A veces las personas piensan que los deportistas son robots y no seres humanos, que siempre deben rendir igual y que nada los puede afectar.
El futbolista de Nacional Andrés Andrade tuvo un bajón de nivel a finales del año pasado, pero detrás de esa caída en su rendimiento también estaban algunas situaciones familiares que, afortunadamente para él, ya pudo solucionar. Sin embargo, el Rifle nunca se quiso excusar ni hablar de lo que le sucedía, las padeció en silencio.
Además, las lesiones lo afectaron y tampoco logró la continuidad que buscaba con el técnico Alejandro Restrepo.
Esa difícil etapa quedó atrás y hoy, junto con Giovanni Moreno y Dorlan Pabón, ha vuelto a su nivel.
Todo empezó a mejorar para él en el duelo de vuelta de la Copa Libertadores frente al Olimpia. Ese día ingresó, anotó un golazo, marcó diferencia y estuvo a punto de cambiar la historia con un balón que estrelló en el palo.
Coincidencialmente en esa fecha también asumió la dirección técnica del equipo el entrenador Hernán Darío Hererra
Con el “Arriero”, Andrade ha recuperado protagonismo y aunque cumple otra función, arrancando un poco desde más atrás, se siente cómodo. “Ya he hecho esa posición, incluso en México que pasé por varios equipos, jugué en ese lugar, de doble ocho. La verdad no me incomoda el despliegue físico que debo hacer “, indicó el mediocampista que siente que todavía puede dar más.
“Hemos venido en alza, nos estamos conociendo mejor y la armonía dentro de la cancha está funcionando”, agregó el vallecaucano.
Superar obstáculos no es ajeno para él, porque recuerda que cuando en sus inicios estuvo en el Cali, le decían que no era jugador de primera división, querían devolverlo a la Primera C, pero él se empeñaba en que ya estaba listo para el profesionalismo.
Andrade destacó la confianza que en la actualidad le ha entregado el técnico Herrera. “Con él me siento titular y así me lo hizo sentir desde el primer día que llegó”.
El “Rifle” tiene 33 años, pero sus sueños se mantienen intactos como el de vestir la camiseta de la Selección Colombia en la próxima Copa América, la del 2024 en Ecuador. Comprende que el fútbol no es de edad sino de rendimiento.
Precisamente, uno de los golpes que también incidió en su estado de ánimo fue el no haber hecho parte de la nómina que disputó ese torneo en Brasil. Ya había cumplido el sueño de estar en la Selección en el duelo eliminatorio ante Bolivia en la Paz, pero una lesión evitó que siguiera en el proceso. Sin embargo, guardaba la esperanza de estar.
Es un hombre de fe y sabe que en el fútbol las cosas cambian. Por ahora disfruta de su gran presente con Nacional.