No se había consagrado campeón del Giro de Italia sub-23, y Camilo Ardila ya era pretendido por equipos de la máxima categoría del ciclismo mundial.
Ninguna de las tentadoras propuestas lo desestabilizó en el objetivo de lograr su primer título internacional; al contrario, lo impulsaron a seguir exhibiendo su talento.
Movistar, en el que milita uno de sus ídolos, su compatriota Nairo Quintana, es el elenco que suena más fuerte para fichar al tolimense, que el pasado 2 de junio cumplió 20 años de edad.
Fue tan abismal su superioridad que, a quienes lo escoltaron en el podio, los boyacenses Éiner Rubio y Juan Diego Alba, les sacó, respectivamente, diferencias de 4.10 y 4.54 minutos.
“Me defiendo en el terreno que me toque. Aunque subiendo tengo mejor rendimiento, también me va bien en la crono, planeando o descendiendo”. Esto fue lo que respondió Ardila hace dos semanas tras ganar, con récord de subida -34.38 minutos- el Reto El Escobero de EL COLOMBIANO y al preguntarle qué tipo de corredor era.
En la ronda italiana acaba de imponer su clase. Hablamos con él tras la hazaña.
La gente se sorprende por su supremacía en esta prueba, ¿cómo hizo para sacar tanta diferencia?
“Por el sueño de querer ganar y gracias a Dios se me cumplió; pero en realidad no fue fácil. Después de coger la camisa de líder -etapa 4- empecé a sentir una molestia en la rodilla derecha; sin embargo, las ganas de triunfar me ayudaron a no pensar en el dolor y llevar este título a la tierrita”.
¿Qué valora del grupo de compañeros que tenía a disposición?
“La unión. Fue un equipo sin egoísmos, esa fue la clave para lograr la victoria. La humildad estuvo por encima de todo. Quien estuviera mejor se le ayudaba, por tal motivo este título no es mío sino de ellos porque lo dejaron todo en la carretera. Teníamos siempre este lema: ‘hoy por ti, mañana por mí’. Estoy seguro que a futuro tendrán oportunidades muy grandes en la vida, que se les verá recompensado este esfuerzo”.
¿Qué siente saber que empieza a recoger sus frutos?
“Felicidad, orgullo, gratitud para todas personas que me han ayudado, entre ellos mis padres -Camilo y Marta Lucía-, quienes son agricultores en la vereda Cerro Gordo, de Mariquita, donde crecí; mi hermana, mi novia, mis papitos. Todos ellos son mi motor en esta lucha y tienen derecho a disfrutar; ojalá algún día les pueda retribuir por todo lo que han hecho por mí”.
¿Y qué piensa sobre los equipos que quieren hacerse a sus servicios?
“Te voy a decir la verdad, sé que ahora hay que pensar en cosas más grandes, pero estoy con los pies en la tierra. Hay que tomar las cosas con calma, estar tranquilo, descansar y recuperarme en Colombia”.
Pero lo que acaba de demostrar da cuenta que ya es hora de estar en las grandes ligas del pedal...
“Sí, claro, pienso que ya es la hora de venir a hacer una escuela más en Europa. Espero estar en un buen equipo, que me lleve en un buen proceso para que dentro de cuatro años pueda estar en carreras grandes para dar espectáculo como lo viene haciendo Nairo y los demás colombianos”.