Sereno y sonriente, así paseó el violonchelista Yo-Yo Ma por las calles de Medellín. Este miércoles, un día antes de su concierto en el Metropolitano, subió al metro en la Estación Universidad y miró con atención a través de la ventana las fachadas de las casas y los edificios.
Su visita a Medellín hace parte de su Proyecto Bach que consiste en visitar 36 ciudades del mundo que el violonchelista escogió. Solamente en esos lugares, Yo-Yo Ma interpretará las seis suites de Bach. Ese evento único y con una altísima complejidad para quien lo interpreta, se llevará a cabo este jueves en la noche.
Pero más que en concierto de pompa y sombrero, el músico supo que este proyecto tenía que girar en torno a la gente. Por eso, se ha tomado un espacio para conocer cada ciudad que visita, los proyectos culturales que mueven a su gente e incluso acompañarlos a interpretar algunas piezas.
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Eso fue precisamente lo que sucedió este miércoles en la ciudad. Antes de empezar su recorrido, hizo parte de un conversatorio cerrado en el que compartió con músicos y estudiantes en el Parque Explora. Habló de cómo Bach para él es como un Cervantes, como un Shakespeare o como un Einstein, “un experto en la naturaleza humana”.
Escuchó las preguntas de jóvenes músicos que le consultaron cómo lidiar con la frustración, por ejemplo, y él, con mucho humor les explicó que ya ha tenido 63 años para lidiar todos los días con esa duda.
Aunque es uno de los más grandes en su campo, les recomendó a los músicos asistentes “nunca pierdan la valentía y cuando lleguen a ser exitosos, no abusen de su poder”.
Conoció la ciudad a punta de música
Cuando salió y emprendió su aventura en el metro, el músico descendió en la Estación San Antonio y llegó hasta el Tranvía de Ayacucho donde lo esperaba la Orquesta de Tango de la Red de Escuelas de Música. Ante un público que no entendía por qué los músicos estaban allí, el grupo empezó a tocar y posteriormente se les unió el maestro Yo-Yo Ma.
Interpretaron Nostalgia de lo no vivido, una composición original del docente Marco Blandón y un homenaje al Teatro Junín. El sonido del bandoneón, los violines, las violas, el bajo, el piano y el violonchelo resonó y llamó a más transeúntes que se quedaron a escuchar.
Los jóvenes músicos, sorprendidos por la calidez y tranquilidad del maestro, le dedicaron un par de palabras y le explicaron el trasfondo del tema. Yo-Yo Ma, de hecho, es un apasionado por el tango y también se expresó ante el público.
“Es muy conmovedor escuchar tango en Medellín y creo que cuando escucho el bandoneón me conmueve mucho. No solo pienso en nostalgia, pienso en una pasión increíble que está atrapada dentro”, contó el músico. “El bandoneón fue inventado en Alemania, luego pasó a Italia y cruzó al océano Atlántico, así que, como nosotros, ese instrumento viene de muchas partes. Arriba y abajo como nosotros. El sobrevivió y nosotros sobrevivimos. Sobrevivimos porque somos creativos y somos resilientes”.