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El andar de Daniel Felipe Martínez en 2020 fue tan excepcional, que hasta la revista Vélo Magazine, asociada al Tour de Francia y al diario L’Équipe, lo nominó al Vélo D’Or, galardón que reconoce al mejor ciclista del mundo de toda la temporada. En sí es una distinción similar al Balón de Oro en el fútbol.
Con la frescura y claridad que lo caracteriza, y sin vanidades, el corredor cundinamarqués, afincado en Antioquia junto a su pareja, la expedalista Laura Melisa Valencia e hijo Isaac —dos años de edad—, sostiene que así como las duras caídas, los buenos resultados hacen parte del pasado, y que la experiencia vivida debe ser el mayor aprendizaje para ponerlo en práctica en los retos que se avecinan, en los que desea seguir siendo protagonista y, sobre todo, continuar disfrutando de una profesión en la cual sorprende con sus progresos.
Tras un práctica en tierras paisas, donde se entrena para retornar en buen nivel a las competencias, Daniel, que en la anterior campaña fue campeón nacional de contrarreloj y tercero en la prueba de ruta, que ganó etapa en Tour Colombia —subcampeón—, venció en el Critérium del Dauphiné y triunfó en una fracción del Tour de Francia, habló con EL COLOMBIANO del gran momento que vive y de la ilusión que tiene por correr este año en la mejor escuadra del pedalismo mundial en la última década, el Ineos, al lado de su compatriota Egan Bernal.
En un país potencia en el pedalismo, ¿qué significó para usted ser quizá el mejor ciclista colombiano del 2020?
“Te soy sincero, siento una alegría inmensa, es difícil explicarlo con palabras. Sabemos que aquí hay mucho corredor bueno, y poder estar entre los mejores genera demasiado orgullo”.
De hecho estuvo nominado, junto a referentes como Primoz Roglic, Tadej Pogacar, Julian Alaphilippe, Remco Evenepoel y otros, al Vélo D’Or, premio que se entregó tras votación realizada entre especialistas internacionales de ciclismo...
“Lo que realmente me interesa es hacer mi trabajo bien, disfrutarlo, dar lo mejor de mí para darle alegrías a mi familia, a quienes me apoyan, al país”.
¿Cuál es una de sus estrategias para buscar hacer la diferencia en una carrera?
“Tener mucha tranquilidad, pero a la vez confianza en sí mismo para lograr dar lo mejor de sí, independiente de un resultado”.
De hecho, misteriosamente, se extravió su bicicleta de contrarreloj y al tiempo fue recuperada. ¿Cómo logra mantener la calma para que situaciones como esa no lo despisten de sus planes de preparación?
“Siempre me mantuve sereno porque estaba haciendo un buen entrenamiento, sabía que me debía defender con la otra bicicleta para seguir haciendo los trabajos de preparación, el equipo me apoyó a la vez. Creo que la base es tener tranquilidad. La verdad trabajo duro para lograr resultados, pero no me apego a ellos. Obvio que trato de ganar, pero si ni lo consigo sé que vendrán nuevas oportunidades”.
Llegó al ciclismo de Europa de 19 años, y cada año impresiona con su crecimiento personal, tanto que ya es referente mundial, ¿cómo ha logrado mantenerse sólido en la élite del pedal?
“A la motivación constante, soy una persona que no se rinde fácil ante los obstáculos que se presentan. Pero también soy muy juicioso, me mantengo enfocado en lo que me propongo”.
¿En ese proceso que ha sido lo más complicado para usted?
“Demasiadas cosas, el ciclismo no es un deporte fácil, se sufre bastante. No se puede negar que, debido a los viajes, se está el mayor tiempo sin los seres queridos, y eso es duro. Así mismo, cuando se tienen accidentes, se padece mucho y la familia también. Pero de la misma manera, cada ser querido se convierte en un apoyo fundamental para ayudarte a salir adelante”.
¿Qué sentimientos lo invaden al saber que representará desde este año al equipo Ineos?
“Da felicidad pues sigo recogiendo los frutos a mi esfuerzo y dedicación. Llego a un equipo que se está reestructurando con muchos ciclistas buenos y jóvenes y que quiere repetir lo hecho en la última década, así que estoy contento de llegar allí. Buscaré dar lo mejor de mí”.
En la escuadra EF Education y al lado de figuras como Rigoberto Urán, Tejay van Garderen, Michael Woods y Alberto Bettiol usted logró liderazgo, ¿cree que lo pueda tener ahora en el Ineos, el cual está lleno de referentes y más pensando en una carrera de tres semana?
“El tiempo, la carretera y las piernas dirán si puedo liderar en Ineos”.
¿Motiva reencontrarse con Egan?
“Claro que sí, esperemos que se recupere pronto de las dolencias que tiene. Pero además de él, me llena de entusiasmo correr al lado de todas las figuras que integran el Ineos. Da mayor responsabilidad.
¿Qué le dejó su paso por el EF en los últimos tres años?
“Aprendizajes, sobre todo al lado de Rigo. Logré correr mejor, gané confianza, estoy muy agradecido con este equipo”.
¿A qué se debe la hegemonía que vienen mostrando corredores jóvenes, como usted, en el ciclismo mundial?
“El pedalismo está cambiando, las carreras ahora son más cortas, explosivas, y a los jóvenes, que vienen de correr a tope en las categorías inferiores, se les hace más fácil adaptarse a estos nuevos cambios. Pero también la información que se tiene a la mano, gracias a la ciencia y tecnología, nos ha servido para planificar mejor todo y estar a la altura de los deportistas más veteranos”.
¿Tiene en la mira alguna carrera grande en el año? ¿Repetirá presencia en el Tour?
“Te soy sincero, aún no se ha hablado con el equipo sobre ello ni tampoco donde iniciaré temporada. Por ahora, debido a todo lo que sucede, todo es incierto, pero aprovecho para estar entrenando y así llegar en buena forma a los competencias en las que pueda estar”.