Hay una frase de cajón que dice que el trabajo responde por uno y esta le cae como anillo al dedo a Orlando Berrío, sobre todo, desde que el técnico Reinaldo Rueda dirige Nacional.
“Que no levanta la cabeza, que hace una de más y que no encaja en el juego del verde”, son algunas de las críticas que se les escucha a los hinchas verdes hacia el jugador cartagenero durante los partidos. Sin embargo, los números no mienten y si hay alguien rendidor en este proceso es este delantero.
Berrío acumula 10 goles desde la llegada del técnico vallecaucano y el único que lo superaba en este aspecto era Jéfferson Duque (15), hoy en el Atlas de México, así que nadie de la plantilla actual ha sido más efectivo que el cartagenero.
Pocos saben que en su vida hay una motivación extra para salir adelante y es su hija, que está próxima a nacer.
“Ser padre te hace mirar la vida de otra forma y hacer todo con una mayor responsabilidad. Siempre he hecho las cosas con actitud positiva y poniendo todo de mí, ahora tengo una motivación más grande que viene en camino”.
El técnico Reinaldo Rueda tiene claras las razones por las que cuenta con este jugador: “pocos en Colombia tienen su potencia y velocidad, puede jugar por ambos perfiles en ataque y también como número 9. Además de estas cualidades es un jugador con gol”.
Berrío agradece las palabras de su técnico pero no se relaja. “En un equipo como Nacional hay una competencia muy grande para jugar, así que agradezco todo lo que dice el profe, pero sé que todos los días debo demostrar mis condiciones en la cancha”.
Sus compañeros de ataque también tienen palabras de elogio. Luis Carlos Ruiz dice que es el complemento ideal para cualquier delantero. “Orlando siempre rompe las defensas, hace un gran desgaste y le facilita a uno los espacios en ataque”.
Trabajo callado
Bernardo Redín, asistente técnico de Nacional, invita al hincha a reflexionar: “muchas veces los aficionados se quedan con las jugadas bonitas, pero no ven cómo se mueve un delantero, el esfuerzo que hace para que sus compañeros luzcan. Orlando es un futbolista lleno de virtudes y es el primero en reconocer sus errores cuando se equivoca”.
Berrío dice que no se deja bajonear por los silbidos, porque ha sentido el cariño de mucha gente y cree que únicamente es una minoría la que lo discute. “En el fútbol todos pueden opinar y respeto todos los pensamientos, lo que me deja tranquilo es que cada que tengo la oportunidad de jugar, hago un trabajo honesto más allá de que tenga un mal o buen partido”.
A los 25 años ya comprendió que en esta profesión a veces estás arriba y otras muy abajo. “El fútbol es de extremos o si no que le pregunten a Falcao cómo se siente hoy. Por eso no hay que conformarse con los elogios ni perder el norte con las críticas. El que paga una boleta puede ir al estadio a aplaudir o silbar y uno va a la cancha a colaborar con un equipo que te da el sustento”.
No sabe si este año termine como el gran goleador del equipo, pero si tiene un objetivo claro: “quiero meterme en la historia de Nacional siendo campeón de una Copa Libertadores y colaboraré con el equipo en esa ansiada meta”.