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Andrés, un músico colombiano en Hollywood

Andrés Montero es un bogotano que trabaja en Los Ángeles. Es compositor y arreglista. Trabaja en la orquestación de películas.

  • Andrés Montero trabaja en Los Ángeles. Por ahora hace orquestación, que le gusta mucho, pero sus intereses también pasan por la composición. FOTO cortesía
    Andrés Montero trabaja en Los Ángeles. Por ahora hace orquestación, que le gusta mucho, pero sus intereses también pasan por la composición. FOTO cortesía
03 de enero de 2016
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El nombre de Andrés Montero es de los que aparece en los créditos de las películas, que pasan rápido al final y que muy pocos se quedan leyendo. Ha sido parte del equipo de Tim Davies, uno de los orquestadores más reconocidos de Hollywood, y trabaja en Joann Kane Music, la compañía de preparación de música de Hollywood.

“No es que llegas un día aquí –dice él– y ya tienes todo resuelto”. El camino es largo.

Andrés pensó en estudiar Cine y televisión, pero lo de la música estuvo con él desde mucho antes: a los siete años empezó a tocar piano. Entonces mejor se decidió por la música.

Cuando estaba estudiando, su pregrado es en piano clásico, un semestre le dieron un módulo de música para cine y televisión, y él, que tenía todavía la idea del séptimo arte en su cabeza, vio la posibilidad de mezclar las dos cosas, tanto que después se fue a estudiar a Estados Unidos un posgrado en música para cine.

El programa en la Universidad de Los Ángeles duró año y medio. A Tim Davies lo conoció como invitado a una de sus clases y, “por cosas de la vida me puse en contacto y me salió una oportunidad de ser parte de su equipo. La experiencia que he ganado aquí en la industria ha sido gracias a él”.

Andrés trabaja en la orquestación y preparación musical. “Aquí en Hollywood las cosas funcionan así: el compositor recibe el archivo con la película editada y compone la música original, y cuando el productor y el director aprueban, sigue la orquestación, que es lo que nosotros hacemos. Recibimos los archivos del computador, que vienen en formato digital, y traducimos ese archivo digital a una partitura legible, para que los músicos la puedan leer y se pueda grabar en una orquesta en vivo”.

En ese punto, Andrés traduce ese demo digital a la partitura para que luego Davies, el orquestador, haga la partitura legible para los músicos. Aunque Montero también ha sido parte ya del equipo de orquestadores como tal, para la película Scouts Guide to the zombie apocalypse (Scouts vs. zombies) del director Christopher Landon.

Andrés ha estado en más proyectos como Minions, The book of life (El libro de la vida) y los tv shows Empire. El primer trabajo en el que colaboró fue el videojuego Batman: Arkham Knight.

“En el equipo de orquestación somos unas cinco personas. Se trabaja en equipo porque la música es siempre la que menos tiempo tiene para realizarse en todo el proceso. Para una película que tiene más o menos una hora de música se necesitan hasta dos o tres semanas”.

Más trabajo

Andrés trabaja para Joann Kane Music, la compañía que tiene entre sus proyectos Ant-man, Fantastic Four, American Dad, Los Simpsons y The good dinosaur.

Una vez el orquestador termina su trabajo, en Joann sacan las partes individuales de cada instrumento de la orquesta. Un trabajo arduo, precisa Montero, porque para un proyecto como Minions la orquesta tiene entre 50 y 100 músicos. “Cada uno tiene que tener una partitura específica de su instrumento”.

Para Montero, que nació en Bogotá hace 26 años, la orquestación es saber elegir qué sonoridad le queda mejor a lo ya escrito por un compositor.

Ese es su interés actual, si bien trabaja en escribir música original de películas, que ha venido haciendo en algunos cortometrajes locales. Esa es la meta.

El piano sigue ahí. Aunque no lo está tocando como pianista, no lo deja, porque “hacer conciertos con público tiene una magia especial”. Además que le ha servido en la orquestación porque, explica, es el instrumento que ofrece un mapa general de los registros y sonoridades, tiene la nota más grave y la más aguda.

Por ahora sigue trabajando en sus sueños. “Uno ve una película sin música y es como si no tuviera alma. Uno va a cine y a veces no se percata que está ahí, pero está. Me gusta que en la música para cine uno puede usar cualquier estilo musical, es bastante libre, tiene que ver con la imagen, pero es muy creativo. Las posibilidades son infinitas para poder lograr estas sensaciones y emociones”.

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