El sueño de los envigadeños de ver abierta Casablanca, la casa donde vivió la artista Débora Arango, está cerca. Y con este, el día en que el público pueda entrar a ese caserón de paredes blancas, convertido en casa museo.
En los últimos días, a partir de la autorización por parte del Concejo Municipal para la adquisición del inmueble, el alcalde de Envigado, Raúl Cardona, acompañado de un equipo de funcionarios, y la propietaria de la estancia, Cecilia Londoño de Estrada, sobrina de la pintora, se han encontrado para negociar.
“Estamos a un pelo de cerrar el trato. Ya solo faltan algunos detalles”, dijo Raúl Cardona, alcalde de Envigado.
Un viejo anhelo
Desde la muerte de la artista, ocurrida el domingo cuatro de diciembre de 2005, en distintos espacios —de poder y del común—, se abrió la conversación sobre este tema: la conveniencia de que esa vivienda, con amplios espacios y, sobre todo, con los trabajos plásticos que la artista le realizó para embellecer zócalos y paredes, debían estar a la vista del mundo.
Situada en el centro de Envigado, esta casa fue declarada Bien de Interés Cultural del orden nacional, por el Ministerio de Cultura, mediante la ley 1248 de 2008. Y, a pesar de que en la misma norma se leía que desde ese instante en adelante la vivienda debía llamarse Casa Museo Débora Arango Pérez, el director de Patrimonio del Ministerio de Cultura, de ese momento, Juan Luis Isaza, explicó a EL COLOMBIANO, el 30 de marzo de 2010, que esa disposición apenas servía para que no tumbaran el inmueble y no construyeran otra cosa en su terreno, porque era de propiedad privada.
Cecilia Londoño de Estrada les compró la casa a Débora y a su hermana Elvira, en 2003.
Ahora, el Municipio le compra a ella por una cifra que no fue revelada. De acuerdo con el director de Planeación, Esteban Salazar, encargado de liderar la adquisición, “llevamos varios días en negociaciones”.
Camas, sillas, mesas
Como la idea es darle vida al proyecto de casa museo, la Administración Municipal también adquirirá el mobiliario: camas, mesas, sillas, comedor, lámparas, etcétera.
La artista había pintado baldosines de baños y murales en patios. Si bien estos habían sido cubiertos con pinturas a lo largo del tiempo, la sobrina, que fue testigo de su elaboración hace décadas, al acordarse de su existencia, los hizo destapar por expertos.
El Municipio desea hacerse también —indicó el alcalde Cardona— a cinco o seis cuadros de la artista, para que permanezcan en las paredes. Un grupo de especialistas los avalúa y, en los próximos días, dará el precio que, a su juicio, la Administración Municipal deberá pagar por ellos.
La casa museo será administrada por una fundación que se creará para tal fin.
Gran significado
Desde años atrás, distintas administraciones municipales se habían acercado a Cecilia Londoño de Estrada para manifestarle su interés por quedarse con Casablanca, con el propósito de ponerla al disfrute de la comunidad en general y los visitantes.
Según el exalcalde Héctor Londoño Restrepo, “Envigado estaba en mora de adquirir este inmueble. Desde mi administración habíamos tenido la intención de comprarlo, pero no se pudo. Ahora, que la del alcalde Raúl Cardona lo haya logrado, me produce una alegría inmensa, porque se trata de un bien cargado de significado. Es un referente histórico, cultural y arquitectónico. Así, en manos del Municipio y administrado por una fundación conformada por personas expertas en la obra de la maestra Débora Arango, servirá para conservar y difundir eternamente su obra y su legado”.
El exalcalde cree que esta casa museo se convertirá en otro sitio de interés turístico de la localidad. “Un lugar de visita obligada, como la casa museo Fernando González”
Cecilia Londoño de Estrada dijo a EL COLOMBIANO que por ahora no había ningún acuerdo, y prometió dar declaraciones una vez hubiese alguna novedad.
3.064
metros cuadrados es el área del predio. De ellos, la casa ocupa 846 metros cuadrados.