para ellos, valdrá el doble, 18.000. Por supuesto, hay que considerarlo en el presupuesto. ¿Puede pagar más?

Ahora bien, que un gato tenga leucemia, añade ella, no es un problema de salud pública para los humanos, tanto paro los felinos. Así que una de las principales responsabilidades es que sea un gato casero, que no salga del hogar, porque podría contagiar a otros. “Buscamos hogares consecuentes con la responsabilidad que van a asumir”.

Desde el comportamiento no hay una alteración importante y pueden llevar una vida normal. Deben tener, eso sí, revisiones médicas más frecuentes, para estar pendientes de su salud e identificar problemas porque, explica la veterinaria, tienen un sistema inmunológico más débil y el riesgo de enfermarse es mayor.

Por supuesto, se debe tener en cuenta que su expectativa de vida se puede reducir, pero no es posible predecirlo. Shakespeare, por ejemplo, acompañó a Alejandra hasta enero, por una falla renal. Todavía era un cachorro. Ahora tiene a Virgina Wolf –que llegó a acompañar a Shakespeare– y a Merlín, los dos positivos, los dos con más de dos años. Están muy bien.

De todas maneras, es casi una lotería, que pasa igual con un gato negativo. Puede enfermarse de un momento a otro y morir. En ellos hay más posibilidades, pero cada caso es diferente. Hay gatos portadores a quienes no les pasa nada y otros que entran en crisis.

Sara Palacio se dio cuenta de que su gata Violeta era positiva a leucemia. La primera opinión de un veterinario fue sacrificarla. La segunda, quedarse con ella, que no estaba sufriendo y sí en buenas condiciones. Nunca ha estado grave y no ha tenido emergencias ni problemas. Ya tiene ocho años.

La enfermedad

La leucemia y el sida felinos no se curan, se tratan con cuidados paliativos. El contacto es por contacto directo, saliva o sangre, y es tan fácil de transmitir como que dos gatos compartan el mismo comedero, la misma agua, o se acicalen uno a otro. Por eso un gato positivo no debe estar junto a un negativo, y pese a que hay una vacuna contra la leucemia, no contra el sida, no garantiza el 100 por ciento de inmunidad. Mejor prevenir.

En la ciudad, comenta Ángela, es común este virus, por la cantidad de gatos que hay en la calle sin cuidado, y también la falta de esterilización –quieren salir más a la calle–. Además por la irresponsabilidad de algunas personas que no saben si su gato es positivo, o saben e igual lo dejan salir a su libre albedrío.

Es una responsabilidad de todos, precisa la directora, del que entrega y del que adopta.

Hay muchos mitos y miedos y eso hace difícil que alguien quiera tenerlos. Marcela expresa que es muy baja su adopción, sobre todo por desconocimiento. Mientras Orca entrega un gato a la semana, en este año van tres positivos.

Darle un hogar a un gato con sida o leucemia es una posibilidad, no un peligro. Muy bella, incluso, si se trata de subjetividades y de darle la oportunidad a animales que pocos miran. Solo se debe ser responsable, ser consciente de sus cuidados, y así tomar una buena decisión. Para usted y para el bienestar del minino.

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