Desde niña Tiz Henríquez observó el mundo de manera diferente. Nació con toxoplasmosis, una enfermedad parasitaria que le afectó la mácula (retina) del ojo y, en consecuencia, no puede ver normal: no discierne bien los colores, ve borroso de cerca y de lejos, tiene dificultades con la profundidad y la visión periférica (por los lados) no es completa.
Ahora, 36 años después, la abogada y artista antioqueña Tiz Henríquez ve otro camino en las artes plásticas y lanzará su primera exposición de arte abstracto, con 13 piezas, esta noche.
Fortaleza
Ha vivido en Medellín, Bogotá y en países como Suiza, Italia, Brasil y México, donde actualmente reside. Su relación con la pintura empezó desde niña.
La maestra fue su madre, pintora, quien le enseñó de acuarela, pastel, acrílico y cáustica. Esta abogada se especializó en Derecho Bursátil, aunque seguía pintando.
Luego se fue a Brasil a estudiar ilustración, arte y la relación de estos con la moda. En México hizo cursos de joyería, empezó a vender ilustraciones y decidió darle más tiempo a la pintura.