Por JHEYNER A. DURANGO HURTADO
La carrera de Egan Bernal (Ineos) se tornó rosa luego de pasar por un camino de espinas.
Dos días después de convertirse en campeón de la edición 104 del Giro de Italia, las voces de elogio para el corredor colombiano no cesan.
Y no es para menos, pues a sus 24 años, siendo aún un niño para el ciclismo de alta competencia, consiguió su segundo título en una gran vuelta luego de conquistar, en 2019, el Tour de Francia. A esa edad solo habían logrado ganar ambas pruebas Gino Bartali, Felice Gimondi y Eddy Merckx.
Poco a poco Bernal se convierte también en leyenda. Y saber que en agosto de 2020, después de “salir por la puerta de atrás del Tour” al retirarse y no poder luchar para retener el título, como él mismo confiesa, empezó a tener dudas sobre sus condiciones. Una lesión en su espalda prendió las alarmas sobre su carrera deportiva.
Al ganar la ronda italiana, gesta que también alcanzó el boyacense Nairo Quintana en 2014, el cundinamarqués, repleto de confianza, comentó que está de vuelta para seguir pedaleando por grandes triunfos, los cuales, algo que no se cansa de repetir, sirvan para darle alegrías al pueblo colombiano.
Hace tres años, Dave Brailsford, director general del Ineos Grenadiers, le decía a EL COLOMBIANO que en Bernal veían un corredor con futuro, con el que apostarían a más grandeza, y quien sería el relevo de figuras como Chris Froome y Geraint Thomas, campeones a la vez del Tour galo.
Con disciplina, respeto y gratos resultados, el papel de líder en la escuadra británica no le ha quedado grande al escarabajo criollo. “Egan demostró por qué todo el mundo se emocionó tanto con él hace un par de años cuando ganó el Tour; es un gran corredor, aunque después de aquel triunfo pasó por momentos de dificultad. Volvió y evidenció que cuando tienes clase como corredor puedes tener altibajos, pero nunca la pierdes. Ratificó lo bueno que es. Ha trabajado y sacrificado mucho en los últimos meses”, agregó Brailsford a la agencia de noticias EFE.
Jamás se rinde
Desde que era un bebé, Egan dio señales de su pasión y fortaleza para el deporte de las bielas.
Su tía, Gloria Bernal, floricultora, no olvida cuando su sobrino empezó a dar pedal.
“Es como si lo llevara (el ciclismo) en las venas. Imagínese que cuando tenía tres añitos estaba montando en un triciclo, perdió el control y se pegó contra el borde de una escalera. Se le abrió la ceja izquierda y hubo que ponerle puntos. Nosotros ya no queríamos que se volviera a montar en ese aparato, pero al día siguiente no había poder humano que lo hiciera bajar de él”, relató en días pasados, al recordar que cuando Egan tenía entre 13 y 14 años y practicaba ciclomontañismo, tuvo una fuerte caída en una competencia en Chía. Esa vez el corredor, en medio del dolor por las heridas, finalizó la prueba y fue campeón. Lo llevaron al hospital y le diagnosticaron fractura de clavícula.
El 6 de agosto de 2014, antes de asistir al Mundial de MTB en Noruega, Egan pidió ayuda económica, a través de sus redes sociales, para poder viajar a suelo europeo.
“Necesito cubrir unos gastos pues el viaje es muy costoso y acá es donde pido ayuda a las personas que puedan ver este mensaje... Me estoy preparando para estar a mi 110% en esa carrera y no defraudar a todas las personas que me ayudan y tienen fe en mí”. Escribió el corredor en Facebook. Días después logró el subtítulo mundial.
Ejemplo de superación
Daniel Largo Taborda, sociólogo de la Universidad de Antioquia, comentó este lunes que lo hecho por Egan Bernal es digno de admirar, y agrega que este corredor es la muestra de ese grupo de jóvenes que se ha labrado un camino solos, siendo uno de esos casos peculiares en los que se funden el talento, la tenacidad y persistencia con un poco de suerte.
“Con Egan no se puede romantizar la falta de apoyo del Estado con sus jóvenes atletas, pues es un caso excepcional de un deportista excepcional”, dijo Largo Taborda.
“La mayoría de muchachos que están en las calles ven un futuro nebuloso, confuso y desesperanzador, que nunca tendrán cómo tener una casa, sostener una carrera o tener un trabajo bien remunerado. ¿Cuántos genios como Egan hay hoy en día trabajando en tiendas, minimercados o en la construcción? Jóvenes que tienen que dejar sus sueños y talentos para vender su fuerza de trabajo y aportar a sus humildes hogares mientras el presupuesto para el deporte se dilapida o se le da un mal destino”, sostiene Largo, al agregar que con lo hecho por Bernal se debe apoyar a la juventud y el deporte como política de Estado y así lograr sacar cientos de deportistas que pueden poner nuestro nombre en alto. “Son los deportistas los que nos han hecho brillar y eso no se puede olvidar”.
Este lunes, en Milán, donde se le siguieron haciendo homenajes a Egan, la pereirana Glorisa Ramírez, embajadora de Colombia en Italia, señaló sobre el vencedor del Giro que es todo un ejemplo a seguir para la juventud del país.
“Además de ser un gran campeón, es joven, educado y muy inteligente. Estamos hablando de un gran corredor y persona”.
Egan, mesurado como siempre, agradeció el apoyo recibido, indicó que antes del Giro tenía nervios de competir, de estar a la altura del desafío pues otros corredores venían haciendo buenos números y que fue especial ganar después de casi dos años sin estar en buena forma.
Además manifiesta que es prematuro decir si va estar en los Juegos Olímpicos de Tokio, Japón, pero que sí enfocará su recuperación y preparación para estar, en la segunda parte de la temporada, en la Vuelta a España, en agosto. Allí espera hacer más historia. Con su juventud y talento Egan pone a soñar con más grandes logros en el pedalismo mundial.
2
títulos logró Egan en el Giro: el general y el de mejor joven; además ganó dos etapas.